EL PAíS › RAFAEL BIELSA, CANCILLER Y CANDIDATO A DIPUTADO
“Duhalde y Macri se van a juntar porque los náufragos no eligen puerto”
La ciudad, su candidatura, la vida en el Estado y en la calle, Carrió y Macri, el “matrimonio” Kirchner/Duhalde, su relación con un Presidente “pasional”. Una charla a varias puntas que incluye el pase de la política a la vejez.
Por Sergio Moreno y Diego Schurman
Con los dedos hace la “V” peronista. Aunque no los levanta sino que los inclina y se los acerca a la boca. Está pidiendo un cigarrillo, el enésimo en una tarde pesada y lluviosa. Al rato, con otro típico ademán, acercando el índice al pulgar, reclama un café. Es un Rafael Bielsa auténtico, que no ahorra en gestos ni en palabras. Y hasta se da algunos lujos maradonianos como el de ponerle apodos a Macri o hablar de sí mismo en tercera persona. De paso, rompe algunos mitos, como aquel designio de hombre en pose y contracturado. En su rol de cabeza de lista del kirchnerismo porteño, no sólo se quita el saco sino que también se anima a mezclar diplomáticas citas de autoridad con un lenguaje más llano. Está convencido de que mostrarse tal cual es no configura un riesgo. Y por eso hasta se anima a ofrecer una opinión del caso Cromañón distinta a la del gobierno que lo convirtió en candidato a diputado nacional.
“Leí las 900 páginas del informe. Independientemente de que discrepo de algunas conclusiones –hay algunas de las recomendaciones que no son acordes a la Constitución de la Ciudad–, me parece que el proceso de reconstrucción leído, sin machearlo con las cajas de documentación original, es un trabajo enjundioso y responsable”.
–No coincide con Ibarra respecto a que se inventaron pruebas...
–... no es que disiento. Ibarra dice que controlando el informe contra los materiales de trabajo notó que algunas declaraciones se habían recortado, lo que configuraría un ilícito. Yo no accedí a los papeles de trabajo, sólo a las 900 páginas del informe. Y me pareció un informe bien estructurado, que no fue hecho entre gallos y medianoches.
–¿Cómo influye el tema Cromañón en la campaña?
–Veremos. La posición de Bielsa es: hacia atrás verdad y justicia, hacia adelante nunca más.
–Tiene un perfil alto en el caso Cromañón. De hecho, su mujer lo representó ante la comisión investigadora cuando usted estaba de viaje.
–Yo volvería a apoyar a Ibarra cien y mil veces, porque enfrente está Macri, porque Macri es lo que no deseo en la esfera pública. Pero ninguna elección vale una vida, mucho menos 200. Sobre ese episodio hay cosas irrenunciables sobre los valores personales. No se mide por conveniencia.
–Por ese cortocircuito se habló de la renuncia a la candidatura.
–El Presidente nunca habló de mi renuncia. Si hubieses sucedido, yo soy un tipo de renuncia fácil. No es complicado sacarme una renuncia.
–Su renuncia hubiera sido un costo enorme para el Gobierno.
–Hu-bie-ra si-do. Pero no existió.
–La Casa Rosada siempre cuestionó su alto perfil.
–Si hay un individuo que desde que empezó a trabajar con Kirchner jamás tuvo un proyecto personal, soy yo. Yo quiero ser proletario políticamente, no aristócrata. Cuando lo apoyé a Kirchner, el 8 de mayo del 2002, él tenía 1,57 de intención de voto.
–Se sabe que Kirchner es muy duro con los ministros...
–(Piensa unos segundos.) Yo lo planteo en términos de pasión. De voliciones fuertes. El tiene un temperamento volcánico, y yo no soy un caniche toy. Cuando discutimos nos apasionamos. Kirchner no llegó para dejar sus convicciones en la puerta, ni yo lo acompaño para dejar las mías.
–¿Que lo haya acompañado en su último acto habla de la necesidad de nacionalizar la campaña y traccionar votos hacia usted?
–Kirchner habla 35 minutos hasta quedarse afónico. No va a transferirte unos votos, va a dejar todo lo que tiene. Pertenece a la esfera de la pasión, la voluntad. No a los cálculos políticos.
–Igual ayuda que Kirchner tenga un piso alto de imagen positiva.
–Siempre es mejor que sea joven, rico y sano, que viejo, pobre y enfermo.
