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Recién llegada de Venezuela, la ministra de Defensa, Nilda Garré, convocó a la modernización de las Fuerzas Armadas para garantizar su carácter “democrático y republicano”. La funcionaria visitó durante la última semana al gobierno de Hugo Chávez para cerrar su gestión como embajadora, que terminó precipitadamente cuando el presidente Néstor Kirch-
ner la llamó por teléfono para ofrecerle su nuevo cargo.
“El funcionamiento de las Fuerzas Armadas estará presidido por la modernización organizativa y el trabajo conjunto de las tres armas, continuando con su integración a la sociedad en una perspectiva normada por la Constitución Nacional y el respeto a los derechos humanos”, señaló Garré al mismo tiempo que volvió a reivindicar “la política del presidente Néstor Kirch-
ner en proceder a la modernización y el trabajo conjunto con las tres fuerzas”. Cuando estaba terminando de delinear las futuras políticas que ocuparán su agenda, Garré suspendió las actividades y viajó a Caracas para despedirse de las autoridades ante las que estaba acreditada y el cuerpo diplomático allí establecido. Si bien una versión había señalado que el fin del viaje fue además terminar de perfilar un acuerdo armamentístico con Venezuela para el repotenciamiento de fusiles, desde Defensa evitaron cualquier declaración al respecto.
De vuelta en el país, la ministra insistió en la necesidad de continuar con las misiones de paz en el exterior –como actualmente se desarrollan en Haití, Chipre y Kosovo– así como ratificó la presencia nacional en el continente Antártico. También hubo elogios para las Fuerzas Armadas al reivindicar el trabajo iniciado con los jefes de los Estados Mayores Conjunto, del Ejército, de la Armada y la Fuerza Aérea, al que calificó como “ampliamente positivo”. En este sentido, recordó los avances logrados entre el Ejército argentino y el chileno para la conformación de una fuerza de paz conjunta. Justamente recibir a la misión chilena constituyó su primer acto de gestión.