EL PAíS › EL GOBIERNO TRABAJA PARA QUE SE REALICE AL FIN LA POSTERGADA VISITA DE KIRCHNER A LA HABANA
A fines de enero a la tierra del son y el mojito
Lo invitaron apenas asumió, pero se suspendió una y otra vez. Ahora el Presidente “está seguro” de viajar en enero y Cancillería trabaja buscando “una excusa”. Pueden ser los tratados comerciales a punto de firmarse o la graduación de los primeros médicos argentinos en Cuba. El caso de la médica Molina y el posible disgusto del reelecto Bush.
Por Martín Piqué
Pocos días después de que se tropezara en la mítica ciudad de Santa Clara, Fidel Castro recibió un llamado desde la Argentina. Era Néstor Kir-
chner. El Presidente quería saber cómo se encontraba tras el porrazo que se había dado durante la graduación de 3 mil jóvenes en la plaza Ernesto “Che” Guevara. La respuesta del cubano tranquilizó a Kirchner. Antes de finalizar la charla, el santacruceño prometió que concretaría la tantas veces anunciada –y tantas veces postergada– visita a la isla. Hace una semana y media, mientras regresaba de un acto en Jujuy en un Boeing 737 alquilado a Aerolíneas Argentinas, el Presidente contó a un allegado los detalles de la conversación. “Tiene 78 años y está muy bien”, dijo sobre Fidel a su interlocutor, un dirigente kirchnerista con el que comparte el origen patagónico. Según pudo confirmar Página/12 en la Cancillería, el viaje a La Habana está programado para “fines de enero”.
El diálogo entre Kirchner y su allegado se realizó en el avión alquilado a Aerolíneas, el 26 de octubre. La referencia a Fidel llegó cuando conversaban sobre la seguridad presidencial, tema que preocupa mucho en la Rosada tras el desperfecto del Tango 01 y el episodio del intruso en la quinta de Olivos. Kirchner recordó que el comandante cubano tiene el record de atentados, todos frustrados, desde el triunfo de la revolución en enero de 1959. “Se salvó de todo pero no de un porrazo”, comentaron mientras compartían el almuerzo. Fue en ese momento que Kirchner sorprendió con la confirmación de que en enero visitará La Habana, en respuesta a un convite del propio Fidel.
El anuncio del Presidente podría terminar con la sucesión de anuncios y postergaciones que envuelve este tema desde mayo de 2003. Pero hay un dato que podría incidir sobre el caso: la reelección de George W. Bush y la confirmación de sus políticas conservadoras. Sin embargo, aun desde antes del triunfo de Bush –que no indignó a nadie en la Rosada– en el Gobierno aseguran que el viaje no dependerá de los humores estadounidenses. Otro obstáculo surgió con el caso de la neurocirujana Hilda Molina Morejón, quien quiere salir de Cuba para encontrarse con su hijo, Roberto Quiñones, residente en Argentina. Ex diputada de la Asamblea Nacional, Molina renunció a un prestigioso centro médico, el Ciren, y se convirtió en crítica del gobierno cubano.
En los últimos meses, la Cancillería tomó su caso y empezó a interceder para que la dejen viajar Buenos Aires para ver a su hijo. El propio Bielsa llegó a hablar del tema con el escritor Gabriel García Márquez, amigo de Fidel. En una escala en el Distrito Federal de México, le pidió que intercediera por Molina. Sin embargo, en el Gobierno hay algunos desacuerdos acerca del énfasis que se puso en este tema. Quienes conocen el pensamiento del Presidente aseguran que está atento al caso Molina pero que no es ningún obstáculo en la relación. “Es un tema que para Kirchner no tiene ninguna importancia”, minimizaron en la Cancillería. Eso implica que la situación de la neurocirujana –que interesa– no interferirá en un eventual viaje a la isla.
Los que oyeron a Kirchner en el regreso de Jujuy aseguran que el Presidente está seguro de viajar. En el Palacio San Martín aseguran que la fecha de “mediados de enero” se mantendrá firme. Dicen que están trabajando para ello y que sólo están buscando “una excusa” (como el anuncio de un acuerdo comercial) para publicitarlo. Por lo pronto, Kirchner ya se estuvo informando sobre los 420 estudiantes argentinos que estudian en la Escuela Latinoamericana de Medicina y en la Universidad de La Habana. La mayoría estudian para ser médicos, están becados y no habrían podido estudiar en la Argentina, otros quieren ser profesores de Educación Física. Como este año se recibirá la primera promoción, la idea del Gobierno es que Kirchner los salude antes de su regreso. Para ejercer la medicina en el país, tendrán que revalidar sus títulos en el Ministerio de Salud. Kirchner también recibió un pedido para que el ministerio de Ginés González García agilice esos trámites. La visita del Presidente a Cuba es un tema que se viene comentando desde el inicio de la gestión de Kirchner. Vale recordar que al día siguiente de la asunción –para la que el cubano viajó especialmente a Buenos Aires–, Fidel hizo un discurso multitudinario en la Facultad de Derecho. Aquel acto, transmitido en directo, tuvo el aval discreto de la flamante administración. El presidente de Cuba devolvió el gesto invitando a Kirchner a la isla. Meses después volvió a repetir la invitación. El gobierno argentino se mostró muy interesado pero luego, para evitar roces con Estados Unidos, fue postergando el viaje para más adelante.
Inicialmente, la visita de Kir-
chner a La Habana había sido anunciada para febrero pasado. El anuncio lo había hecho el canciller Rafael Bielsa durante una visita a la isla, el 13 de octubre de 2003. Pero quince días antes de que llegara la fecha, el propio Kirchner anticipó en un programa de televisión que no viajaría a Cuba porque tenía “reuniones importantes con la AMIA y la DAIA”. En los diarios, la postergación fue interpretada como un gesto para no irritar a Estados Unidos: un día antes, Kirchner había tenido una reunión con George Bush en la cumbre de presidentes en Monterrey. El Gobierno, molesto por las interpretaciones, reaccionó con un nuevo anuncio: confirmó que se abstendría de condenar a la isla en la ONU –cosa que hizo– y anticipó que el viaje se haría en marzo.
Tampoco se hizo en marzo, como había prometido el embajador argentino en La Habana, Raúl Taleb. El último anuncio se produjo el 27 de agosto, mientras ambos países firmaban en Buenos Aires un acuerdo comercial por 200 millones de dólares. Sobre el viaje a Cuba, Bielsa dijo que se “manejaba como fecha posible la de enero de 2005”. Esa es la fecha que se está manejando en la Cancillería: en eso se está trabajando desde la Subsecretaría de Integración Económica, donde aseguran que el caso de la médica Molina no será ningún obstáculo para que Kirchner viaje finalmente a la patria del son y el mojito.
Mientras tanto, en el Palacio San Martín están estudiando una propuesta cubana para incrementar el turismo argentino a la isla con el financiamiento de algunos proyectos de modernización que se realizarían, si se aprueba el convenio, con asesoramiento argentino. Proyectos en danza hay varios: uno es recibir medicinas de la isla a cambio de exportar alimentos. Hace ocho meses, ése fue el mecanismo que acordaron Bielsa y su par cubano, Felipe Pérez Roque, para pagar una parte –50 millones de dólares– de la deuda que Cuba tiene con la Argentina, que en total suma 2000 millones. Lo que está firme por ahora es el tratado comercial por 200 millones de pesos, toda una novedad para dos países que hasta hace dos años tenían sus relaciones diplomáticas casi bloqueadas por el voto afirmativo de Argentina a la condena a Cuba por violaciones a los derechos humanos en la ONU.