EL PAíS › A UN AÑO DEL ASESINATO DEL PIQUETERO EN LA BOCA
Una llama para el Oso Cisneros
Por Martín Piqué
El tambor de quinientos litros está lleno de maderas y echa llamas por todos lados. Es el último refugio contra la tarde de invierno, que comienza a enfriar la calle Suárez. Unos trescientas personas rodean el fuego en una círculo desprolijo. Detrás de la ronda hay banderas de agrupaciones piqueteras y grupos vecinales. Las llamas, se supone, tienen un valor simbólico. “Queremos que en este homenaje, cada organización pueda quemar una miseria, que buscamos desterrar de la sociedad. También que puedan encender sus sueños”, exhorta Angel “Lito” Borello, del Comedor Los Pibes. La escena resumió el espíritu del homenaje al piquetero Martín “Oso” Cisneros, muerto de un tiro hace un año por un criminal protegido por la Policía. No hubo documentos ni oradores porque se buscaba expresar la “unidad popular”. También se quería mostrar la “lucha cotidiana” de las organizaciones de desocupados.
La jornada fue impulsada por 29 agrupaciones sociales, culturales y políticas, aunque el peso de la organización recayó en el Comedor Los Pibes, al que pertenecía Cisneros. Las actividades fueron convocadas bajo el lema “Por la memoria, la lucha y la esperanza”. La idea era insistir con el reclamo de justicia por el crimen de Cisneros y, al mismo tiempo, mostrar los emprendimientos productivos. El homenaje se realizó en un edificio de dos pisos que hasta mediados de los ’90 fue una fábrica de grupos electrógenos. Hoy es la Unidad de Producción Social del comedor. Allí funciona una panadería y también se llevan a cabo proyectos de serigrafía, textil (guardapolvos y zapatillas), carpetas y adornos de cartón que se venden a los turistas de Caminito.
Además de Los Pibes, los otros convocantes fueron el comedor Copitos, C.A.S., Grupo de Teatro Catalinas Sur y Co.Vi.L.Pi –que pertenecen al barrio–, Barrios de Pie, MP20, MTD Evita, Frente de Juventudes por la Patria, Partido Comunista Congreso Extraordinario, Octubres, Resistir y Vencer, entre otros. La mayoría de esas agrupaciones –aunque no todas– tienen relación con el kirchnerismo o forman parte de él. También participaron sectores que mantienen una relación más distante con el oficialismo, incluso crítica, como el MTD Aníbal Verón que encabeza Juan Cruz Daffunchio y la Corriente Clasista y Combativa. Esos grupos enviaron representantes y homenajearon a los caídos “a pesar de las diferencias”. Otro de los firmantes fue la Asociación Madres de Plaza de Mayo.
La actividad comenzó a las 10 con una celebración a cargo del cura Luis Farinello. Antes de bendecir las manos, Farinello contó que había conocido a Cisneros en el desalojo de Bodegas Giol. A mediados de los ’90, el Oso militaba en la comisión de vecinos de aquel edificio tomado en Palermo. La jornada continuó con un “guiso de la unidad” para mil quinientas personas. En el segundo piso se podían observar las producciones, el resultado de los microemprendimientos, mezclados con banderas, pecheras, pañuelos de las Madres y fotos de Cisneros. En el frente del edificio, la decoración se completaba con una gran bandera argentina y banderitas de Venezuela, Cuba, Brasil, Uruguay, Irak y Líbano.
Los asistentes eran desocupados de las organizaciones y vecinos del barrio. Durante el día pasaron unos pocos dirigentes del kirchnerismo, como Humberto Tumini (Patria Libre) y Gabriel Fuks, secretario de Cascos Blancos de la Cancillería. No hubo más presencias del Gobierno. Apenas el secretario de Provincias del Ministerio del Interior, Rafael Folonier, transmitió su adhesión por teléfono.