EL PAíS › LAPIDARIO INFORME DE LA EMPRESA
ROLLS ROYCE SOBRE LAS TURBINAS DEL TANGO-01
Ningún motor estaba en condición de volar
Así lo determinó el primer informe de dicha empresa y de la Junta de Accidentes de la Fuerza Aérea. Ahora investigarán por qué ocurrió eso. El avión presidencial tiene dos motores y es poco frecuente que ambos tengan desperfectos a la vez. En Gobierno consideran que la pesquisa debe profundizarse.
Ninguna de las dos turbinas del Tango 01 estaba en condiciones adecuadas para volar. Así lo determinaron los técnicos de Rolls Royce –la empresa que fabrica los motores del avión presidencial– y los miembros de la Junta de Accidentes de la Fuerza Aérea que trabajan en la investigación que puso en marcha el Gobierno para determinar lo que ocurrió durante el viaje que Néstor Kirchner realizaba el martes de la semana pasada a Entre Ríos y que concluyó en un aterrizaje de emergencia en El Palomar a poco de despegar en Aeroparque. Tras recibir el informe de los especialistas, en la Casa Rosada tomaron la decisión de “investigar a fondo” con el propósito de establecer la razón por la cual los propulsores están en esa situación. “La idea –contó a Página/12 un hombre de la Presidencia– es que cuando el Tango vuelva a volar no sólo esté perfecto, sino que también se sepa exactamente qué pasó.”
La flota de aeronaves presidenciales depende de la Secretaría General de la Presidencia. El titular de ese área, Oscar Parrilli, ordenó una “exhaustiva investigación” de lo que pasó con el Tango 01 apenas el avión aterrizó de emergencia en la base aérea de El Palomar el pasado 19 de octubre, después de que se produjera una falla en su turbina izquierda. Ese día, Kirchner viajaba para conmemorar el centenario de la localidad entrerriana de María Grande y en su comitiva lo acompañaban, entre otros, los ministros de Planificación Federal, Julio De Vido, y de Interior, Aníbal Fernández.
El celo con el cual en la Casa Rosada decidieron encarar la investigación se renovó ayer, tras recibir el informe de los especialistas que indica que ninguno de los dos motores de la máquina estaba en las condiciones que se requieren para realizar un vuelo seguro. Hay un dato que no es menor y que explica la preocupación que sintieron los hombres de Kirchner al leer ese reporte: el Tango 01 –un Boeing 757-200– tiene justamente dos turbinas. Esos aviones están diseñados de modo que pueden volar con un solo propulsor en caso de que el otro falle. Un desperfecto simultáneo en ambas turbinas no es frecuente, pero las probabilidades aumentan si ninguna de ellas está en las condiciones adecuadas, como se estableció que ocurre con el Tango 01. De más está decir que si los dos motores presentan problemas al mismo tiempo, no todo termina en un simple susto similar al que vivió la comitiva presidencial la semana pasada.
Los especialistas encargados de investigar lo que ocurrió en el Tango 01 trabajan diariamente en El Palomar. En esa tarea confluyen miembros de la Junta de Investigaciones de Accidentes de la Fuerza Aérea y personal de Rolls Royce. Esa empresa británica tiene sus oficinas para Sudamérica en San Pablo y horas después del incidente uno de sus técnicos viajó desde esa ciudad brasileña a Buenos Aires para colaborar con la investigación.
Descartada la responsabilidad en el incidente del piloto Sergio Velázquez –de quien, por el contrario, todos los entendidos en aeronáutica destacaron que había actuado en forma correcta frente a la emergencia–, los investigadores focalizaron su tarea en el plano mecánico. Los indicios señalaron que el desperfecto había sido producto de una pérdida de compresión en la turbina izquierda, lo que habría provocado inestabilidad de combustibles y una humareda que alcanzó su pico máximo durante el despegue, debido a la gran potencia utilizada en esa maniobra. La investigación se orientó, por lo tanto, en ese sentido.
En un comienzo los técnicos se ocuparon de la turbina izquierda, porque fue la que presentó el desperfecto, pero por pedido expreso de Presidencia procedieron después a revisar la derecha. En ambos casos, se encontró lo mismo: los dos propulsores presentan “deficiencias internas”.
Los representantes de Rolls Royce llegaron a esa conclusión tras la realización de baroscopías a ambos motores; se trata de un estudio similar a una endoscopía y consiste en un recorrido con cámaras de video por el interior de las turbinas que permite revisar cada una de sus piezas. Los propulsores no fueron desarmados porque la empresa sólo realiza esa tarea en su sede central. Los datos de las baroscopías fueron remitidos a Londres y fue allí donde los especialistas de la firma hicieron su diagnóstico final.
De ahora en más la tarea de los técnicos se centrará en determinar por qué ninguna de las dos turbinas del Tango 01 estaba en condiciones de volar. Según establece la misma Rolls Royce, deben ser sometidas a revisión cada 15 mil horas de vuelo y las del avión presidencial recién llevaban 8600 horas.
La decisión en la Casa Rosada es “investigar a fondo” para encontrar la respuesta a ese interrogante y las líneas de trabajo que se plantearon son varias. Lo que la investigación que comanda Parrilli tratará de develar es:
Si la falla en la turbina izquierda del Tango 01, así como el estado en que se encuentran ambos motores, es producto de un mantenimiento deficiente.
Si el desperfecto de la semana pasada fue consecuencia de que los controles que se realizan en todos los aviones antes de cada vuelo fueron hechos en forma inadecuada.
Si los problemas que presenta el avión presidencial devienen de que la revisión técnica a la que fue sometido en los talleres de la empresa Pem Co. en 2002 fue realizada de modo incorrecto. En caso de que se establezca que las fallas vienen desde antes de ese chequeo, habrá que determinar la razón por la cual esa firma permitió que la máquina siguiera volando.
Si los desperfectos obedecen a problemas de material.
Si las fallas surgieron por seguir las instrucciones que imparte Rolls Royce para controlar y mantener las turbinas.