EL PAíS › OPINION
Otros mundos ya existen
Por Washington Uranga*
El Foro Social Mundial de Porto Alegre es una gran vitrina de la diversidad de formas de resistencia al “discurso único” y frente al poder que hegemoniza el mundo actual y que no admite, ni siquiera, explicaciones distintas a las que se dan oficialmente. Nadie podría decir que en este espacio multifacético, diverso y multicolor que se configura en Porto Alegre haya muchas coincidencias generales más allá de los acuerdos que se manifiestan en la protesta contra el sistema. No existe coincidencia ni siquiera en la metodología para esa resistencia. Los movimientos ecologistas lo hacen de una manera –aun con diferencias entre ellos– y las mujeres de otra forma, las iglesias de otra, los comunicadores a su manera y las organizaciones políticas y los defensores de los derechos humanos, de modo totalmente distinto. Sin embargo, aun en medio de esta enorme diversidad que mezcla la crítica al modelo neoliberal con la condena a la guerra y la militarización, con el pedido del fin de la violencia para las mujeres y la crítica al trabajo infantil, existe una coincidencia fundamental: no sólo otro mundo es posible, sino que otros mundos ya existen y el Foro es una clara manifestación de ello. Lo que aquí se puede apreciar, lo que apareció en las calles de Porto Alegre durante la marcha inaugural y en los múltiples encuentros, foros y conferencias es lo que habitualmente el poder hegemónico esconde y que los medios no aceptan, no quieren o no tienen capacidad de mostrar. Existen otros invisibilizados mundos y excluidos que no son los que habitualmente llenan las pantallas de televisión y los titulares de los diarios. Hay otros modos de vivir, de sentir, de expresarse, de vivir. Y esa riqueza en la diversidad está instalada en la vida cotidiana de mucha gente, de muchas personas, de grupos y comunidades en todo el mundo. Lamentablemente lo cotidiano no es objeto de la noticia. Los periodistas solemos ocuparnos exclusivamente de lo inédito, de lo distinto, de lo espectacular. Algunos podrán decir que el Foro es un evento que carece de organización. Quien lo diga lo hará, sin duda, desde una comprensión de la organización que no responde a esta lógica de autogestión que predomina en el Foro, convertido en un territorio virtual del encuentro y la diversidad de quienes no quieren resignarse a que todo está dicho, hecho y finalizado. No hay que esperar del Foro grandes pronunciamientos o avances conceptuales. Es un hecho político-cultural que pone de manifiesto, que le da visibilidad ante la sociedad internacional, a la certeza de que otros mundos ya existen.
* Desde Porto Alegre