EL PAíS
“No conozco acusaciones que inhabiliten a Patti”
Ricardo López Murphy no cree que su acuerdo con Macri y eventuales incorporaciones de Patti y Sobisch contradigan su discurso republicano. Su diálogo con Página/12.
Por Mario Wainfeld
Ricardo López Murphy no advierte contradicción entre su discurso institucionalista y su acuerdo electoral con Mauricio Macri. Tampoco teme que eventuales acuerdos con el gobernador neuquino Jorge Sobisch puedan restar credibilidad a sus posiciones. Y tampoco parece recelar mucho acerca de un eventual acuerdo con el represor Luis Patti. Sobre el eléctrico ex subcomisario asegura que no existen cargos probados en su contra y que sólo lo excluiría de un acuerdo futuro si éstos existieran “de acuerdo al estado de derecho”.
El líder de Recrear conversó con este cronista de esos y otros temas ayer por la mañana, durante el programa Mario de Palermo de Radio de la Ciudad de Buenos Aires. A continuación, las partes más salientes del diálogo.
–¿No teme que su acuerdo electoral con Mauricio Macri pueda restar credibilidad a su discurso de tinte republicano? ¿No afecta su reputación tener un aliado con un apellido ligado a la corrupción?
–Sería muy importante y sano para el país que el espacio político que integramos Macri y yo se unificara con un discurso muy claro, alternativo al Gobierno y que le diera a la sociedad –dentro de las instituciones– una oposición que pueda servir de alternativa. Pienso que Macri ha hecho un esfuerzo muy grande en dejar una vida cómoda, gratificante, y arremangarse para luchar por el voto popular.
–El hecho de participar en política no transforma a las personas en inocentes..., aunque tampoco en culpables. Macri está muy asociado a la corrupción de los ’90. La inserción política de Macri no lo dispensa de sospechas previas en su contra.
–... Pero sí revela un compromiso y una voluntad de hacer una tarea con la comunidad que es valiosa, conociendo lo que pasa con la participación política. Los criterios que utilizo en estas valoraciones son los del estado de derecho. Presumo inocencia salvo que se pruebe la culpabilidad. No lo hago gratuitamente, sino porque los riesgos de difamación en política son muy severos. El problema es que a una persona se la puede descalificar por haber llevado actividades empresarias en las décadas de los ’80 y ’90. Reconozcamos que el grueso de las actividades empresarias de este grupo no lo hizo Mauricio Macri sino su padre. Yo no puedo transferir al hijo las peripecias que haya vivido su padre. Además ¿sabe que Franco Macri se ha declarado kirchnerista, partidario del Gobierno?
–Se están discutiendo, están en germen o en análisis incorporaciones del gobernador Jorge Sobisch y de Luis Patti a su coalición. Esos aliados, ¿serían congruentes con su discurso republicano o lo pondrían en un brete?
–Son dos casos distintos. Recrear Neuquén ha sido el núcleo intelectual de la oposición a Sobisch. Nosotros ahí tenemos objeciones. Neuquén es el primer lugar donde hay que saldarlas. Después de Neuquén podemos hablar de otra cosa.
–Eran acusaciones de corrupción pero en el caso de Patti...
–(Interrumpe.)... Más que eso hay discusiones sobre la división de poderes. Lo que pasó en Neuquén había pasado en Santa Cruz. El gobernador ha nombrado una Corte de gente afín a él, como lo ha hecho Kir- chner a nivel nacional, como lo hacía Menem. Esas prácticas las hemos censurado toda la vida, porque defiendo la calidad del sistema de gobierno, un tema que nunca me lo van a hacer ceder, cualquiera sea la necesidad política que enfrentemos.
–¿Es congruente esto con la posibilidad que se le sume Luis Patti, una persona que carga con acusaciones severas de violaciones a los derechos humanos, que entiendo que también son incompatibles con la República?
–Ahí, de nuevo, aplique el criterio del que hablé antes. Es tajante la división. El criterio es el de estado de derecho.
–¿Cuando dice “estado de derecho” quiere expresar “condena judicial”? ¿Espera condena judicial firme para elegir o rechazar a sus aliados?
–No parece que la profesión que ha tenido Patti no lo inhabilita para la vida política, no estoy de acuerdo en eso. Ahora, si hay una acusación de conducta incompatible con las prácticas democráticas, y esas conductas han sido probadas... Si fuera así, este señor ya estaría condenado.
–No hablamos de encarcelar a Patti sin condena, sino de rechazarlo como socio político. Para eso ¿no bastan docenas de acusaciones ante organismos de derechos humanos, ante la Conadep, ante la Justicia?
–Hoy hay cientos de personas detenidas (por violaciones contra derechos humanos). Que yo conozca no hay ninguna acusación contra Patti. Si él tuviera una acusación precisa y firme no podría ser candidato, no aguantaría la candidatura. Si hubiera un elemento claro y decisivo... Esto no quiere decir que nosotros finalmente alcancemos un acuerdo.
–¿No cree que Patti es un torturador?
–Creo que las afirmaciones que valen son las que están probadas en el estado de derecho. No son las afirmaciones que se hagan simplemente porque él, en su vida profesional, fue subcomisario de policía. No estoy dispuesto a seguir ese criterio.
–Aplicando su criterio, salvo los comandantes en jefe de las Fuerzas Armadas, que tienen sentencia firme, todos los represores podrían integrar su coalición, porque ninguno tiene condena judicial. Alfredo Astiz podría integrarla, porque no tiene condena judicial en la Argentina.
–No es así. Déjeme defenderme. Astiz ha sido removido de la Armada Argentina por sus manifestaciones, así que ese caso también está fuera de discusión. Pero además, censúremelo cuando hagamos un acuerdo con Patti (si lo hiciéramos alguna vez). No me lo censure preventivamente, profilácticamente.
–Entre tanto, si le parece, le hago llegar las denuncias sobre Patti para que las vaya evaluando.
–Me parece bien.