EL PAíS › SEMANA DE DIPLOMACIA Y CAMPAÑA EN NYC
En la vidriera del mundo
Kirchner parte mañana a participar de la Asamblea General de la ONU. Verá a Rodríguez Zapatero y a Putin, y brevemente a Bush, una semana después de que argentinos y norteamericanos discutiesen el documento de la Cumbre de las Américas de noviembre en Mar del Plata. Los principales candidatos oficiales en Nueva York.
Por Sergio Moreno
Mañana, el presidente Néstor Kirchner emprenderá un nuevo viaje a Estados Unidos. Irá a Nueva York para participar de una nueva Asamblea General de la ONU, presidirá el Consejo de Seguridad del organismo, se encontrará con los mandatarios de España y Rusia –poco probablemente con el de Francia– y se dará la mano charla de por medio con George W. Bush. Este nuevo encuentro tendrá como telón de fondo una referencia inmediata: esta semana que termina hoy, diplomáticos de Argentina y Estados Unidos discutieron fuertemente en Buenos Aires por el contenido del documento que deberá aprobarse en la Cumbre de las Américas, a realizarse en Mar del Plata en noviembre. Las diferencias fueron estructurales y no hubo acuerdo. Se discutió sobre empleo y distribución de la riqueza y las diferentes posiciones quedaron expuestas. Al finalizar la reunión, el embajador americano, Lino Gutiérrez, amenazó con la chance de que Bush no participase de la cumbre. En ese marco, Kirchner hablará unos minutos con Bush el miércoles, en el almuerzo de la ONU y posteriormente en la cena que ofrecerá el texano. Paralelamente, la gira tendrá un detalle significativo: el Presidente argentino viajará con los principales candidatos del Frente para la Victoria, Cristina Fernández de Kirchner, José Pampuro y Rafael Bielsa. Las fotos de campaña, esta semana, provendrán de la Gran Manzana.
El Boeing de Aerolíneas Argentinas que utiliza el Presidente para realizar viajes de más de 8 horas (el Tango 01 no es apto por cuestiones de autonomía) tocará tierra el martes. Ese día, la delegación participará de un seminario en la New School University, que ofrecerá CFK, el alcalde de San Pablo, Brasil, José Serra, y el premio Nobel de Economía 2001, Joseph Stiglitz –a esta altura, un infaltable acompañante del matrimonio Kirchner–. El escenario forma parte de la estrategia de comunicación del Presidente.
Kirchner, que desde que habita la Casa Rosada nunca faltó a una sola convocatoria de la ONU, utiliza Nueva York como vidriera para posicionarse ante el mercado interno, por una parte, y fundamentalmente, ante el establishment financiero internacional. El patagónico supo exponer su encono con el Fondo Monetario Internacional, apoyado en Stiglitz (un feroz crítico del rol del organismo) desde 2003. En 2004, fue el relator del crecimiento sostenido de la Argentina y la dura pulseada con el FMI y los bonistas privados en default. Este año, se espera, el patagónico dará testimonio de cómo la Argentina está solucionando sus problemas, ha salido del default, mantiene un crecimiento de nueve por ciento anual, hace crecer el empleo, las reservas y el superávit fiscal siguiendo un camino totalmente opuesto al que propone el dogmático organismo creado tras los lejanos acuerdos de Bretton Woods. La agenda aun no está cerrada, pero el Gobierno ha hecho saber que Kirchner mantendrá encuentros con el mandatario español, José Luis Rodríguez Zapatero (se había previsto una charla y una conferencia en la New York University pero sólo se concretará uno de los dos eventos), y con el de Rusia, Vladimir Putin. Si la salud le permite viajar a NYC, el francés Jacques Chirac será de la partida; es muy poco probable.
Kirchner hablará ante la asamblea de la ONU el miércoles a la mañana, hora local, y más tarde liderará una sesión del Consejo de Seguridad, este año presidido por la Argentina.
Posiblemente, el matrimonio presidencial tenga un encuentro con la científica argentina radicada en Gran Bretaña y coronada por la reina de Inglaterra como Dame of the British Empire, la doctora Julia Polak –se conocieron en Londres, en el primer viaje del Presidente, en 2003– y un grupo de científicos argentinos radicados en Estados Unidos. CFK, el jueves, viajará a Washington en avión de línea para participar de una actividad propia. La gira terminará el viernes, cuando Kirchner visite el barrio de Queens, donde se encontrará con argentinos de las clase más carenciadas que viven en la gran ciudad, muchos de ellos sin papeles. La idea surgió a partir del éxito que tuvo la guía del inmigrante redactada por el Consulado argentino en Nueva York, una especie de digesto de la supervivencia para inmigrantes documentados e indocumentados.
Cumbre borrascosa
Kirchner verá a George Bush en dos oportunidades, ambas el miércoles. La primera será en el almuerzo que Kofi Annan ofrece a todos los mandatarios en Naciones Unidas; el segundo en la cena que el presidente americano ofrenda en tanto país anfitrión del organismo. En ambas oportunidades cruzarán algunas palabras.
