EL PAíS › EN OCTUBRE, OTRO ENCUENTRO DE LOS INTENDENTES DE CENTROIZQUIERDA
La reunión que será más que una foto
Aníbal Ibarra y el intendente de Rosario, Miguel Lifschitz, se encontraron el viernes en la Jefatura de Gobierno porteño. Junto a Luis Juez buscan darle institucionalidad a su proyecto común.
Por José Natanson
El viernes pasado, en un almuerzo en la Jefatura de Gobierno, Aníbal Ibarra y el intendente de Rosario, Miguel Lifschitz, acordaron realizar un nuevo encuentro del espacio que lideran junto al intendente de Córdoba, Luis Juez. La reunión se concretará en la segunda quincena de octubre, en Rosario, donde los jefes políticos de las tres ciudades más importantes del país anunciarán su voluntad de construir una alternativa política al que denominan “espacio de centroizquierda”. En el encuentro, por primera vez se plantearán avanzar en una institucionalidad definida que le dé consistencia al proyecto. “La idea es trascender la foto”, coincidieron.
Sin mucho alboroto, el socialista Lifschitz llegó a la Capital para el almuerzo con Ibarra, que se realizó en el despacho del jefe de Gobierno, en el primer piso del elegante edificio de Bolívar 1. Participaron, además, el jefe de Gabinete de Ibarra, Raúl Fernández, y el secretario de Gobierno de la intendencia de Rosario, Juan Carlos Zabalza.
Según comentaron a Página/12 dos de los comensales, el encuentro giró alrededor de la reunión en Rosario, de la que se venía hablando en borrador. En el almuerzo, los dos jefes comunales decidieron darle un nuevo impulso al espacio de centroizquierda, que nació al calor de la transversalidad kir-
chnerista y que a poco se fue autonomizando del Gobierno. Acordados el momento y el lugar, Ibarra pidió que lo comunicaran con Juez.
–Dice que no hay problema –explicó.
Entonces avanzaron en algunos detalles. La idea es que la reunión cuente con una mesa de debate, de la que participarán funcionarios de las tres administraciones, dedicada al desarrollo local. Habrá una segunda mesa de discusión, más vinculada con la política.
Ibarra propuso invitar a otros dirigentes afines. No se hicieron nombres, pero decidieron que Fernández viaje la semana que viene a Rosario para conversar con Zabalza y un representante de Juez sobre los posibles invitados, entre los que figurarían algunos jefes comunales del interior que no pertenecen a los partidos tradicionales. Uno de los convocados será el intendente de Morón, Martín Sa-
bbatella, que lanzó su propio partido político y que faltó a la reunión anterior. Además, participarán los senadores Vilma Ibarra y Carlos Rossi, un ex radical que ingresó en la lista de Juez, y algunos diputados nacionales.
Pero el invitado más relevante es Hermes Binner, el ex intendente de Rosario que representó a su ciudad en la reunión anterior y que ocupará un lugar importante en el encuentro de octubre. Prestigioso en Rosario, ciudad que gobernó en dos oportunidades, Binner se candidateó a gobernador de Santa Fe en las últimas elecciones y fue derrotado por la Ley de Lemas. Encabezará la boleta de diputados del socialismo en las elecciones del año que viene.
Más allá de las cuestiones operativas, Ibarra y Lifschitz coincidieron en la necesidad de comenzar a trabajar cuanto antes en la construcción de una alternativa de perfil progresista, que apunte al mediano plazo y que se definirá como un “espacio político” y no como un partido o un frente.
Parte esencial de este planteo es avanzar en la institucionalización de la nueva opción buscando superar los errores del Frepaso, una fuerza construida alrededor de dos o tres figuras conocidas, que se apagó en cuanto se extinguió la popularidad de sus líderes. “Vamos a trabajar en una orgánica, un entramado que quizá lleve más tiempo, que impone algunos límites, pero que a la larga va a dar más resultados”, explican cerca de Ibarra.
La última definición, quizá la más complicada, es la postura frente al Gobierno. En marzo pasado, cuando Ibarra, Binner y Juez se reunieron en Córdoba, el Gobierno proclamaba la decisión de construir un espacio transversal que le sirviera como alternativa en caso de una tensión o una ruptura en el peronismo. La segunda reunión se realizó en la Casa Rosada, una larga conversación con el Presidente. Con el tiempo, sin embargo, Kirchner se fue replegando a su partido de origen, pactó una tregua con Eduardo Duhalde, se reconcilió con algunos gobernadores y hoy la guerra en el PJ parece definitivamente alejada.
El nuevo escenario generó cierta confusión en los intendentes, que cuentan con el peso institucional de sus gobiernos pero carecen de una fuerza política de dimensión nacional que los ampare. Por decisión o porque no les quedaba otra, lo cierto es que comenzaron a plantearse la necesidad de seguir trabajando en su proyecto político, aunque con una diferencia: una declaración de autonomía respecto del Gobierno que –aunque mantiene el apoyo a muchas políticas oficiales– hoy suena mucho más firme.
En el almuerzo del viernes, Ibarra y Lifschitz avanzaron en temas que superan largamente las coincidencias circunstanciales: conversaron sobre política, la agenda de gestión, los problemas de las ciudades, la relación con el Gobierno y el modo de romper el aislamiento político apoyándose mutuamente. Cuestiones que van más allá de la reunión que se realizará en Rosario y que Ibarra ya había abordado en un encuentro a solas con Juez y en sus diálogos frecuentes con Binner. El objetivo, en definitiva, es imprimirle un nuevo envión al complejo y siempre demorado proyecto para construir una opción que articule las fuerzas de centroizquierda, dispersas y confundidas luego de la hecatombe del Frepaso.