EL PAíS
Aíto de la Rúa reapareció ante la prensa y recibió un cachetazo
El hijo del ex presidente fue a conocer a su sobrina y no se amilanó ante los micrófonos. Dijo que el presidente Duhalde está “devaluado” y, de inmediato, apareció una señora que le dio una bofetada.
–¿Cómo lo ves a Eduardo Duhalde?
–Devaluado.
La humildad nunca fue el fuerte de los hijos del ex presidente, pero es curioso que ni siquiera el cachetazo, ruidoso y limpio, que le estampó una señora en medio de la cara alcance para que Fernando “Aíto” de la Rúa cambie su visión de las cosas. Fue ayer, poco después de que el joven saliera de la clínica donde su hermana Agustina tuvo a su tercer hijo.
La oportunidad fue aprovechada por De la Rúa (padre) para su primera salida en más de cuatro meses. Con la campera de gamuza de siempre, y el mismo gesto en el rostro, el ex presidente ingresó y se retiró de la clínica La Trinidad, en Palermo, sin formular declaraciones.
Antonio, el favorito, vive en Miami, y no llegó a tiempo para visitar a su hermana, por lo que el protagonismo recayó en Aíto. Rodeado por un grupo de periodistas, el ex director de Educ.ar respondía preguntas sobre la fallida gestión de su padre. “No está depresivo, sino triste”, dijo cuando le pidieron que describiera el estado de ánimo. “Sí”, respondió cuando le preguntaron si hubiera preferido un final menos vergonzoso para la gestión. “Lo importante es que el país salga adelante”, atinó a decir cuando lo consultaron por el adelantamiento de las elecciones.
Y en eso estaba cuando apareció desde atrás una señora bajita, con el pelo teñido y un pekinés en los brazos. Sin preámbulo, la señora estiró la mano y propinó un cachetazo en el centro de la mejilla derecha de Aíto. Sonó claro. El menor de los De la Rúa dijo “uhhhhhhhhh”, y se frotó la mejilla.
La señora seguía insultándolo, pero Aíto se recuperó rápido, se movió unos metros y continuó respondiendo las preguntas de los periodistas: desmintió las versiones sobre la separación de sus padres, comentó que su hermana estaba bien, que el bebé se llama Sofía y aseguró que el ex presidente no tiene pensado volver a la política.
Se lo veía distendido, con su campera deportiva y el tono de chico bien que comparte con el resto de los De la Rúa. Escuchaba las preguntas con atención y las contestaba con tranquilidad.
Es que, aunque nunca llegó a ser tan famoso como Antonio (nunca tuvo, por ejemplo, un imitador en el “Gran Cuñado” de “Video Match”), Aíto fue levantando el perfil a lo largo de los dos años de gobierno aliancista.
Se destacó, básicamente, por dos cuestiones. Encaprichado con Internet y las nuevas tecnologías fundó un ambicioso portal educativo con el objetivo de conectar a todas las escuelas a través de la red. Sin embargo, su imagen pública terminó de consolidarse cuando se enganchó en serio con Gabriela Vaca Guzmán, una egresada del Northlands con la que piensa casarse en poco tiempo.
No llegó a ocupar el lugar de su hermano, ni en las revistas del corazón ni en el gobierno de la Alianza. Sin embargo, de a poco se animó a meterse en algunos temas y hasta salió públicamente a inyectar buena onda (una vez dijo que Argentina tenía que “salir adelante” porque “es un país que tiene todos los climas”). Ahora, al igual que su padre, Aíto trata de no salir mucho y esquiva los boliches de moda. Es lógico: nunca se sabe de dónde puede llegar la próxima cachetada.