Aníbal Ibarra criticó ayer a la oposición por su silencio frente a las amenazas que recibió durante el escrache que familiares de las víctimas de República Cromañón le hicieron en su casa. “En vez de contener y acompañar a los familiares, se busca exacerbar y promover su dolor”, advirtió el suspendido jefe de Gobierno y en el mismo sentido se pronunciaron otros dirigentes que salieron a apoyarlo, entre ellos el funcionario de la Cancillería Eduardo Sigal, quien repudió “el empleo de la violencia” y pidió que aquellos que “manipularon la tragedia se hagan cargo del clima de intolerancia que se ha creado”. Ibarra recibió también la solidaridad de un grupo de vecinos y seguidores que se reunieron en la puerta de su domicilio y una vez más fue respaldado por el socialista Hermes Binner.

Como tantos otros días desde que fue suspendido por la Legislatura, el jefe de Gobierno hizo declaraciones en la vereda de su casa. Lo distinto esta vez fue que lo rodearon vecinos de Villa Ortúzar y seguidores llegados de otros barrios, que durante media hora gritaron “Ibarra no se va”.

“Me pueden haber suspendido, pero no me cortaron la relación con la sociedad”, dijo Ibarra en referencia a la manifestación y después arremetió contra la oposición, a la que responsabilizó por las amenazas que le profirieron los familiares de las víctimas de Cromañón. “Macri, escondido detrás de legisladores, promueve el dolor, exacerba a familiares en busca de manipulación política y después ocurre esto”, denunció.

Ibarra también es crítico del silencio que mantiene Elisa Carrió con respecto a su juicio político: entiende que no es posible que, siendo los máximos referentes de la oposición en el distrito, la jefa del ARI y Macri eviten pronunciarse. “Que asuman los costos o los beneficios que implica avalar la destitución de Ibarra”, piden los funcionarios de la ciudad.

Desde el ibarrismo también le cuestionan a la oposición que no haya repudiado la violencia de los familiares de Cromañón. El secretario de Cultura porteño, Gustavo López, le volvió a reclamar “una actitud de defensa de las instituciones, porque no podemos poner en juego la institucionalidad”. El funcionario manifestó, además, su temor de que “esto no se pueda frenar y que alguien cometa algún delito”.

El apoyo que Ibarra recibió de parte de Sigal llegó con un agregado en el mismo sentido. “Ningún dolor justifica la agresión, ninguna demanda de justicia puede hacerse al margen de la ley y mediante el empleo de la violencia”, sostuvo el subsecretario de Integración Económica Americana y Mercosur. El funcionario nacional –que preside el Frente Grande al que pertenece el jefe de Gobierno– también atribuyó la intencionalidad a la oposición y afirmó que el escenario creado es “el lamentable resultado de un operativo político montado sobre el dolor de los familiares, que desembocó en el juicio político y la suspensión de la máxima autoridad del distrito, electo en comicios limpios y transparentes”. Además, abogó por la recuperación de “la normalidad institucional en la ciudad, como debe ser; es decir, con la reasunción de sus funciones por Aníbal Ibarra”.

“Es parte de la gravedad de la situación en que vivimos”, dijo Binner acerca de las amenazas contra Ibarra e insistió en que “pensar que es uno solo el culpable de la tragedia de Cromañón no es correcto”. El diputado y ex intendente de Rosario señaló que “se debería aprovechar este momento para encontrar entre todos una reconstrucción de nuestra línea de crecimiento como sociedad civilizada” y consideró que “ésta es una cuestión elemental y fundamental para que desempolvemos el Diálogo Argentino”, que promovió en su momento la Iglesia.