SOCIEDAD › PRODUCEN FARMACOS PARA CARENCIADOS
Remedio universitario
La Universidad de La Plata montó un laboratorio apto para producir medicamentos destinados a las salas municipales de zatención primaria. Sólo cobran el precio de la materia prima.
Por Pedro Lipcovich
Un laboratorio de la Universidad de La Plata fabricará medicamentos a un costo hasta seis veces menor que el de mercado. Su objetivo es poner los remedios al acceso de la creciente franja de población que, como no puede pagarse el boleto de colectivo hasta el hospital, sólo puede atenderse en la salita de su barrio. Además, elaboran fármacos pediátricos que no son bastante rentables como para que los laboratorios comerciales se interesen en producirlos. El proyecto de los universitarios platenses incluye también un programa conjunto con los farmacéuticos de barrios carenciados para preparar recetas magistrales a precio de costo, y se completa con un relevamiento en las distintas salitas para establecer qué otros medicamentos convendrá fabricar y, por último, para promover el uso racional de los remedios: de los pocos con que se cuenta, algunos llegan a la fecha de vencimiento sin haber sido usados, por falta de coordinación entre los distintos centros sanitarios. La puesta en marcha del proyecto está a la espera de su autorización por el Ministerio de Salud bonaerense.
Los medicamentos que ya están en condiciones de fabricarse son: paracetamol (analgésico, antifebril); ibuprofeno (analgésico); hidroclorotiacida (diurético, para tratar la presión arterial); metoclopramida (contra los vómitos) y propanolol (contra arritmias cardíacas). “Los elegimos a partir del listado de prioridades de la Secretaría de Salud de la Municipalidad de La Plata”, explica Julián Prieto, director técnico del proyecto Unidad de Producción de Medicamentos (UPM) de la Facultad de Ciencias Exactas de la Universidad de La Plata, de la que depende la carrera de Farmacia.
“La idea original de nuestro laboratorio era cubrir los lugares a los que no llegaban ni las compañías farmacéuticas privadas ni los laboratorios del Estado”, comenta Prieto. En ese orden, y a pedido del Hospital de Niños de La Plata, se habían centrado en producir en dosis pediátricas medicamentos como los antihipertensivos: puesto que los chicos con alta presión arterial son pocos, la producción comercial de estos productos no es rentable.
“Pero la crisis sanitaria que estamos viviendo nos llevó a replantearnos los objetivos”, señala Prieto. El target de la UPM universitaria no le será disputado por ningún laboratorio comercial: “Son las personas que no tienen cobertura social y tampoco pueden ir a los hospitales porque no tienen para pagar el colectivo: en La Plata, el boleto vale un peso veinte, y mucha gente que gana dos pesos diarios no puede viajar. Su asistencia médica, entonces, queda totalmente a cargo de las salitas municipales de atención primaria, a no ser que sufran una emergencia que exija el traslado en ambulancia”, explica el director del laboratorio de Ciencias Exactas.
La UPM está en condiciones de proveer los medicamentos por acuerdo con los municipios y ya concretó el primer convenio, con la Municipalidad de La Plata. “Solamente les cobramos el costo de las materias primas más una suma mínima para mantenimiento de las máquinas”, destaca Prieto. Esto supone un precio que no supera la mitad del que los municipios pagarían a los laboratorios comerciales y que es muy inferior al de venta al público en farmacias. “Para el ibuprofeno, que en farmacias está a seis o siete pesos según las marcas, calculamos un precio de 80 centavos.”
En el laboratorio trabajarán los estudiantes de cuarto y quinto año de la carrera de Farmacia, coordinados por tres farmacéuticos.
A partir de otro proyecto que, en salas de atención barrial, llevan adelante docentes y alumnos de Farmacia y de la Facultad de Medicina de la misma universidad (ver recuadro), se proyectan nuevos desarrollos. Los próximos fármacos previstos son el sulfuro de hierro (contra anemias) y la espironolactona (antihipertensivo para adultos).
Además, la UPM concretó un acuerdo con el Colegio de Farmacéuticos bonaerense para que las farmacias aledañas a barrios carenciados preparen, con la colaboración de alumnos de la carrera, recetas magistrales que sedispensarán a precio de costo. “Se trata en especial de cremas y soluciones de uso externo, por ejemplo contra la sarna –enfermedad cada vez más extendida–: el Colegio de Farmacéuticos se hace cargo del costo de las materias primas, y a cada farmacia irán a trabajar dos chicos de último año. La farmacia no obtiene ganancia alguna. Casi el ciento por ciento de las farmacias consultadas adhirió al proyecto”, cuenta Prieto.
Andrés Porta, secretario de extensión universitaria de la Facultad de Ciencias Exactas –de donde depende la UPM–, observó que “para empezar la producción, estamos esperando que el Ministerio de Salud de la provincia dé su aprobación a los cinco medicamentos con los que vamos a comenzar. Ya hace más de 15 días que esperamos, lo cual, en las actuales circunstancias de crisis, empieza a ser mucho tiempo”.
El titular del Grupo Argentino para el Uso Racional de los Medicamentos, Emilio Cermignani –profesor de farmacología en la Universidad de La Plata– comentó que “la fabricación de medicamentos por instituciones públicas no sólo cubre necesidades reales sino que tiene un valor simbólico: que el Estado reasuma lo que asume en la mayoría de los países: su participación en el mercado, articulada en este caso con la formación de recursos humanos”.
“Por lo demás –agregó Cermignani–, la capacidad para producir medicamentos le otorga al Estado una mejor posibilidad de negociación cuando se trata de comprarlos: es mucho mayor el poder del comprador cuando cuenta con la capacidad instalada para, si es necesario, fabricar él mismo lo que procura comprar. Esto es lo que le permite a Brasil pagar precios más convenientes por medicamentos contra el VIH/sida.”