[cerrar]

Comparta esta nota con un amigo

E-Mail de su amigo
Su nombre
Su E-Mail

Juan Carlos Alderete y Luis D’Elía declararon ayer en la causa que instruye Oyarbide.El 19 y 20 de diciembre, mientras los comercios minoristas de La Matanza eran saqueados ante la pasividad de la policía, punteros del PJ y carapintadas recorrieron los asentamientos para enfrentar a un barrio contra otro, buscando multiplicar el caos. Algunos vecinos vieron que se reclutaba gente en las unidades básicas para llevarla a saquear. La Bonaerense actuó sólo frente a dos situaciones: para proteger a los hipermercados y para reprimir las protestas organizadas de los piqueteros que salieron a la ruta, pero en cambio no auxilió a los pequeños comercios. Con estos elementos, Luis D’Elía y Juan Carlos Alderete marcaron la responsabilidad de Carlos Ruckauf y Juan José Alvarez en los sucesos de diciembre. Los dirigentes, quienes declararon como testigos en la causa que investiga si existió un complot para sacar del gobierno a Fernando de la Rúa, hablaron de una combinación de “zonas liberadas” y “permisos para saquear” con un estado de extrema necesidad en la gente.
Con la declaración de los piqueteros, el juez federal Norberto Oyarbide abrió una semana en la que escuchará a un largo listado de ex funcionarios y legisladores. Hoy están citados el ex secretario general de la presidencia, Nicolás Gallo, y el ex jefe de la SIDE, Hugo Anzorreguy. También será interrogado Carlos Menem, aunque Oyarbide aceptó su pedido para que la testimonial se tome en La Rioja, para lo cual libró el exhorto correspondiente al juzgado local.
Ayer D’Elía y Alderete dejaron al magistrado una copia de una denuncia contra Ruckauf, fechada el 7 de enero, en la que pidieron que se investigue al ex gobernador en su carácter de autoridad máxima de la Policía Bonaerense por el estallido. Los piqueteros sostienen que la situación de desborde social fue fogoneada por punteros del PJ y carapintadas.
Como datos concretos sobre la organización de los saqueos no aportaron mucho más que lo que todo el país vio por televisión. Describieron la pasividad de la policía en los almacenes y supermercados chicos. D’Elía relató que integrantes de su organización observaron cómo en las unidades básicas se reclutó gente para los saqueos, lo que podría transformarse en una buena punta de la cual tirar, pero que hasta ahora en el expediente sigue siendo un dicho de segunda mano.
En cambio, como testigos directos sí pudieron detallar la actividad de los punteros del PJ y de un grupo de carapintadas que recorrieron los asentamientos de La Matanza operando para multiplicar el caos.
D’Elía se cruzó con un grupo de militantes a bordo de un Falcon que le advirtieron falsamente sobre una ola de saqueos a casas particulares. En el ‘89, esa estrategia sirvió para que barrios enteros se armaran en contra del vecino. Por el asentamiento donde vive Alderete, el María Elena, pasaron carapintadas en tres autos, que ostentaron sus armas mientras repetían el mismo discurso.
Los desocupados de la Corriente fueron duramente reprimidos el 20 de diciembre, cuando cortaron la Ruta 3 para reclamar la renuncia de De la Rúa. Alegando la violación del estado de sitio, efectivos de la Policía Bonaerense dispararon contra los manifestantes con balas de plomo y se metieron después en el barrio María Elena, donde dispararon contra la gente y tiraron gases lacrimógenos.
Los piqueteros están convencidos de que en diciembre hubo sectores políticos que buscaron el estallido para profundizar el ajuste, e incluyeron entre ellos al propio De la Rúa. Al salir del juzgado dieron una conferencia de prensa en la que expresaron esta certeza. “En la cabeza y el corazón del poder existía el convencimiento de que si se profundizaba el caos, se obtendría como resultado que la clase media saldría a la calle a pedir orden y mano dura”, plantearon en un comunicado que leyeron ante los medios. “Una vez abiertas las puertas del infierno, el proyecto de De la Rúa, Cavallo, Ruckauf, Reutemann, De la Sota y Montiel era instalar el estado de sitio que permitiera a los dictadores del mercado –verdaderos amos de la Argentina– llevarnos a escenarios de más derecha económica ypolítica. Actores que hoy están agazapados, tratando de repetir la operación.”