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“Venimos de una Argentina desde el infierno; peleamos con desventajas porque somos un país que debe 150 mil millones de dólares y está acosado por todos lados. Pero esta vez no hay bandera de rendición”, advirtió el presidente Néstor Kirchner en el acto donde homenajeó en Las Flores a Carlos Labolita, un amigo desaparecido. Emocionado por el recuerdo de su compañero de militancia en La Plata, Kirchner dijo que “este es un reconocimiento del Estado argentino a los hijos e hijas que tendrían que estar acá”, remarcó que no tiene “un espíritu vengativo” y que su objetivo es luchar por la “justicia y reconocimiento para que no haya impunidad”.
Acompañado por el gobernador Felipe Solá, el ministro del Interior, Aníbal Fernández; los secretarios de Obras Públicas, José López, y de Derechos Humanos, Eduardo Luis Duhalde; y el intendente local, Alberto Gelene, el Presidente se explayó también contra “los profetas del pasado que llevaron a la Argentina que explotó en el 2001 y que siguen queriendo aconsejar diciéndonos qué es lo que hay que hacer” y señaló que “los argentinos perdimos el miedo y tenemos la fortaleza para que la noche no nos toque nunca más”.
El Presidente exhortó a recuperar el “sentido de patriotismo y argentinidad” y lanzó una crítica indirecta a otros presidentes latinoamericanos al juzgar que “muchos hablan de otros lados, pero la distribución en Argentina es de 1 a 26 entre ricos y pobres”. “Comparándola (la distribución) con otros países de Latinoamérica, desde donde algunos hablan, vemos que Argentina se está recuperando”, enfatizó el Presidente y pidió “pensar y volar alto en esta tarea de reconstruir el país, porque no hay salvadores ni mesianismo que nos puedan llevar a mejor destino; la única salida es la construcción colectiva de un proyecto alternativo de país”.
Junto al padre y la viuda del joven desaparecido, Kirchner contó que “con Carlos (Labolita) y su pareja, Gladys”, compartieron la misma pensión en La Plata, y también las mismas “ideas y esperanzas”. Recordó que la noche anterior a que Carlos Labolita desapareciera, en un viaje que realizó desde La Plata a Las Flores, ambos discutieron mucho, ya que él haría un “intercambio” que había pactado con el gobierno militar para lograr la liberación por su padre, que se encontraba preso. “Así cumplieron: el padre estuvo preso hasta los ‘80, y Carlos no apareció nunca más. Ni palabra tenían estos delincuentes”, dijo Kirchner, en la sede del Club Juventud Deportiva, donde presidió el acto central.
Antes de despedirse, Kirchner aseguró que hará “todo por Las Flores”, y lo mismo que “hubiera hecho Carlos si estuviera acá”. En la plaza central de la ciudad bonaerense quedó la placa que descubrió con la leyenda: “La comunidad de Las Flores, en memoria de desaparecidos y víctimas del terrorismo de Estado”. Kirchner había visitado por primera vez Las Flores en marzo del ‘76, poco antes del golpe de Estado, junto a su amigo Labolita, para conocer “la tierra de sus amigos y hermanos”.