SOCIEDAD › LOS INDAGARAN EN LA CAUSA POR LA MUERTE DE JUAN CASTRO
Los profesionales ante la Justicia
La jueza convocó al psiquiatra, a la acompañante terapéutica y al director de la clínica donde le dieron el alta.
Por Raúl Kollmann
La jueza Susana Castañera convocó para los días 17 y 22, para que presten declaración indagatoria, al psiquiatra del fallecido periodista Juan Castro, a su acompañante terapéutica y al director de la clínica en la que el conductor de Kaos estuvo internado hasta pocos días antes de su muerte. Aunque la magistrada no establece qué delito les imputa, se estima que acusará a los tres profesionales por homicidio culposo o abandono de persona. Castro murió el 5 de marzo de 2004 al caerse del balcón de su casa mientras sufría alucinaciones. La hipótesis que sustenta la jueza es que el periodista tenía un cuadro psiquiátrico grave, frente al cual los profesionales no debieron permitir que abandonase la internación.
El 17 de junio debe presentarse a declarar Rubén Lescano, un conocido psiquiatra que era quien atendía cotidianamente a Castro. Es conocido como fundador de EMDR, las siglas, en inglés, de la Escuela Movimientos Oculares de Desensibilización y Reprocesamiento. “Ese método –explican sus seguidores– sirve para tratar dificultades como las fobias, ataques de pánico o incidentes traumáticos producidos en la infancia y consiste en que, con movimientos oculares voluntarios, se reduce la intensidad de la angustia.” Lo cierto es que Castro mantenía una muy estrecha relación con Lescano, pero en aquellos días se tomó vacaciones y según afirman la fiscal Estela Andrades de Segura y los abogados de la familia de Juan Castro, Pablo Jacoby y Pablo Slominsqui, se desentendió de la situación que afrontaba el periodista, que lo llevó a la muerte.
Como se sabe, Castro era tratado por su adicción a la cocaína y el doctor Lescano había dispuesto un acompañamiento terapéutico, que quedó a cargo de Carina Coppoli. En la causa, hay testimonios de que Coppoli se ausentaba durante largas horas del acompañamiento y no estaba en el momento en el que Castro sufrió el brote de alucinaciones que lo terminó precipitando por el balcón.
El tercer convocado a indagatorias es el titular de la clínica psiquiátrica Santa Rosa, Carlos González. Hasta 48 horas antes de su muerte, Castro estaba internado allí, pero –según afirman la fiscal y los querellantes– lo dejaron ir en forma inexplicable, sabiendo que la situación del periodista era altamente peligrosa. Quien pasó a llevarse a Castro de la clínica fue su pareja de ese momento, Luis Pavesio, pero el razonamiento de la jueza es que, de acuerdo con la ley, la responsabilidad por una desinternación es de los profesionales que estaban a cargo. Además, como ocurrió en su momento con Diego Armando Maradona, la clínica debió darle intervención a la Justicia en el caso, por cuanto el paciente era un peligro para sí y para otros.
A partir de julio de 2003, Lescano tomó el control del tratamiento, manteniendo una relación ríspida con parte de la familia y con Pavesio. En las declaraciones testimoniales se habla, por ejemplo, de que Lescano trataba de alejar a Castro de sus amigos; que desaconsejaba cualquier visita a otro médico; que desoyó la recomendación de la cardióloga que consideraba que el conductor debía ser internado; que le permitía tomar alcohol –algo desaconsejado para el cuadro de Castro–; que entre ambos existía una relación estrecha, y que pese a eso, en febrero de 2004, el psiquiatra se fue de vacaciones a Cariló, dejando a cargo a la acompañante terapéutica.
La crisis final empezó el 21 de febrero de 2004. El conductor fue internado en la Clínica de Piscopatología Santa Rosa por dos días y de allí salió, sin control, a realizarse estudios cardiológicos al Sanatorio Otamendi. De allí se fue con el compromiso de internarse el lunes 1° de marzo. Ese día, sin embargo, se olvidó del compromiso asumido y al día siguiente ocurrió el desenlace.