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Los ojos azules del ex subcomisario Luis Patti suelen ser gélidos e inexpresivos, pero ayer no era el caso. Visiblemente desencajado, apretaba su mandíbula al responder sobre el pedido de detención del fiscal de San Nicolás, Juan Murray, que –como informó ayer Página/12– lo responsabiliza del secuestro y asesinato de Gastón Gonçalves en marzo de 1976. “Es una campaña sucia del Gobierno en la que hace una semana éramos golpistas, después desestabilizadores. Remueven causas de hace 30 años y ni siquiera tuvieron la precaución de saber si yo estuve en el enfrentamiento. No estuve”, rugió el candidato del Paufe. “El lo quiere usar políticamente y hacerlo aparecer como algo del Gobierno, pero los organismos de derechos humanos lo venimos denunciando hace 28 años”, le respondió la abogada de la agrupación H.I.J.O.S. Ana Oberlin, que impulsa la causa.
“Nunca participé en ningún enfrentamiento de fuerzas combinadas”, insistió Patti como forma de defenderse del asesinato de los dirigentes peronistas Eduardo Pereyra Rossi y Osvaldo Cambiasso, otra causa que podría reflotar el juez Carlos Villafuerte Ruzo por pedido de los organismos de derechos humanos. Ambos fueron secuestrados en Rosario y asesinados en Zárate en lo que la dictadura llamó “un enfrentamiento”. En su momento, tanto Patti como el cabo Juan Amado Spataro declararon en la indagatoria que habían disparado contra dos “subversivos armados”.
Siguiendo con su estrategia de mostrarse como víctima de una persecución política, Patti afirmó ayer durante una recorrida de campaña en La Plata que “funcionarios del gobierno de la provincia de Buenos Aires que están en los derechos humanos nos atacan con dos medios diciendo las barbaridades que dicen”, afirmó Patti. “Les pagamos el sueldo para que vayan a hacer denuncias. Que (el gobernador Felipe) Solá recurra a otros métodos, que haga campaña seria y el Presidente también.” Además deslizó la idea de que el fiscal también estaría manipulado por el Gobierno.
“Este pedido empezó en octubre del año pasado, los tiempos judiciales no son los mismos que los políticos. Cuando hicimos la denuncia Patti no era candidato”, refutó Oberlin, abogada de los hijos de Gonçalves, Claudio –que recuperó su identidad en la democracia– y Gastón, bajista de Los Pericos.
Cuando se le preguntó por el caso de Gonçalves, que fue visto por última vez en la comisaría de Escobar en la que Patti era oficial subinspector, insistió: “Si hubiese estado, yo digo: ‘Señores, yo estuve en este enfrentamiento’. No estuve”. Un periodista le aclaró que no se lo acusaba de ningún enfrentamiento, sino del secuestro, tortura y asesinato del joven. “Es mentira”, atinó a decir. Negó también haberlo conocido.
Según fuentes judiciales, en el expediente hay tres testigos que presenciaron una discusión pública entre Patti y Gonçalves, cuando este último intentaba organizar un acto político en Escobar en 1975. Patti le habría dicho: “Ya vas a ver lo que te va a pasar. Te voy a hacer matar”. Poco después él desapareció y su mujer, Ana María del Carmen Granada, fue acribillada en su casa.
“No estuve ni en punto final ni en obediencia debida. Siempre me juzgaron jueces de la democracia y me sobreseyeron. A mí me denunciaron siempre los ladrones y la gente decente, nunca”, lanzó Patti, quien fue acusado por distintos organismos de derechos humanos y, en este caso puntual, por los hijos de Gonçalves, Claudio y Gastón. “Fue sobreseído en la dictadura por la causa de Cambiasso y Pereyra Rossi, es mentira que lo sobreseyeron en democracia”, le contestó Oberlin. El ex intendente de Escobar dijo sobre los fueros que tendrá si es elegido como diputado: “Estamos dispuestos a concurrir a la Justicia. Yo no soy como otros, me saco el fuero y voy a donde me llame un juez”.
“Creo que sobre el pasado tiene que haber una reflexión de los argentinos, que todos nos sentemos en una mesa, porque nadie hizo las cosas bien”, dijo en un intento de introducir la teoría de los dos demonios en su defensa. “Yo a mi hijo no le voy a decir que le tenga odio a un montonero: fueron excelentes guerreros”, definió el ex policía, pese a que asegura no haber estado en ningún enfrentamiento.
Patti tuvo ayer una reunión jurásica con el obispo de La Plata, Héctor Aguer. Lo escoltaba el cuarto candidato de su lista, Patricio Caselli, hijo de Esteban “Cacho” Caselli, ex embajador del Vaticano durante el gobierno de Menem. Patti no dejó dudas sobre su cercanía al riojano: “A Menem lo he apoyado. Si piensan que voy a decir: ‘No soy su amigo’, tampoco lo voy a hacer”, sostuvo. También dijo que en un mes hará un acto con su aliada Chiche Duhalde. “Esta moda de que todos son progresistas, con nosotros no va: los derechos deben ser humanos para todos, también para el policía que matan. Y no de un partido político”, remató Patti y se retiró rodeado de hombres trajeados y con handies.

Informe: Werner Pertot.