EL PAíS › EL GOBIERNO CIERRA ACUERDOS POR CHINA POR UNA MEGAINVERSION

Se vienen los chinos

Se trata del misterioso anuncio que Kirchner guarda y sobre el cual generó grandes expectativas. Es una serie de acuerdos para construir viviendas, caminos, infraestructura, y refacción de ferrocarriles. También habrá acuerdos en turismo. La cifra podría rondar los 20 mil millones y está en relación con los acuerdos que se consigan. El anuncio se hará cuando llegue Hu Jintao, el presidente chino.

 Por Sergio Moreno

En el Gobierno trabajan contrarreloj para terminar de cerrar los acuerdos con la República Popular China que permitirán concretar un paquete de inversiones de ese país que rondarían los 20.000 millones de dólares, tal como reveló ayer este diario. Dichos acuerdos constituyen el megaanuncio alrededor del cual el Gobierno ha creado una expectativa mayúscula. El presidente Néstor Kirchner esperará la llegada de su par chino, Hu Jintao, esta semana para terminar de develar el misterio. “La cifra final dependerá de la cantidad de protocolos que se firmen con China, y algunos de financiación con Corea del Sur. Por eso no sabemos si son esos 20 mil millones sobre los que escribió usted ayer o un poco menos. Hablar de cifras no es conveniente porque si, finalmente, la cifra es menor, puede generar decepción”, dijo ayer a este diario un altísimo funcionario.
Kirchner creó las expectativas. Pero el Presidente se cerró como una ostra por preservar los buenos modos: no pudo adelantar un anuncio a la llegada de Hu Jintao, sería una descortesía con el hombre que comanda el país que realizará esta serie de inversiones monumentales en la Argentina.
El paquete de inversión consta de un ramillete de acuerdos, diferenciados por áreas: construcción de viviendas, de caminos, de ferrocarriles, emprendimientos productivos y turismo. En ferrocarriles, se estudia la posibilidad de construcción de redes nuevas, aunque no estaba definido. Los chinos esperan, sí, refaccionar varias líneas, reconstruyendo la trocha, ya que las existentes en la Argentinas están caducas, ya no son las que se utilizan internacionalmente.
En cuanto al turismo, el negocio lejos está de ser menor. Los chinos no pueden salir libremente de su país. El Estado ejerce un riguroso control sobre los movimientos de sus habitantes y, cuando otorgan visas de salida, lo hacen a países con los cuales mantienen acuerdos turísticos. Argentina será, tras el arreglo, uno de ellos. “Es un privilegio. Imagínese usted que cada vez que los chinos se mueven por el mundo son cientos de miles, es una escala difícil de asimilar para nosotros”, se entusiasmaba anoche uno de los consejeros más cercanos del Presidente.
La movida del Gobierno se cierra con otros acuerdos complementarios con la República de Corea del Sur, cuyo mandatario, Roh Moo Hyund, llegará al país un día antes que el premier chino.
Ayer, el canciller Rafael Bielsa confirmó el anuncio exclusivo de Página/12 –conocido también el sábado– sobre la naturaleza del anuncio misterioso que el Gobierno guarda in pectore: “Estamos trabajando desde hace bastante tiempo en una serie de acuerdos que básicamente se refieren, en el caso de China, a la producción energética, con ferrocarriles y la ampliación de infraestructura básica de integración”, dijo el ministro de Relaciones Exteriores. Si bien Bielsa nada dijo sobre la cifra, se trataría de las decenas de miles de millones de dólares que la República Popular China derramaría en estas tierras en un lapso no especificado aún. Dicho período es el único misterio que queda ahora por develar.Recién llegado de Brasil, el canciller confirmó la exclusiva de Página/12 sin hacer demasiadas precisiones, ya que –dijo a un radio porteña– no estaba autorizado a hablar sobre el tan mentado anuncio oficial. Sin embargo, Bielsa se permitió especificar que, además de las inversiones que llegarán desde China, habrá otro tanto proveniente de Corea del Sur, destinado a “generar líneas de créditos productivas”. El surcoreano “es el primer préstamo que recibe la Argentina después del default”, destacó el ministro.
