EL PAíS › LOS DOCENTES ARMAN UN CAMPAMENTO DE PROTESTA
Carpas blancas en La Plata
Por Laura Vales
Los docentes de la provincia de Buenos Aires instalarán este mediodía sobre el prolijo césped de la Plaza San Martín de La Plata, frente a la Gobernación y la Legislatura bonaerenses, un centenar de carpas con delegaciones de toda la provincia. A la manera de la carpa blanca, el nuevo campamento docente permanecerá allí hasta obtener respuesta por parte de las autoridades. Hay dos tipos de reclamos: el primero, vinculado con la desprotección de los niños, plantea que en todas las escuelas funcionen los comedores necesarios, con fondos suficientes. “Terminar con el hambre en las aulas es el principal elemento movilizador de este plan de lucha, porque no hay posibilidad de que exista la educación con chicos con hambre”, definió ayer Hugo Yasky, titular de Suteba. El segundo rubro de reclamos está relacionado con la situación de los maestros y demanda que se dé marcha atrás con el ajuste.
Los docentes están en plan de lucha desde hace dos semanas. Hicieron marchas a la casa de la provincia en la Capital, a la Dirección General de Escuelas y organizaron diversas actividades en el interior de la provincia. Ahora llevarán a La Plata material gráfico para denunciar la situación de sus alumnos en cada distrito y están preparando un panel especial cuyo objetivo es mostrar cómo el ajuste en la educación tiene su contracara en el despilfarro de los recursos públicos.
Ejemplos: el director general de Escuelas (Mario Oporto), “gastó en el mes de abril 2080 pesos en concepto de refrigerio”, apuntó Yasky. “Se sigue entregando subsidios del ciento por ciento a escuelas privadas que cobran 120 pesos por mes la cuota de sus alumnos. En el Tigre, pagamos mil pesos por día para el transporte en lancha de los alumnos de las islas, un servicio que podría costar menos de la tercera parte.”
Desglosados, el reclamo de Suteba contiene los siguientes puntos:
u Ruralidad. La ley de ajuste en el sistema educativo eliminó el pago de la ruralidad, con lo que los maestros de zonas desfavorables sufrieron descuentos de entre 100 y 200 pesos.
u Comedores Escolares. Reclaman un aumento de la asignación por alumno, que hoy es de 60 centavos. El incremento solicitado es de por lo menos un 40 por ciento, a tono con el incremento de los precios de la canasta de alimentos. Suteba también pide un aumento en los cupos de los comedores, para ampliar su cobertura. Hoy, detalló Yasky, “acceden a los comedores un millón 800 mil chicos, sobre un total de cuatro millones y medio de alumnos”. Los docentes consideran que esa cantidad debería duplicarse y extenderse también a los adolescentes.
u Becas. Aunque la Gobernación anunció ayer que los alumnos del polimodal empezarán a cobrarlas en junio, los docentes plantean que con el retraso se incrementó la deserción. Consideran que para que el sistema de becas realmente funcione y retenga a los chicos en el colegio, deben pagarse mes a mes.
u Devolución del presentismo y la licencia por maternidad. Son otros de los dos derechos anulados con la ley de ajuste. Las maestras son las únicas estatales que se quedaron sin licencia por maternidad, dicen en el gremio, “a pesar de que está reconocida por una ley nacional y los convenios internacionales”. Tal licencia reconocía 45 días después del parto, que ahora quedaron reducidos a 15.
u Escuelas especiales. Defensa del plus salarial que reciben los docentes de esos colegios.
A lo largo de la semana, la protesta docente va a ser respaldada solidariamente por otros sectores, entre ellos los piqueteros encabezados por Luis D’Elía (Federación de Tierra y Vivienda) y Juan Carlos Alderete (Corriente Clasista y Combativa), los periodistas de Utpba, los sindicatos de músicos y organismos de derechos humanos. El gremio gastronómico (el sector alternativo al de Luis Barrionuevo) se ocupará de cocinar para los acampantes. Los padres y alumnos fueron convocados a movilizarse según los distritos a los que pertenecen. Las escuelas de enseñanza artística preparan demostraciones. Los maestros bonaerenses consideran que el conflicto puede extenderse en el tiempo, e impulsan una jornada de lucha nacional bajo la forma de un paro nacional contra el hambre en las escuelas, para la primera semana de julio. Si la idea avanza, estará acompañada por una campaña para difundir las secuelas irreversibles de la desnutrición infantil.