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“La segunda muerte de Lourdes Di Natale”, fue la forma en que su abogado calificó el cierre del caso, ocurrido hace un par de meses. Y ayer lo repitió al pedir ante la Justicia la reapertura del expediente que el juez de instrucción Ricardo Farías archivó al considerar que la ex secretaria de Emir Yoma había muerto en forma “accidental”. La mujer perdió la vida el 1º de marzo de 2003, al caer desde una ventana al patio interno del edificio de la calle Mansilla al 2300 donde vivía. Según la versión oficial, cayó cuando estaba asomada al vacío para intentar cortar el cable de la televisión del edificio con un cuchillo de cocina como venganza contra sus vecinos, con los que estaba enfrentada. Sin embargo, la familia primero y ahora su abogado plantean una serie de deficiencias y omisiones en la investigación que ameritarían su reactivación.
El abogado Rodolfo Chimeri Sorrentino se presentó ayer en el juzgado de Farías para solicitar el “desarchivo” de la causa. En un duro escrito cuestionó la investigación y presentó a un nuevo testigo. Se trata del periodista Cristian Sanz, dueño de un sitio de Internet denominado Periódico Tribuna, cuyo relato “podría constituir una confesión sobre el hecho de sangre del que resultara víctima Di Natale”. Adjuntó una nota de Sanz en la que recuerda la existencia de “una famosa carpeta que guardaba bajo siete llaves” que contendría “mucho más” de lo que contó públicamente. Pero el aspecto más inquietante de este posible testimonio es el relato de un encuentro que Sanz dice haber mantenido con un agente de inteligencia que le mencionó una sustancia llamada “succinilcolina”, que habría sido inyectada en el cuerpo de Di Natale. La definió como “una droga que relaja los músculos y es casi indetectable en la sangre”. Lo mismo le habrían suministrado a Marcelo Cattáneo. Más allá de Sanz, el abogado señaló que no se realizó la reconstrucción del hecho y que no se valoró todo el material probatorio, entre otras deficiencias.
Uno de los principales interrogantes gira en torno del alcohol que fue encontrado en el cuerpo de Di Natale. Según el abogado, los 3,15 gramos por litro de alcohol en sangre corresponden a un “coma alcohólico”, por lo tanto le parece imposible que en ese estado se haya caído por la ventana. Además, Chimeri insistió en que varios testigos jamás vieron botellas de alcohol en el departamento de Di Natale, ni la observaron “drogada o alcoholizada”. También sigue sin respuesta la desaparición de efectos personales de la mujer, como su celular, del que nunca se desprendía.