Esas charlas tendrán como antecedente inmediato las discusiones que esta semana que termina se llevaron a cabo en Buenos Aires, con motivo de realizarse otro encuentro del Grupo de Revisión e Implementación de Cumbres (GRIC). Representantes de 34 delegaciones de América discutieron los borradores de la cumbre que se concretará el 4 de noviembre en Mar del Plata, y a la cual asistirán los jefes de Estado de todos los países del hemisferio –George W. Bush incluido– menos Cuba.
La delegación argentina en el GRIC estuvo encabezada por el vicecanciller Jorge Taiana; la norteamericana por John Maisto, actual representante de EE.UU. en la OEA, y por el embajador de ese país en Buenos Aires, Lino Gutiérrez.
La Cumbre de las Américas acordará un documento y trazará un plan de acción a partir de la premisa que tendrá este año y cuya aceptación hemisférica fue un logro de la diplomacia argentina. Reza: “Crear trabajo para enfrentar la pobreza y fortalecer la gobernabilidad democrática”. En las reuniones del GRIC se negocian la redacción del documento final y el plan de acción de marras. Las discusiones de los borradores del documentos realizadas esta semana fueron muy calientes y hubo alineamientos definidos. Por un lado Estados Unidos y Canadá, por el otro latinoamérica; si bien hubo matices, fue una muestra de la calidad de las relaciones entre el país más poderoso del mundo y sus vecinos.
La premisa de la Cumbre marcó la cancha donde los jugadores deben moverse. Americanos y canadienses han demostrado sentirse un tanto incómodos con los márgenes que impone. Tan es así, que Maisto, en determinado momento, intentó comenzar a hablar de temas que estaban cerrados ya desde encuentros anteriores del GRIC: por ejemplo, el libre comercio, premisa que remite necesariamente al ALCA.
Para los argentinos la discusión pasa porque en Latinoamérica hay 126 millones de personas con problemas de empleo. El eje de los debates es, precisamente, cómo se genera y se mejora el empleo en la región. El BID yla Cepal, organismos que también forman parte de la cumbre, han aceptado el argumento argentino de que con el crecimiento económico sólo no basta, axioma sostenido con el ejemplo del fenómeno de los ’90: cuando hubo crecimiento económico, no siempre generó empleos, por el contrario, muchas veces se destruyeron puestos de trabajo, y creció la informalidad y la precarización. Eso también repercutió en las crecientes desigualdades en los accesos a los sistemas de educación y salud de los países, creando aun mayores diferencias. “Norteamericanos y canadienses tienen un lenguaje común. Sostienen que los problemas de Latinoamérica provienen de las entrañas de sus países y que debemos resolverlos nosotros mismos. Son países, dicen, donde reina la corrupción y la ineficiencia”, relató a Página/12 un alto diplomático argentino. Cuando expusieron este parecer, el vicecanciller Taiana rebatió los argumentos, planteando los problemas estructurales, criticando los resultados del Consenso de Washington y el núcleo central de la posición EE.UU.-Canadá: para revertir la tendencia de pobreza y desempleo en el hemisferio haría falta un crecimiento sostenido durante una década de alrededor del 6 por ciento anual; la Cepal presentó un informe que dice, festejando, que dicho crecimiento para 2006 para Latinoamérica será del 4,5 por ciento. La conclusión es simple: el aceptable nivel de 4,5 por ciento no hará mella en la tendencia negativa de la pobreza regional. El argumento de la mano invisible del crecimiento y el “goteo” es vacuo por insuficiente.
Los americanos observaron (es decir, objetaron) casi todo el borrador. Incluso tuvieron una fuerte discusión con los mexicanos por temas inmigratorios.
¿Qué ocurrirá de ahora en más? Pues todas estas deliberaciones se producirán nuevamente en el próximo encuentro del GRIC, la primera semana de octubre. “El documento final estará listo, con suerte, el 3 de noviembre”, ironizó un funcionario argentino: la Cumbre de las Américas se realizará el 4 de ese mes.
Producto de la tensión en las negociaciones, entienden en el gobierno argentino, fue la declaración de Lino Gutiérrez en la conferencia de prensa que ofreció tras en cierre de esta edición del GRIC. Allí dijo que Bush podría no asistir a la cumbre, debido a los inconvenientes que el huracán Katrina le acarreó a él y a su país. En el Palacio San Martín decodificaron los dichos del embajador como una presión. “Estados Unidos no está bien con la región. Han tenido un revés con al designación de (el chileno José Miguel) Insulza al frente de la OEA –el candidato de EE.UU. era el canciller mexicano–, no tiene políticas claras hacia la región, el ALCA no es aceptado en América del Sur, por lo tanto no tiene chances. Washington debe mejorar esa relación. No creo que Bush, entonces, se ausente”, especuló un diplomático acostumbrado a negociar habitualmente con el Departamento de Estado norteamericano.
Acaso Kirchner hable algunas palabras al respecto, el miércoles, con el propio Bush.