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Aníbal Ibarra aprovechó ayer la presentación en sociedad del Plan Estratégico de la Ciudad para una de sus cuidadosas apariciones públicas en la etapa pos-Cromañón. El jefe de Gobierno se mostró junto a legisladores del espacio progresista, diputados kirchneristas y buena parte de sus funcionarios, que ya planean los próximos pasos de gestión y hasta se animan a hablar, tímidamente, de las elecciones de octubre.
Coordinado por Juan Manuel Abal Medina, el plan sintetiza el trabajo de ONG, sindicatos de profesionales, partidos políticos, universidades y otras organizaciones de la sociedad civil, que se dedican a “imaginar” cómo debería ser la ciudad en el 2010. “Es la muestra de que la democracia participativa no sólo sirve para buscar consensos sino también para construir gestión”, definió Abal Medina en su discurso.
Aunque ya se había adelantado una versión preliminar, ayer se presentó el trabajo definitivo. La puesta en escena incluyó la presencia de dirigentes de diferentes partidos: diputados kirchneristas como Miguel Bonasso, otros de origen radical como Silvana Giudice, ex frepasistas como Diana Conti y representantes de “agrupaciones amigas”, como el socialismo rosarino, que envió una adhesión, y el partido del intendente de Morón, Martín Sabbatella.
Algunos de los invitados integraron las listas que llevaron a Ibarra como candidato a jefe de Gobierno en las elecciones del 2003, por lo que la presentación de ayer puede ser vista no sólo como el intento por construir grandes acuerdos de gestión –uno de los objetivos del plan–, sino también como la apertura de un escenario propicio para la presencia de Ibarra luego del golpe político que implicó el desastre de Cromañón.
En los jardines del Museo Fernández Blanco, la bellísima casona donde se realizó la presentación, se mezclaban también algunos funcionarios porteños: el secretario de Desarrollo Económico, Eduardo Epsztein, el de Descentralización, Roberto Feletti, y el jefe de Gabinete, Raúl Fernández. Según explicaban, en quince días se terminará de definir un virtual relanzamiento de la gestión, que incluye el anuncio del futuro plan de seguridad que el jefe de Gobierno presentará junto a Diego Gorgal, el reemplazante de Juan José Alvarez que, con apenas 28 años, parece un estudiante universitario promediando su carrera y en verdad es el responsable del área más delicada de la gestión. Además, los funcionarios ibarristas admitían que es necesario encontrar una solución al tema del plebiscito y anticipaban un plan para los barrios más postergados de la ciudad.
Es que, luego de cuatro meses críticos, el jefe de Gobierno cree que es tiempo de inaugurar un nuevo ciclo. Y por eso los funcionarios ibarristas se animaban a especular en voz baja sobre el panorama electoral. Uno de ellos explicaba que, aunque la idea de negociar un acuerdo con el kirchnerismo sigue en pie, la perspectiva es más bien modesta. “La lista de diputados nacionales la va a definir el Presidente. Nosotros aspiramos a incidir en el armado de la boleta de legisladores”, aseguraba un referente ibarrista, consciente de su debilidad política, pero convencido de que ha llegado el momento de pasar a una nueva etapa.