EL PAíS › SENADORA POR SAN LUIS NEGRE DE ALONSO
Una chica de familia
El martes presentó un libro de la Universidad Austral y lanzó su consigna: “El divorcio es el cáncer de la sociedad”. En el acto estuvieron Scioli, Rodríguez Saá, Ricardo Bussi y macristas.
Por Eduardo Tagliaferro
“El divorcio es el cáncer de la sociedad”, es una frase un tanto retro para escucharla en el Congreso entrado el siglo. Pero el martes fue pronunciada en el Salón Azul cuando se presentó, con el auspicio y financiamiento del Senado, una publicación de la Universidad Austral que pretende sentar “Bases políticas familiares en la Argentina”. La apertura del acto la realizó el vicepresidente Daniel Scioli, quien no dudó en resaltar la importancia de una “familia fuerte”. La impulsora de la movida fue la senadora por San Luis Liliana Negre de Alonso, socia del Opus Dei y vicedecana de la Austral. El paneo de los invitados inclina la imagen hacia la derecha: el puntano Adolfo Rodríguez Saá, el macrista ex funcionario de la dictadura Santiago de Estrada, el senador por Tucumán Ricardo Bussi, hijo del represor.
A pesar de que en varios despachos algunos voceros insistieron con que sus senadores presentarían un pedido de informes, lo cierto es que, finalizada la semana, éstos no llegaron a la mesa de entradas y tampoco lo harán en los próximos días. “No llama la atención. Es otro gesto de Scioli para diferenciarse de Kirchner”, aventuró un legislador cercano al Gobierno. En sus cálculos incluso imaginó al actual vicepresidente como candidato para una alianza de centro-derecha. “Centro en el mejor de los casos”, agregó.
Allegados a Scioli afirman que “las publicaciones son reclamadas por los senadores. En este caso el pedido lo hizo Negre de Alonso”. Por las dudas, repiten que esto “no implica compartir los contenidos”. No entregan números, pero aseguran que no se editaron más de quinientos o mil ejemplares. “Cuando se publican más de mil números, la diferencia la paga el senador”, afirman. El agradecimiento de la senadora puntana fue explícito. “Gracias vicepresidente Scioli por abrir el Senado a la ciudadanía y por haber decidido destinar fondos del Senado en la edición de la investigación.” Sobre esos dineros, Negre afirmó que se trata de “un gasto que sirve para construir un país mejor”.
El trabajo fue coordinado por Marina Camps, del Instituto de Ciencias para la Familia Universidad Austral, la misma que en un programa televisivo definió a la homosexualidad “como una enfermedad”. Basándose en una encuesta que atribuyeron a Gallup, en su introducción Camps afirma que “8 de cada 10 argentinos consideran que las políticas de gobierno en Argentina desalientan a las familias a tener hijos”. Tanto el trabajo como la presentación apuntaron a la derogación del divorcio. También hubo peyorativas menciones a las uniones de hecho entre homosexuales y la adopción de hijos por matrimonios homosexuales. “Debemos evitar que silenciosamente se vaya destruyendo el humus de la sociedad que es la familia, cuidando en la legislación aspectos con dejos antifamiliares. La familia es el elemento clave para el desarrollo económico”, dijo en la presentación del trabajo Ludovico Videla, decano de la facultad de ciencias económicas de la UCA.
El trabajo editado por el Senado tiene cinco capítulos. En el primero se exhorta a los políticos, más allá de su posición ideológica o creencia religiosa, a que no sean neutrales y se comprometan con “promover y facilitar la conservación, desarrollo y restauración de la comunidad sexuada”. Luego se diferencia a “la familia tradicional y las convivencia de hecho o meras uniones civiles”. Dicen respetar la diversidad, pero señalan que “es injusto tratar lo desigual como igual” ya que se estaría frente a “una dictadura ideológica”. Basándose en estadísticas de los Estados Unidos, se afirma “que las parejas que llegan al matrimonio habiendo cohabitado son más inestables y propensas a acabar en un divorcio”. También tienen un subtítulo para hablar de los daños psicológicos a los hijos. Allí se afirma que “hay evidencia científica de que la ruptura del matrimonio causa daños psicológicos a los hijos”. Se puede leer que “la falta de cuidado maternal aumenta la agresividad y la violencia de los niños”. El miedo también está en el trabajo, ya que, aunque refiriendo a estadísticas de los Estados Unidos, se dice que “los divorciados tienen 6 veces mayor frecuencia de problemas psiquiátricos que quienes permanecen casados; tienen el doble de posibilidades de suicidio, más problemas de alcoholismo y abuso de sustancias químicas y más riesgo de morir de enfermedades cardiovasculares y de cáncer”. Para fundamentar lo que entienden debe ser una política de Estado contra el divorcio también se afirma que “los hijos de madres solteras son siete veces más propensos a vivir en la pobreza que aquellos criados por sus padres en el marco de un matrimonio intacto”.