“Yo no borocoteo, soy un tipo de convicciones y también soy un tipo de diálogo.” El intendente de Córdoba, Luis Juez, eligió esa expresión para desmentir las lecturas que despertó su publicitada reunión con el jefe de Gabinete, Alberto Fernández. El jueves a la mañana, tras un llamado sorpresivo de Fernández, Juez se entrevistó con él en la Casa Rosada. El cordobés estaba en Buenos Aires porque debía encontrarse con el ministro de Desarrollo Social, Juan Carlos Nadalich. En el Gobierno no querían perder la oportunidad de hablarle. Había un tema sensible en carpeta: el proyecto para reformar el Consejo de la Magistratura que se debatirá en Diputados en febrero. Ayer, en diálogo con Página/12, Juez negó haber sido presionado para que los cinco diputados de su bloque votaran la iniciativa. “Nosotros no nos dejamos presionar por nadie. Ni por los comunicadores ni por los que piensan que debemos votar de una determinada manera”, aseguró.

Juez estaba sorprendido por la difusión que tuvo su encuentro con el jefe de Gabinete. “Hay un nivel de histeria increíble. No puede ser que se junten Carrió, Macri y López Murphy y digan que son los salvadores de la patria. Y que yo no me pueda reunir con Alberto Fernández. Es complicado para la institucionalidad: gobierno una ciudad de un millón y medio de habitantes y voy a tener que hablar ahora y más adelante”, dijo. Aclaró, insistente, que adhiere “al proyecto nacional”, aunque eso no implica que apoye todas las iniciativas oficiales. Días atrás había calificado el proyecto de reducción del Consejo de la Magistratura como un “mamarracho”. Ayer entibió sus críticas.

El encuentro fuera de agenda entre Juez y el jefe de Gabinete despertó ciertas suspicacias. El propio Juez las desmintió: dijo que fue convocado para hablar de “temas de Córdoba” pero también del proyecto para reducir el organismo que elige y remueve a los jueces. “Ni el gobierno nacional me pidió que los legisladores nacionales que me acompañan votaran de una forma ni tampoco lo dije yo. Quienes me conocen saben que nuestra gente tiene libertad para tomar decisiones”, afirmó.

Lo que sí reconoció Juez es que en la reunión con Fernández acordó un encuentro de los diputados nacionales de su agrupación (Daniel Giacomino, Norma Morandini, Francisco Delich, Raúl Merino y Gumersindo Alonso) con la impulsora de la reforma al Consejo, la senadora Cristina Fernández de Kirchner. La reunión será la semana próxima: en eso está trabajando el jefe del bloque del Partido Nuevo (Giacomino), quien se encargó de contactar a sus compañeros de bancada. Juez explicó que el objetivo es que “cuando se tome una decisión se tenga todo el nivel de información”.

En esa cita, los diputados le pedirían a la senadora que se hicieran algunos cambios en el proyecto oficial. “Vamos a intentar sugerir modificaciones para enriquecerlo”, anticipó Juez. Y dio pistas sobre los cambios. “Será tarea de los legisladores”, sostuvo.

Aparte de la reunión con Cristina Kirchner, los legisladores de Juez se encontrarían también con el jefe de Gabinete. Juez rechazó que ambas reuniones puedan condicionar la opinión de los diputados. “¿Cómo voy a presionar a Norma Morandini, cuando la dictadura la proscribió por muchos años pero no lograron cambiar su comportamiento? ¿Cómo se puede pensar que yo le diga algo a Francisco Delich, quien como rector de la Universidad de Córdoba llegó a disentir con el entonces presidente, Raúl Alfonsín? Tenemos gente extremadamente independiente y no estamos dispuestos a arriar las banderas de la decencia, la pluralidad y la tolerancia”, dijo.

–¿Y usted qué opina del proyecto de Cristina Kirchner? –le preguntó Página/12.

–Está mal instalado y pésimamente difundido. Hay que evitar que todos los temas de este país se conviertan en un River-Boca, con los buenos de un lado y los malos del otro. Queremos una Justicia independiente, no creemos en las políticas corporativas.