–Detrás de su tono épico, el cálculo existe.
–Uno ve la película desde sus ojos. Como dice Machado: “los ojos que ves no son ojos porque tu lo veas, son ojos porque ven”. Esto es igual: yo no leo la política desde la miseria y la especulación. Cuando una lectura te cierra fácil, probablemente sea errónea.
–Al respecto, ¿no es exagerado denunciar una “campaña de desestabilización”, como hizo el Gobierno?
–No fue un monotema de Kirchner. Lo retomaron Solá y Obeid. No es una denuncia penal o de golpe de Estado. Es “obstáculos a la gobernabilidad”.
–¿Los “obstáculos”, a la larga, no buscan voltear a un gobierno?
–El obstáculo se da en el Congreso, que el año que viene tiene que hacer una reforma tributaria. La relación entre impuestos indirectos y directos es de 67 a 33. En los países que funciona es exactamente a la inversa.
–Cristina Kirchner criticó la alianza socialista-radical de Santa Fe. ¿No es eso un libre juego democrático?
–El episodio electoral no debería ser que la oposición se transforme en obstrucción. Puede decir “no estoy de acuerdo”. Pero si cuando estás de acuerdo, no das quórum, no vas a las comisiones, eso es obstrucción.
–El propio peronismo hace eso...
–Si el peronismo hace eso también está mal. Yo me preguntó ¿por qué razón en la plataforma del ARI está bien reformar la Corte, el fomento a las pequeñas empresas y la nulidad de las leyes de obediencia debida y punto final, y cuando nosotros hicimos todo eso dejó de estar bien? ¿Por qué cuando el Gobierno convocó al ARI a terminar la cabeza más negra de la hidra, que es el PAMI, Carrió en vez de conjugar el verbo transformar, conjugó cooptar? Para Carrió las cosas están bien si las hace ella, y mal si la hacen otros. Eso es personalismo. Miren, un congreso que sacó 7 leyes no es una oposición constructiva, es a la retranca, cada vez más obstruccionista. Y eso es lo que denunciamos.
–¿Sin nombrarlo, habla del duhaldismo?
–Todo lo que se nuclea alrededor del duhaldismo lastra, tira para abajo, para atrás, les retrasa el reloj. Sin querer ser transformadores a ultranza, que tampoco lo somos, porque no bajamos de Sierra Maestra, lo que expresa el Frente para la Victoria es un modo de construcción diferente. El 70 por ciento de la lista tiene menos de 35 años.
–Traducción: Kirchner tuvo con Duhalde un matrimonio por conveniencia.
–Cuando uno se casa nunca piensa que se casó por conveniencia. Uno piensa que lo hace para toda la vida, y después aparecen cosas... el mal aliento. Yo no conozco los detalles del choque de locomotoras. Interpreto que a Néstor, por convicción, no le cabe el apriete, es fóbico. No está dispuesto a construir en condiciones de presión. De Kirchner se han dicho las cosas más abominables, excepto que sea un pelele. ¡¡No es un pelele!!
–Muchos de los que quisieron apoyar su candidatura quedaron afuera. ¿No va en sentido inverso a esta idea de apertura que manifiesta Kirchner?
–Les cuento dos experiencias sin dar nombres: una de esas agrupaciones que quería acompañar mi candidatura me pide una reunión. Eramos 30 personas. Y un señor lo primero que me dice es: “Vos sin nosotros no ganás”. Le dije “tomátelas”. El que plantea eso, sin ni siquiera hablar ni una palabra de política, es un irrespetuoso. Otro grupo, más reducido, donde el protagonista era una mujer, me hace el mismo planteo. Hablemos de política, enamorémonos, tomemos un vino, y después hablemos de una lista. Yo una vez le dije a Alberto Fernández: “Si existiera la posibilidad construir una lista argentino-uruguaya con Horacio Ferrer, Víctor Hugo Morales, Adrián Paenza, yo quiero colgar esa lista”. Pero de apriete conmigo noooooooooo.
–¿Por qué votarlo a usted y no a Carrió?
–Macri es el modelo 2005 de la catramina Menem, el auto usado Menem. Entonces Paloma Herrera (se refiera a Macri, por su llamado a saltar como un bailarín los baches porteños) frivoliza el dolor de los tipos que tienen un bache brincando sobre él. Macri tiene una concepción patrimonialista del Estado. Un tipo que dice “a mí no me importa de dónde viene la plata de Tevez...” eso en el Estado es Gaith Pharaon.
