EL PAíS › COMPRARA ESTACIONES DE SHELL Y ENTRARA EN LAS MINAS DE RIO TURBIO
Venezuela llega a comprar e invertir
Cuando el megaanuncio misterioso comienza a develarse –se sabe que tendrá ojos rasgados y millones de dólares en los bolsillos–, el Gobierno se prepara para sumar otro ingrediente al paquete de medidas. El nuevo condimento será tropical, aunque de un volumen muchísimo menor. Si el plato fuerte serán las inversiones chinas, el condimento caribeño lo pondrá la Venezuela bolivariana. Por iniciativa de Hugo Chávez, en los próximos días la poderosa Pdvsa debutará en el mercado de combustibles comprando 60 estaciones de servicio que hasta ahora están bajo bandera de la angloholandesa Shell. La inversión se extenderá a la minería y a la industria de alimentación: Venezuela quiere meterse en la explotación del carbón en la Argentina, para lo cual invertiría en las minas de Río Turbio, que con la muerte de 13 mineros se convirtió en un escenario sensible para la administración de Néstor Kirchner.
Ayer, mientras los megáfonos oficiales se preparaban para terminar con el suspenso, llegó a Ezeiza un hombre de estrechísima confianza de Hugo Chávez. Se trata del general retirado del ejército Carlos Martínez Mendoza, director de la Corporación para el Desarrollo del estado de Zulia (frontera con Colombia), Corpozulia. Antes de ser nombrado al frente de esa corporación estatal, Martínez Mendoza fue director del despacho presidencial de Chávez, en el Palacio de Miraflores. Un cargo similar al que tiene en la Argentina el secretario general de la Presidencia, Oscar Parrilli. Es un hombre muy influyente.
La llegada del funcionario venezolano responde a un objetivo muy publicitado por el gobierno argentino: el debut de Pdvsa en el mercado local de venta al por menor de combustible. Fuentes venezolanas y argentinas confirmaron ayer a Página/12 que la empresa estatal que dirige Alí Rodríguez Araque comprará 60 estaciones de servicio a Shell. No es un anuncio espectacular al estilo del chino, pero sería el inicio de una serie de inversiones más amplias. Algunos funcionarios kirchneristas que tienen contacto con los bolivarianos adelantaban, por ejemplo, que Pdvsa tiene un acuerdo estratégico con Shell en todo el mundo. Eso explicaría las primeras compras de la empresa venezolana.
Las 60 estaciones de servicio funcionarían bajo bandera compartida entre Pdvsa y Enarsa, lo que para el Gobierno tendría fines propagandísticos.
El enviado de Chávez no perdió tiempo: ayer mismo se reunió con el ministro de Planificación, Julio De Vido, y otros representantes kirchneristas en el Hotel Panamericano. Allí se habló del intercambio de petróleo por alimentos que Argentina y Venezuela firmaron a mediados de este año, en plena crisis energética. Según pudo saber Página/12, Martínez Mendoza quiere resolver algunas “trabas burocráticas” que impidieron la importación de alimentos por parte de Venezuela. También llegó con la intención de decidir inversiones en minería (como Río Turbio, entre otros) y en agroindustria: compraría insumos para fertilización asistida de vacunos y adquirir grandes cantidades de carne y leche.
El estado de Zulia está en el extremo occidental de Venezuela. Aunque es muy fértil, su tierra nunca fue trabajada porque es una zona muy rica en petróleo: el golfo de Maracaibo, especialmente, es casi un sinónimo de la industria petrolera. Las inversiones venezolanas que se anunciarán en los próximos días responden a una meta del gobierno de Chávez: diversificar la producción y lograr la “soberanía alimentaria”.
El acuerdo de provisión de fuel oil se había firmado por 1 millón de toneladas, pero como la crisis fue menor a lo esperado, Pdvsa trajo 700 mil toneladas. El convenio se ejecutó a través de un fondo fiduciario con dos bancos estatales, el pago del 20 por ciento en 45 días y el resto en cuotas. El acuerdo, sin embargo, despertó algunos interrogantes en el Congreso, donde la diputada Margarita Stolbizer presentó un pedido de informes y denunció que una partida de la Anses había sido utilizada –vía las facultades especiales del jefe de Gabinete– para pagar el transporte y depósito del combustible.