EL PAíS › BARBARO DEBERA EXPLICAR SU VINCULACION CON ALEMANN
Las explicaciones Bárbaras
Por Diego Schurman
Néstor Kirchner le pidió a Julio Bárbaro que le explique por escrito los alcances de la sociedad comercial que entabló con Juan Alemann. El Presidente tomó la decisión disgustado con una información que llegó recientemente a sus manos y que daba cuenta de un emprendimiento conjunto entre el titular del Comité Federal de Radiodifusión (Comfer) y el ex secretario de Hacienda del dictador Jorge Videla para cobrar impuestos en la provincia de Buenos Aires.
El dato de la sociedad Alemann-Bárbaro aterrizó en la Casa Rosada la última semana. Y desató una retahíla de comentarios, no del todo buenos por cierto, en el círculo áulico del Presidente. “Informalmente tardó en reconocer su acuerdo con Alemann. Ahora el Presidente quiere una explicación formal y por escrito de lo sucedido”, señaló a Página/12 una alta fuente oficial.
La sociedad en cuestión se encargó de realizar las cobranzas a contribuyentes morosos de Luján, luego de ganar una licitación que en 2001 convocó el intendente justicialista Miguel Prince. Alemann se presentó como titular de Serve América y Asociados. Pero como no tenía la antigüedad necesaria para la compulsa debió asociarse con la firma Remover, de Bárbaro, quien se prestó al negocio.
No es la primera vez que el titular del Comfer hace ruido en los oídos de Kirchner. En junio del año pasado, en una entrevista, defendió a Raúl Moneta. “Es de los nuestros”, dijo entonces sobre el banquero menemista. ¿Cómo justificó la frase? Por su preferencia por el empresariado nacional frente al extranjero, aparentemente sin importarle que Moneta esté sospechado de las caídas de los bancos de Mendoza y República.
Pocos días después, el secretario general de la Presidencia, Oscar Parrilli, fue testigo de la primera queja de Hebe de Bonafini.
–¡A Bárbaro hay que sacarlo de una patada! –dijo la titular de Madres de Plaza de Mayo. La frase tronó en la Sala de Situación de la Rosada, delante de periodistas, sindicalistas, universitarios y miembros de organizaciones de derechos humanos nucleados en una Coalición de la Comunicación. En aquel encuentro, del que también participó el secretario de Medios, Enrique Albistur, se habían planteado quejas a la Ley de Radiodifusión vigente, de tiempos de la dictadura, que impide a las organizaciones sin fines de lucro tener una emisora.
La semana pasada Bonafini intentó comunicarse telefónicamente con Kirchner, otra vez para pedir por el desplazamiento de Bárbaro. Se había enterado por Radio del Plata de la sociedad entre el titular del Comfer y Alemann. Fue finalmente un ministro el receptor de su queja.
Para colmo, pocos días antes, Alemann habría incurrido en apología del delito, al convalidar los crímenes de la dictadura y justificar la apropiación, por parte de los militares, de los hijos de desaparecidos. “Eran chicos que sobraban”, aseguró.
Esto provocó la reacción de los organismos de derechos humanos. Para las Abuelas de Plaza de Mayo, de esta manera Alemann no hizo otra cosa que “confesar su participación en la apropiación de menores, delito permanente e imprescriptible, además de su condición de encubridor de ése y otros delitos”.
El alcance público de aquel acuerdo comercial no hizo más que volver a la superficie, cerca y lejos de la Casa Rosada, viejas críticas contra Bárbaro. Entre ellas las suscitadas por el enfrentamiento, al inicio del menemismo, con el cineasta y ex diputado Pino Solanas, quien se oponía a la privatización de Galerías Pacífico cuando el actual titular del Comfer era encargado del área de Cultura.