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De manera muy reservada, en el Gobierno reconocen la preocupación existente con respecto a la continuidad del servicio eléctrico. “El aumento de tarifas dispuesto para el invierno se lo llevan las petroleras”, señaló una fuente del sector, aludiendo a que dicho ajuste sólo compensó el mayor costo por el uso de fueloil en las usinas en reemplazo del gas natural. Sin otras compensaciones, tanto las generadoras como las distribuidoras eléctricas deben afrontar el encarecimiento de sus costos financieros –algunas están fuertemente endeudadas en dólares– y en los insumos que importan, con sus tarifas pesificadas. Los especialistas del área no descartan el riesgo de un apagón, aunque no en lo inmediato. Las imágenes de los partidos del Mundial están a salvo.
La Secretaría de Energía presentó un informe ayer justificando el aumento en las tarifas eléctricas para los meses de invierno. “No hay energía más cara para el usuario que la no suministrada” es la frase publicitaria con la que el comunicado elaborado por Alieto Guadagni remata la explicación, que plantea que los valores que abonará el usuario este invierno no son distintos a los de la misma temporada del año pasado.
“Con el objetivo primordial de proteger a los usuarios, en cuanto a la continuidad del suministro sin interrupciones, se sancionó el ajuste estacional correspondiente al trimestre mayo/julio, permitiendo así que las centrales de generación puedan cubrir el costo de combustible que deben utilizar para poder producir más electricidad”, explica Energía.
El Fondo de Estabilización del sistema eléctrico les adelantó los recursos a los generadores térmicos para que abonaran en forma adelantada el fuel a utilizar durante el período invernal, evitando así el impacto de los sucesivos aumentos. Eso es lo que posibilitó que las tarifas, aunque mayores que las del verano, resultaran similares a las del invierno pasado. En cambio, la comunicación oficial no alude a cómo se resolverá el problema de los mayores costos por la devaluación, tanto para la generación como para los transportistas y distribuidores. El ministro Roberto Lavagna aseguró que no será a través de un aumento de tarifas.
Los estrechos límites en que se mueve la conducción económica complican la posibilidad de encontrar una solución. El Gobierno les arrimaría a las prestadoras eléctricas una propuesta de empezar a abonarle las deudas por el suministro del servicio a organismos estatales, que registran fuertes retrasos. También contempla darles algún respaldo a las empresas para conseguir la refinanciación de sus deudas en dólares. Y no hay mucho más. Algunos especialistas en el ámbito oficial ven un panorama oscuro, porque entienden que con ello no alcanzará para evitar la inviabilidad de algunas generadoras. Si ello es así, el apagón será una amenaza antes de que termine el invierno.