EL PAíS › DUHALDE QUIERE A LAVAGNA; EL ALA POLITICA, A CALVO
Pulseada a la medianoche en Olivos
El Presidente y varios de sus ministros debatieron sobre la conveniencia de que uno u otro se haga cargo de Economía. En Gabinete se discutió un plan de acción. Quejas contra los jueces.
Por Diego Schurman
A la medianoche, la pulseada por el futuro ministro de Economía no había terminado. Eduardo Duhalde aseguraba que el mejor candidato era Roberto Lavagna. “Es un tipo más político, que puede dar pelea”, aseguraba ante sus íntimos sobre la relación de su preferido no sólo con lo Estados Unidos sino también con los gobernadores. Pero el ala política de su gobierno, además de la económica, insistía en hacerle cambiar de parecer. Y convencerlo de que un ortodoxo como Guillermo Calvo, con fuerte predicamento en el establishment, podía garantizarle a la Argentina mayor credibilidad internacional, especialmente en Washington.
Las discusiones se sucedieron a lo largo de la jornada. Está claro que Duhalde se inclina por Lavagna. Conversó con él pasado el mediodía y en declaraciones públicas lo ensalzó. En cambio, redujo una eventual participación de Calvo a una función “técnica”.
No por casualidad en la reunión de gabinete celebrada ayer en Olivos, en ningún momento se presentó a Lavagna como el sucesor de Jorge Remes Lenicov. Allí se redundó más sobre la idea de “recuperar la iniciativa política”. Y por eso ordenó a sus ministros la puesta en marcha de acciones y propuestas. Una se dio a conocer ayer mismo: la asignación de subsidios para jefes y jefas de hogar mayores de 60 años indigentes sin cobertura.
En todo momento, el Presidente buscó mostrarse fortalecido por la rúbrica del pacto con los gobernadores. Y por eso organizó otro megaencuentro para mañana, en Olivos, al que se sumarán también los legisladores. El objetivo: transformar en hechos el texto con los 14 puntos del acuerdo, al que todo el mundo denominó por ahora como una carta de “buenas intenciones”.
Hubo espacio también para hablar del corralito. En especial de los jueces que dieron luz verde a los amparos. Se planteó concretamente la necesidad de salir duramente en su contra, aunque sin llegar a decir lo que sí se especuló en privado: que dos o tres de ellos cobraron algún retorno por los servicios prestados de parte de los estudios de abogados y contables que hicieron la gestión. Se trata, en la mayoría de los casos, de cuentas por sumas onerosas (ninguno menor a 1 millón de pesos) que habían quedado atrapadas en los bancos (ver página 7).
Duhalde, que ayer conversó telefónicamente con Lavagna, prefirió no presentarlo en sociedad como su ministro de Economía. Ni tampoco hablar en ese encuentro de los nombres que renovarán el gabinete. De todos modos, al imaginar el nuevo equipo la danza de candidatos no cesó.
Un funcionario del círculo áulico del Presidente insistió anoche con la posibilidad de reclutar a Jorge Matzkin para la Jefatura de Gabinete. El pampeano, al que todos en el Congreso apodan “Toto”, negó haber tenido un ofrecimiento concreto, aunque reconoció a Página/12 estar al tanto del interés oficial por sumarlo.
Matzkin cumple con varios requisitos. Pero hay dos fundamentales: no es bonaerense –le sirve a Duhalde aunque sea para justificar su pretendida idea de un “gobierno federal”–, y tiene la cintura necesaria como para oficiar de puente entre la Casa Rosada y el Congreso.
La posibilidad de que sea Oscar Lamberto, en cambio, se esfumó. El santafesino, que ayer conversó con su referente político, el gobernador Carlos Reutemann, estaba dispuesto a retornar a la escudería de Duhalde siempre y cuando se mantuviera en el cargo a Jorge Remes Lenicov. Por lo tanto todo indica que su futuro estará acotado a la actividad parlamentaria.
En Gobierno están convencidos de la necesidad de “oxigenar” la Jefatura de Gabinete. Son varios los ministros que cuestionan a Capitanich prácticamente desde el inicio de la gestión. Y además el propio chaqueño ya había tramitado su check out para así poder retornar a su banca en elSenado. Sin embargo, ayer se preocupó en hacer saber que Duhalde lo había ratificado en el puesto.
La suerte de Ignacio de Mendiguren y la de su ministerio estaba en estudio. El titular de la cartera de la Producción había anunciado su retirada. Más allá de la formalidad de participar en la reunión de gabinete nadie apostaba mucho por él. De haber reemplazo, se menciona para el cargo a Matzkin –a esta altura parece un comodín de Duhalde– y también a Juan Schiaretti. El funcionario de José Manuel de la Sota ocupa ese mismo cargo pero en la administración cordobesa. En su entorno insisten en que no desembarcará en la Casa Rosada.
El ferviente deseo de Duhalde que allí recale un hombre vinculado al empresariado –su preferido es Oscar Vicente– se presenta como una quimera. Y por lo tanto no se descartaba la posibilidad de que Producción se devalúe como ministerio y hasta, incluso, desaparezca.
Sobre el futuro de Rodolfo Gabrielli se dijo poco y nada, salvo una versión recogida por una agencia que aseguraba que el próximo ministro del Interior sería el radical Carlos Maestro. Un funcionario del Gobierno reconoció a Página/12 que el radicalismo ofreció alguno de sus hombres para ocupar una cartera más del Gabinete. De todos modos, no parecía factible que Interior, cartera estratégica para acercar las posiciones de Duhalde con las provincias, quedara en manos de la UCR, un partido que controla apenas 5 provincias frente a las 14 que están bajo la tutela del PJ.
Sean quienes fueren los nombres para los reemplazos, si es que finalmente Duhalde cumple la promesa de llevarlos adelante, lo cierto que en la necesidad de mostrar fortaleza ya encomendó a Hugo Curto tener lista el aparato bonaerense y quizás convocar a una marcha de apoyo a su gestión. El intendente de Tres de Febrero fue uno de los puntales, junto a su par de Lanús, Manuel Quindimil, de la Plaza del Sí que le organizaron al Presidente para el inicio de las sesiones ordinarias.
La movida coincide con la “ruptura” dispuesta por la CGT rebelde de Hugo Moyano, quien ayer no le auguró un futuro promisorio al Presidente. El sindicalista no solo confirmó una marcha contra el modelo –que no será el 30, como se pensó originalmente ya que ese día se realizará la marcha de las Madres de Plaza de Mayo– también hizo escuchar la peor música para los oídos de Duhalde: su retiro de la Mesa de Diálogo, que hasta ayer compartía con el Gobierno y la Iglesia.