EL PAíS
A Cavallo no lo quiere de candidato ni el presidente de su partido
El ex ministro evalúa presentarse para las elecciones de octubre. Pero el titular de Acción por la República, Guillermo Francos, prefiere sumarse a la alianza de Macri y López Murphy.
Por José Natanson
La política, se sabe, no perdona. Y menos si se trata de Domingo Cavallo, ex superministro de Economía, padre de la convertibilidad y creador del corralito. Propuesto como candidato a diputado por un grupo de jóvenes entusiastas, Cavallo ya encontró un primero escollo para sus ambiciones: nada menos que el presidente de su propio partido, Guillermo Francos, que no quiere saber nada con la postulación del Mingo.
La última aventura de Cavallo comenzó la semana pasada, cuando un grupo de jóvenes cavallistas se reunió con el ex ministro para pedirle que encabezara la lista de diputados de Acción por la República en la Capital Federal. Lideraba el pedido Martín Grynblat, ex titular de la juventud partidaria.
Aunque sorprendido por el ofrecimiento, Cavallo no dijo que no. Es más: prometió pensarlo y, según dicen los pocos amigos que le quedan en Buenos Aires, estaría dispuesto a abandonar sus clases en Harvard durante un semestre para dar pelea en octubre.
Pero las cosas no son tan sencillas. Fuentes del cavallismo explicaron a este diario que Guillermo Francos se opone al proyecto electoral del ex ministro. Ex diputado nacional, ex titular de su partido en la provincia de Buenos Aires y ex mano derecha de Cavallo, Francos era uno de los pocos dirigentes de Acción por la República con perfil propio. En el 2000, en pleno escándalo por las coimas en el Senado, renunció a su banca de diputado para trabajar en Aeropuertos Argentina 2000: aunque en aquel momento anunció su decisión de abandonar la política, cuatro meses atrás fue elegido titular del partido a nivel nacional.
La idea, explicó Francos en aquel momento, era negociar un acuerdo con otras fuerzas de centroderecha. “Vamos a dialogar con todos, con (Mauricio) Macri, con (Ricardo) López Murphy y con (Jorge) Sobisch”, aseguró el legislador a Página/12. Y tiene su lógica: aunque Acción por la República es hoy una sombra borrosa de lo que fue (llegó a tener un bloque de 13 diputados y salió tercero en las presidenciales de 1999), todavía cuenta con una estructura en funcionamiento, con representación en la mayoría de los distritos, algo que, por ejemplo, no tienen Compromiso por el Cambio o Recrear.
La posible candidatura de Cavallo pone en riesgo los planes de Francos, que hará los esfuerzos necesarios para convencerlo de que no es exactamente una idea brillante: según dice un amigo de Cavallo, se trataría de un suicidio electoral, un proyecto loco de Grynblat para conseguir una banca como legislador porteño. Otros, en cambio, creen que, a pesar de la alta imagen negativa que le asignan las encuestas, el ex ministro podría conseguir el piso necesario –un 6 por ciento– para obtener una banca, y a partir de allí comenzar a coser los jirones para reconstruir desde la nada su carrera política.