–No contestó sobre Carrió.
–Carrió no puede administrar ni un kiosco. Y sin gestión no hay éxitos.
–En su lista también hay gente joven con poca y nula experiencia.
–Pero no se propone para un cargo ejecutivo.
–Carrió es candidata a legisladora.
–Pero se propone ser presidente. La gran trampa es que es una legislativa que tiene una candidata que se postula a presidente y lo dice, y otro que se postula a jefe de Gobierno. Carrió dice que su vida se transformó en una vida mucho mejor cuando dejó “esa basura” del Congreso, y lo dice así. Y Macri dice que detesta la tarea legislativa, y lo dice.
–Uno puede especular que también aspira a ser jefe de Gobierno.
–Yo tengo una vida muy interesante fuera de la gestión pública. Cuando Paloma Herrera (Macri), con perdón de Paloma Herrera, dice que yo trabajé con el menemismo yo fui empleado del Estado, como un director de escuela o empleado ferroviario. Macri vivió del Estado sin haber trabajado nunca para él. O sea, yo quiero ser diputado cuatro años y después irme a mi casa. Tengo 52 años, tengo que pensar en mi vejez y ganar plata. La vida es tan fantástica fuera del Estado.
–¿Después de octubre se lo imagina a Duhalde trabajando junto a Macri?
–Yo hablé muchas veces con Duhalde. Nunca me he aburrido. El problema con Macri es que uno se olvida a medida que habla, es el fenómeno memento. La verdad, no me lo imagino hablando a Duhalde con Macri, porque la política tiene cosas de pasión, de juego, sobre todo para un gran jugador de ajedrez como Duhalde. En la reunión de cúpulas la química importa. Pero...
–¿Entonces?
–Y puede ser que se junten porque Duhalde va a perder y Macri va a perder. Y los náufragos no eligen puerto.
–¿Cómo se imagina el PJ en cinco años?
–Lo importante es escuchar “este pueblo es de Eva, de Eva Perón” y que se me siga poniendo la piel de gallina.
–¿Cómo es eso que se hizo peronista por las mucamas?
–Ufff. El otro día mi viejo me dijo, cuando leyó eso, “¿por qué estás hablando de cosas de la intimidad de la familia?”. Pero fue verdad. En mi familia me sobreobligaban. Esos chicos salen rebeldes. Nunca mansos. Son turros. Yo era un pibe turro. Mi abuelo era antiperonista. Y yo le escribía en las paredes Perón. Las mucamas decían “esa hija de puta de María Luisa –que era mi abuela– nos mandó un poquito de comida, y encima la que sobró... si estuviera Perón”. Ahí me hice peronista. Yo estaba del lado de la mucama, no de la que tiene la heladera con un candado.
–¿A qué atribuye frases suyas como “quiero que me amen”, “tengo incapacidad para ser feliz”, raramente pronunciadas por políticos?
–A Lilita le pedí que ame más y odie menos. ¿Por qué uno está en la función pública? Porque querés que te quiera la gente. No estás para ganar plata. Tampoco para pasarla bien: hay que leer Ambito Financiero y Página/12 y se da cuenta que no la pasa bien (sonríe). Pero ¿dónde encontrás la retribución? Cuando Raúl Gámez (presidente de Vélez) en el almuerzo de Mirtha, cuando ella dijo “¡cómo quiere a la familia Bielsa!” Gámez dijo “no los quiero, los amo”. Entonces ahí digo, valió la pena. No hay política sin amor. En la política, que no es una guerra, vos tenés que amar, tener que tener paciencia. Sobre mi incapacidad militante para ser feliz tiene que ver con la infancia y con que somos una generación perita en derrotas. Nosotros podemos dar cátedra de derrotas, de pérdidas. Ser feliz es el salto de Charly García. Nosotros no lo disfrutaríamos porque pensamos que abajo nos rompemos la cabeza. Entonces los momentos de felicidad los vivís para cuando no la tengas. El mejor Bielsa es el de los 20 años, desde entonces no hizo más que empeorar. El pibe del 73 era fantástico, más valiente, más crédulo. Son valores que estaban más en aquel pibe que ahora. Como dice Mario Trejo: “Todos somos las ruinas de lo que pudimos haber sido”.