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Una mayoría, que alcanza al 51,7 por ciento de los consultados por un trabajo del encuestador Enrique Zuleta Puceiro, considera que la relación entre la Iglesia y el gobierno nacional debe acercarse. El dato muestra que la sociedad no ve con buenos ojos el conflicto. Esto no quiere decir que desapruebe la actitud del presidente Néstor Kirchner, cuando, por ejemplo, critica al ex capellán castrense Antonio Baseotto. Valora tener un mandatario con opinión propia. Una independencia de criterio que en los albores de su gobierno no se le reconocía. Más concretamente se lo asociaba con ser un alter ego o un chirolita de Eduardo Duhalde.
El deseo de que los vínculos entre la Iglesia y el Ejecutivo se estrechen parte también del reconocimiento por parte de un 50,4 de que actualmente las relaciones son entre regulares y malas. Cifra que contrasta con el 40 por ciento, que las considera muy buenas o buenas. Similar a lo que ocurre con el tema de la Iglesia sucede con la Justicia. Los sondeos muestran que los consultados así como rechazan la injerencia y el conflicto con el Poder Judicial, resaltan que Kirchner haga públicas sus opiniones. Juicios de valor que se le reconocen en su condición de ciudadano. La independencia de criterio, junto con el sentido nacional y la capacidad de iniciativa, son los tres rasgos principales que se le ponderan a Kir- chner. “No hay afecto ni consideraciones afectivas sobre Kirchner en las opiniones de los consultados”, señala Zuleta Puceiro.
El trabajo realizado entre abril y mayo de 2005, en base a 1100 entrevistas directas a mayores de 18 años en todo el país, también muestra un apoyo a la gestión presidencial del 79,1 por ciento de los consultados. Medido desde junio del año pasado a mayo de éste, el apoyo a la gestión de Kirchner tuvo pocas oscilaciones. Partió de un 81,2 en junio de 2004 y tuvo su punto más alto en marzo de 2005, cuando llegó al 85,7 por ciento. En esa fecha se produjo el viaje de Kirchner a Francia, la reunión con Jacques Chirac y el cierre de la propuesta del canje de la deuda externa. El estudio de Zuleta Puceiro muestra que el Presidente suma puntos cuando concurre a los foros internacionales, impulsa el Mercosur o se reúne con su par brasileño, Luiz Inácio Lula Da Silva, y los pierde cuando se involucra en la interna del justicialismo o enfrenta a Eduardo Duhalde.
- Evaluación del país
En abril de 2004, el 52,7 por ciento consideraba que la situación del país estaba mejor que en el pasado. Un año después, en abril de 2005, ese porcentaje descendió levemente al 48,6 por ciento. En ese mismo período, la percepción de las aptitudes de Kirchner para conducir el país, crecieron de un 51,3 por ciento a un 64,9.
Cuando se les pregunta a los encuestados si están de acuerdo con los dichos de Kirchner acerca de que en las próximas elecciones legislativas de octubre se plebiscitará su gestión, una mayoría, del 45,3 por ciento, está de acuerdo. Dato al margen, un 60 por ciento afirma que votaría por los candidatos que ellos mismos elijan. Cifra que contrasta con el 35,5 que votaría por los candidatos de Kirchner. “La gente votará por los mejores candidatos”, concluye Zuleta Puceiro. El 22 por ciento de votos con el que Kirchner llegó a la Casa de Gobierno aparece muy lejano. En abril del 2004, un 52,1 se inclinó por responder que si las elecciones fueran ese día votaría por Kirchner. Un año después, en abril de 2005, los posibles votantes del patagónico ascendieron al 61,7 por ciento.
- Evaluación de la gestión de gobierno
Al opinar sobre las políticas para bajar el desempleo, en abril de 2004 un 50,3 por ciento las consideraba positivas y un 18,5 negativas. En abril de este año, la calificación positiva descendió al 39,7, mientras que la negativa ascendió al 24,8. En 2004, un 23,6 consideraba positiva la política para reducir la pobreza, guarismo que ascendió al 31,5 por ciento en 2005. Las políticas para reducir la inseguridad eran consideradas positivas en 2004 por un 31 por ciento de los consultados. En 2005, tan solo el 19,9 las calificó como positivas.