Ayer el Gobierno mantuvo el hermetismo en relación con el tema. Sólo el Presidente, Néstor Kirchner, su mujer, Cristina Fernández –de viaje por California–, el jefe de Gabinete, Alberto Fernández, el ministro de Economía, Roberto Lavagna, y el secretario de Legal y Técnica, Carlos Zannini, conocen los detalles del plan a anunciar esta semana. Hay entre las mesnadas del Presidente quien cree que no ha sido bueno crear una expectativa pública tan grande alrededor de este asunto, aunque la cifra que se maneja es lo suficientemente contundente para alejar cualquier temor. “Veremos a lo largo de cuántos años se derramará ese dinero”, dudaba un integrante del gabinete ayer, ante una consulta de este diario.
Así y todo, los números no están cerrados. La ingeniería del acuerdo guarda una cierta complejidad y su sumatoria arrojará la cifra final del monto total de inversiones orientales en la Argentina. “No podemos hablar de cifras aún. Decir que son 20 mil millones puede no ser el monto que se alcance con los acuerdos. Después, si el número es de 15 mil millones en vez de 20 mil, puede generar una mentirosa decepción”, alertó ayer un privilegiado confidente de este diario.
En la administración federal saben que fue el propio Presidente quien, con medias palabras, chistes y sonrisas desparramados en los oídos convenientes –funcionarios, gobernadores, asesores y consejeros–, construyó una expectativa que ganó las primeras planas de los periódicos más importantes. Y que la ansiedad generada podría ser utilizada en contra del Gobierno.
Sin ir más lejos, y como cuadra a la oposición, ayer mismo Elisa Carrió (aunque desconoce el contenido del anuncio más allá de lo aparecido en este medio) realizó su primer grito de alerta. “El cuento de la inversión ha servido para procesos de colonización y de apropiación enormes. El proceso de apropiación del Amazonas y lo que viene en la Argentina respecto del agua dulce y de las redes de comercialización está planteando un desafío muy grande porque, sin un plan estratégico, cualquier inversión puede ser una última gran mentira. Este gobierno no tiene un plan estratégico y yo tengo, además, profundas sospechas respecto de todo lo que haga” el ministro de Planificación Federal, Julio De Vido, dijo la candidata a diputada por el ARI.
Mauricio Macri también salió a curarse en salud y a adelantar críticas a cuenta de lo que vendrá. Si bien no sabe –al igual que la jefa del ARI– de qué va todo este asunto, sostuvo que de nada vale sacarse un foto con un chino si después no se concretan las inversiones necesarias.
Efectos secundarios
Más allá de que la oposición haga su trabajo, en el Gobierno descansan en cierta tranquilidad. El megaanuncio fue considerado por un alto funcionario oficial como “algo extraordinario, que nos va a hacer ganar ponderación pública, más de la que ya tiene el Presidente”.
La referencia viene a cuento de los cálculos que, en muchos despachos oficiales, se efectúan a diario en relación a la elección del año entrante. Sabido es que el kirchnerismo descuenta obtener una buena cosecha de diputados nacionales para sus filas, producto de los niveles de adhesión que despierta el Presidente y de la potenciación de su imagen y de la de su gestión que el Gobierno planea profundizar. “La elección estará nacionalizada, por el cronograma y porque Kirchner la hará nacional”, dice un viejo estratega peronista.
La mención vale especialmente para el distrito que aparece más esquivo para el oficialismo, la Capital Federal. “La campaña en la ciudad de Buenos Aires la hará el propio Presidente. Nos va bien ahora, con los indicadores económicos actuales: cuando concretemos el anuncio que estamos preparando, las cosas serán mejores aún; podemos ganar la Capital y lo vamos a hacer”, se envalentona uno de los hombres más cercanos al patagónico.
Si bien el acuerdo de inversiones con China no estuvo planeado en función de resultado electoral alguno, el anuncio tendrá como efecto secundario –estiman en el primer piso de la Casa Rosada– un aumento de la simpatía por el Presidente. “Pero, cuidado, que lo más importante de todo esto es el efecto que causará sobre el bienestar de la gente”, aclara el confidente de este diario citado anteriormente. Por utilizar palabras de Kirchner, el paquete de inversiones “va a cambiar la Argentina”.
Esta semana sabremos si puede ser así o si se ha caído en una inconveniente exageración.

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