EL PAíS › PLACA PARA UN DEFENSOR DE LOS DERECHOS HUMANOS
Homenaje a D’Andrea Mohr
“‘Todos juntos con un mismo proyecto’, ésa era la idea de Patria para José Luis D’Andrea Mohr”, señaló Julia D’Andrea Mohr durante el homenaje que se realizó ayer al militar y periodista fallecido el año pasado. El acto consistió en el descubrimiento de una placa conmemorativa en Plaza Rivadavia, más conocida como Plaza Flores.
La iniciativa de recordar al capitán (RE) José Luis D’Andrea Mohr había sido impulsada por vecinos de Flores, donde vivió el militar y defensor de los derechos humanos, propuesta que fue tomada por el diputado socialista porteño, Roy Cortina, y aprobada por la Legislatura.
“Al capitán (RE) José Luis D’Andrea Mohr, militar democrático, periodista, defensor inclaudicable de los derechos humanos. En memoria por su consecuente compromiso en defensa de la verdad y la dignidad humana”, dice la placa que se descubrió ayer sobre un pequeño monolito en el centro de la Plaza Flores.
Pese a la lluvia, más de un centenar de personas participaron en el acto, entre las que se contaban familiares, representantes de los organismos de derechos humanos, miembros de la comisión de derechos humanos de la Legislatura y un grupo que llevaba un cartel de la asamblea de vecinos de Flores, la mayoría de ellos conocidos y amigos de D’Andrea Mohr que, conmovidos, recordaron la personalidad vital y generosa del militar, sus anécdotas, su sentido del humor y el desinterés y la energía que volcó en la defensa de los derechos humanos.
“Hacemos este homenaje a un militar que se negó a reprimir a su pueblo, un militar que se negó a torturar y denunció con valentía a los militares que violaron los derechos humanos”, indicó el diputado Cortina. Laura Bonaparte, de Madres de Plaza de Mayo - Línea Fundadora, puso una flor de ceibo, roja, la flor nacional, frente a la placa. “No tuve que pensar mucho para elegir una flor para José Luis”, señaló, y destacó que en los derechos humanos hay un antes y un después de los libros de D’Andrea Mohr, El escuadrón perdido y Memoria de vida, donde, combinando su experiencia militar y sus capacidades periodísticas, reconstruyó el organigrama jerárquico de la represión durante la dictadura.
Con la voz quebrada por la emoción, el coronel (RE) Horacio Ballester, presidente del Cemida, recordó a su compañero y amigo, y señaló que la lucha de D’Andrea Mohr había sido por la justicia y la memoria, y que “el hecho mismo de que en este momento la Legislatura, los organismos de derechos humanos y los vecinos de Flores hayan descubierto una placa en su homenaje, es una demostración de que su lucha no fue en vano, que la memoria está viva y se levanta contra el intento de impunidad”.
Alba de Lanzilloto, de Abuelas de Plaza de Mayo, recordó que ese mismo día sus dos hermanas mellizas desaparecidas hubieran cumplido años y que, de alguna manera, ese homenaje las unía al recuerdo de D’Andrea Mohr. Destacó, además, que antes de morir, D’Andrea Mohr donó su sable militar a las Abuelas.