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Antonio Boggiano se presentará hoy a la tarde ante el Senado en la misma sesión en la que podrían suspenderlo provisoriamente como paso previo a la destitución. El juez de la Corte Suprema, último eslabón de la mayoría automática, delegará en sus abogados la exposición de su descargo, pero “seguramente va a decir unas palabras”, según anticipó María Angélica Gelli, una de las defensoras.
El juicio político a Boggiano, que sufrió varias idas y vueltas de acuerdo con los humores del oficialismo, está entrando así en la etapa final, aunque la decisión definitiva todavía podría demorarse algunos meses. Los abogados del juez, Gelli y Marcelo Sancinetti, harán una ampliación de su defensa y el Senado quedará habilitado para resolver si lo suspende en el cargo. Esa fue la medida que tomaron los legisladores en relación con Eduardo Moliné O’Connor, otro ex automático, antes de removerlo tres meses más tarde.
Boggiano está acusado de mal desempeño en sus funciones. Es por haber firmado varias resoluciones controvertidas junto con la antigua mayoría menemista. La más peligrosa para el futuro del supremo es la causa Meller, en la cual la Corte convalidó una decisión de un tribunal arbitral en una demanda contra la ex ENTel que transformaba una deuda de 29 millones de dólares en 400 millones. También se le cuestiona su actuación en la llamada causa Macri y la sanción contra la jueza Haydée Dragonetti de Román.
Gelli señaló un argumento al que suelen recurrir siempre los magistrados que están bajo juicio político: no se puede “juzgar a un juez por el contenido de sus sentencias”. Planteó que, junto con Sancinetti, examinó “los votos de Boggiano” en los expedientes que están bajo la lupa y, a su entender, “surge clarísimamente que ajustó todas sus conductas a lo que marca la ley, la Constitución Nacional y los tratados de derechos humanos”.
“Boggiano está dispuesto a asumir los costos del juicio político que nos parece injusto, pero estamos confiados en que vamos a convencer a los senadores en que la razón estaba en otro lado”, añadió la letrada.
De acuerdo con las conversaciones que vienen manteniendo senadores peronistas y radicales, la suspensión de Su Señoría se concretaría en la sesión de hoy, tal como pidió en diciembre la Cámara de Diputados. Para anticiparse, la abogada sostuvo que “no existe ninguna causa” para que Boggiano sea suspendido mientras continúa el proceso en su contra. “Sería improcedente”, dijo. La suspensión preventiva, añadió, “debe aplicarse con suma prudencia y razonabilidad y ante causas gravísimas”.
A diferencia de la actitud que tuvo en relación con los ex cortesanos Moliné O’Connor, Julio Nazareno, Guillermo López y Adolfo Vázquez, el Poder Ejecutivo siempre se mostró oscilante en relación con Boggiano. Su voto fue clave en el fallo que convalidó la pesificación y su intervención sería necesaria en una resolución pendiente sobre los depósitos de menores montos. Que los senadores lo suspendan tampoco garantiza que sea finalmente destituido, pero es una señal importante.
Si Boggiano finalmente pierde la toga –por ahora dijo que no renunciará–, quedarán dos vacantes en la Corte Suprema, ya que Augusto Belluscio anunció que se va en septiembre. Esta situación obligará al Gobierno a decidir si nombra a otros dos nuevos jueces, que se sumarían a los cuatro que ya promovió, o si promueve el achicamiento del tribunal a siete miembros, una salida que vienen alentando varios de los actuales jueces supremos.