EL PAíS › LA INTERNA BONAERENSE SE
APLACA CON KIRCHNER PERO NO CON SOLA
El duhaldismo empezó a domesticarse
Por Diego Schurman
De a poco, y sin hacer demasiado ruido, el duhaldismo comenzó a admitir en distintos conciliábulos que Cristina Kirchner será finalmente la primera candidata a senadora del PJ bonaerense. Más aún, concede al dedo de Néstor Kirchner la designación de la mayoría de las nombres que completarán las listas nacionales. Pero piden tener la potestad en el armado de las boletas provinciales. Con este esquema, que al Gobierno también le cierra, igual se suscita un problema para el ex presidente: cómo hacer para bajar a Chiche Duhalde sin que sea leído como una derrota.
Chiche es la cara con la que el duhaldismo buscó un equilibrio de fuerzas tras la irrupción del nombre de Cristina en la provincia. Su amiga e integrante de la Cámara alta, Mabel Müller, la lanzó informalmente para la pelea por la candidatura a senadora. Aunque en el último acto en La Matanza, la mujer de Duhalde dio un giro, no atacó a Cristina y mostró más aires de campaña bonaerense que nacional.
Algunos duhaldistas aseguran que Chiche mide en la encuestas mejor que el propio Duhalde, pero ostensiblemente peor que Cristina. Dicho de otro modo: si se decidiera por la aventura de ir con una lista propia, probablemente la diputada sea derrotada. Y dadas las ambiciones del kirchnerismo, podría convertirse en el principio del fin del duhaldismo.
La idea de aceptar una lista de unidad, con Cristina a la cabeza, pero reclamando mayor protagonismo en el armado de las boletas provinciales, parece ser un mejor negocio para el duhaldismo, ya que si bien es reconocer cierta debilidad, nadie podrá negarle ser parte de la sociedad que, según todo indica, se llevará el triunfo en las urnas, en octubre.
Del tema hablaron ayer Juan José Alvarez, quien suena para secundar a Cristina. El funcionario porteño que responde al duhaldismo habló en estos días con el jefe de Gabinete, Alberto Fernández. Pero no fue el único contacto entre hombres de la provincia y de la Casa Rosada. Ayer hicieron lo propio el titular de la Cámara de Diputados, Eduardo Camaño, y el ministro de Defensa, José Pampuro. Y hace tiempo que hacen lo suyo el presidente de la Cámara alta de la Legislatura bonaerense, Osvaldo Mércuri, y la Secretaría Legal y Técnica de Carlos Zannini. Y lo mismo los intendentes Hugo Curto, Julio Pereyra, Alberto Descalzo y Baldomero Alvarez, con el ministro del Interior, Aníbal Fernández.
La buena disposición que abruptamente comenzó a mostrar la tropa de Duhalde con Kirchner es proporcional a la ira con Felipe Solá. El duhaldismo se la tiene jurada al gobernador, y por eso ahora quiere centrar la puja en la provincia. No por nada ya salieron a reclamarle la interna provincial conforme a la ley, y hasta azuza con una medida cautelar si no cumple con esa obligación. Es que Kirchner convocó a internas nacionales para el 7 de agosto. Pero las provinciales, por ley, no podrán celebrarse más allá el 23 de julio. Solá quiere unificarlas para que Cristina traccione votos a su favor.
En ese marco, el ex presidente se muestra como un equilibrista e intenta que no confundan su ira hacia Solá con una intentona desestabilizadora. En ese sentido, sus hombres hicieron circular la versión de un reciente diálogo que mantuvo con León Arslanian, a cargo del Ministerio de Seguridad de la provincia de Buenos Aires.
–¿Cuándo me voy? –preguntó Arslanian, encolumnándose.
–Ni loco te vas –le contestó.
El objetivo de Duhalde es cantado: quiere asegurarse que la candidatura del PJ a gobernador para el 2007 sea para uno de los suyos. Y por eso le pedirá a Kirchner que no se inmiscuya en su pelea con Solá, algo que por ahora no sucede y la reunión de la ministra de Desarrollo, Alicia Kirchner, con el gabinete social bonaerense es una muestra de ello.
El pedido de Duhalde será otra de las razones por las que nadie creyó una curiosa frase con la que intentó tomar distancia ayer de las peleas en laprovincia. “Eso que lo resuelvan los políticos, yo ya no soy más político.”