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El escándalo, la sombra de Eurnekian en temas aéreos

El titular de Aeropuertos Argentina 2000 fue socio de LAPA, Southern Winds, Aerovip y ahora es de la italiana Volare. Esta última compañía enfrenta una denuncia penal por bancarrota fraudulenta, falsedad de balance y blanqueo de dinero. Eurnekian podría ser citado por la Justicia.

 Por Cledis Candelaresi

No conforme con el negocio de la explotación comercial de los aeropuertos, Eduardo Eurnekian quiso completar el ciclo económico invirtiendo en empresas de aviación. Participó de LAPA, Southern Winds, Aerovip y, fuera del país, Volare. De esta última compañía es dueño del 37,5 por ciento del capital. Un puñado de ejecutivos de esa línea italiana fue detenido bajo los cargos de “bancarrota fraudulenta, falsedad de balance y blanqueo de dinero”, delitos que habrían cometido a través de esa aerolínea, a la que el empresario argentino ingresó en marzo del año pasado.
A decir de sus voceros, su única vinculación con el infortunio de los arrestados es que él mismo promovió una denuncia penal contra la compañía europea, apenas advirtió que se la vendieron ocultándole el verdadero descalabro económico financiero que la jaqueaba.
Cualquiera podría decir que el titular de Aeropuertos Argentina 2000 también intentó sorprender a sus interlocutores: parte del capital que integró lo hizo con sus acciones de Aerovip y SW, la primera está fuera de operaciones y la otra trastabilla desde mucho antes del narcoescándalo.
Un cable de la agencia Ansa de anteayer informaba sobre un presunto pedido de captura contra Eurnekian, en el marco de la misma causa que investiga el tribunal italiano a cargo de Busto Arsizio. Los voceros del empresario negaron terminantemente que exista tal orden, aunque admitieron que podría ser citado a declarar para ampliar los datos aportados cuando, según ellos, denunció a la conducción de Volare, aparentemente, anterior a su incorporación.
Se trata de la primera aerolínea europea de bajo costo, de muy buena operatividad pero balances opacos. A principios del año pasado, la empresa tenía un pasivo superior a los 100 millones de euros y requería una capitalización de 80 millones para mantenerse en pie. Fue entonces cuando ejecutivos de la estatal SEA –socia en AA2000– le apuntaron lo que parecía un camino tentador: integrar capital con otro aportante, renegociar el pasivo y salir a cotizar en Bolsa, aprovechando el debilitamiento que sufría Alitalia, su principal rival.
Según fuentes próximas a Eurnekian, éste compró Volare con el compromiso de aportar 40 millones de euros, 20 al contado y el resto a integrar, en parte, a través de Bixesardi, la sociedad anónima con sede en Uruguay que es dueña del 30 por ciento de las acciones de SW y del 20 de Aerovip. El saldo, en cuotas que no llegó a pagarse ya que, a poco de que los emisarios del empresario argentino Guillermo Francos y Hernán Pflaum fueron conociendo los números de cerca advirtieron pasivos muy superiores a los detectados en la auditoría previa a la compra.
Los voceros no pudieron explicar cómo un empresario avezado no logró advertir los problemas encubiertos en los balances que auditaba Deloitte antes de suscribir aquellos compromisos. Lo cierto es que poco después encomendó a KPMG, la consultora que audita Aeropuertos, que revise los números. Recién con ese aporte presentó una denuncia contra la empresa por adulteración de balances. Justo cuando la aerolínea habría suspendido sus operaciones por las dificultades para afrontar el leasing de los aviones.
Según la prensa italiana, Volare lanzaría un nuevo plan de vuelos a ejecutar a partir de junio. El dato se difundió en el mismo momento que la Justicia de ese país dispuso la detención de Gino Zoccai, Mauro Gambaro y Giuliano Martinelli, conductores de la empresa entre 2001 y 2004, y ordenó el arresto domiciliario de otros tres presuntos embaucadores de Eurnekian.
A través de Lafsa, el Estado absorbió a los empleados de LAPA y mediante un acuerdo suscripto con la chilena LAN logró que ésta ocupe a aquéllos y a los desocupados de Aerovip, ambos emprendimientos en los que Eurnekian fue parte. Más contundente fue el esfuerzo oficial en el caso SW, ya que hasta que el escándalo de las valijas voladoras hizo políticamente insostenible la situación, subsidió su plantel y combustible. Siempre con el proclamado afán de defender las fuentes de trabajo y evitar que el mercado aerocomercial quedara monopolizado por Aerolíneas Argentinas.
SW, transformada desde hace un año en un activo de la tambaleante Volare, asegura que su reciente reconversión en una empresa de bajo costo le ayudó a recuperar pasaje. Con el auxilio económico que LAN se comprometió a brindarle por tres meses –gestión del Gobierno mediante–, la aerolínea está por incorporar nueva aeronave y hasta selló un acuerdo con Air Atlanta, Air Europa y el empresario Varsavsky para operar diariamente la ruta Buenos Aires-Madrid, desde mayo.

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Eduardo Eurnekian, presidente de Aeropuertos Argentina 2000, elige líneas aéreas que terminan mal.
 
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