Viernes, 3 de febrero de 2006 | Hoy
EL PAíS › THOMAS SHANNON, SECRETARIO DE ESTADO DE EE.UU. PARA AMERICA LATINA
Nuevo funcionario de Bush para América latina, en esta entrevista Shannon se muestra contemplativo con el giro a la izquierda que ha tomado la región. Chávez, Fidel Castro, Evo Morales y Argentina.
Thomas Shannon, secretario de Estado adjunto para América latina, pasa por Bruselas en un periplo europeo. La Unión Europea y Estados Unidos siguen con interés el ascenso de la izquierda en el continente y en particular las evoluciones del venezolano Hugo Chávez. A tono con la nueva mirada que ahora quiere mostrar la administración de George Bush hacia la región –por lo menos desde el área de Departamento de Estado–, Shannon asegura que es Chávez quien quiere enfrentarse a Washington y no al revés, que Evo Morales realizó un “importante e inteligente” periplo por el mundo antes de asumir e incluye a la Argentina entre los países “cuyos líderes están volcados en crear instituciones y en lograr desarrollo”.
–¿Inquieta a su gobierno el ascenso de la izquierda en América latina?
–No es cuestión de izquierda o derecha, sino de gobiernos comprometidos con la democracia y el libre mercado. América hoy es democrática. Hemos visto en Bruselas que hay consenso sobre los desafíos y soluciones para el continente.
–¿Qué consensos?
–Que América es un continente en el que ha habido cambios espectaculares en muy poco tiempo y que hay países a los que les ha ido mejor que a otros. Y que la pobreza en la región y la capacidad limitada de proporcionar servicios han dado lugar al populismo, que es un fenómeno natural que se produce cuando las instituciones no están a la altura de los desafíos.
–¿Percibe ese populismo, con sus diferentes variantes, como una ruptura con Estados Unidos?
–El populismo como fenómeno político no es ilegítimo. Todas las sociedades lo han experimentado, incluido Estados Unidos.
–¿Por qué Washington es tan crítico con Venezuela?
–El enfrentamiento entre Washington y Caracas es cosa de Caracas. Nosotros estamos dispuestos a hablar con Venezuela. Pero el gobierno de Venezuela ha tomado la decisión estratégica de no hablar. El antiamericanismo es el mensaje central de Chávez, con él ha sustituido el mensaje de la justicia social y de la lucha contra la pobreza porque lo necesita para movilizar a la gente y mantener el enfrentamiento dentro de la sociedad venezolana a través del enfrentamiento con el exterior. Venezuela preocupa no por la expresión política popular, sino por el estado de salud de sus instituciones democráticas.
–¿Está enfermo el cuerpo político venezolano?
–Venezuela está en una transición que será larga. Hugo Chávez representó la radical ruptura con un modelo político agotado y corrupto, hasta el extremo de que la clase media se dio cuenta de que sólo con la ruptura podía Venezuela seguir el proceso de modernización política, social y económica. Pero esa transición descarriló y se rompió el amplio consenso a favor del cambio. La cuestión es cómo reconstruir ese consenso para que Venezuela se siga modernizando.
–¿Intentado aislar a Venezuela, por ejemplo, poniendo trabas a las ventas de equipo militar español?
–No intentamos aislar a Venezuela. Eso es imposible para Estados Unidos dada la relación energética e histórica que tenemos. Es una relación que nos interesa mantener. No nos interesa aislar a Venezuela. Es Venezuela la que se ha aislado de nosotros y ha intentado romper canales de comunicación que han existido durante décadas.
–¿Teme los intentos de Chávez de crear un frente latinoamericano contra Estados Unidos?
–Se está exagerando la influencia de Chávez, quizá no sus intenciones, pero sí sus logros y atribuyéndole triunfos como el de Evo Morales que no tienen nada que ver. No hay duda de que Chávez piensa que está ofreciendo una alternativa, pero no está clara: en términos económicos es un sistema que ya ha fracasado en el resto del mundo. Atrae a algunos en la región por la elevada pobreza, marginación y frustración existentes. El gran desafío al que nos enfrentamos en la región no es Venezuela o Chávez, sino la pobreza, la marginación y la incapacidad de algunas sociedades de proporcionar los bienes y servicios que la gente espera. Para hacer frente a este problema necesitamos lo que dice Felipe González: “Más democracia y más desarrollo”.
–¿Qué siente Estados Unidos cuando Evo Morales hace su primera visita a La Habana y rinde tributo a Fidel Castro, a quien llama “maestro”?
–Lo importante del viaje de Morales no fue que viajara a La Habana sino que fuera a Europa, a Sudáfrica y a China. Fue muy importante y muy inteligente su decisión de entrar en contacto con el mundo real. Soy consciente del interés que suscitan Chávez y Castro, pero el verdadero liderazgo de América latina está en Brasil, en Chile, en Colombia, en Argentina, en Uruguay..., cuyos líderes están volcados en crear instituciones y en lograr desarrollo. No debemos centrarnos en las voces discrepantes, que piden un especie de ruptura, sino en las que quieren cooperar, globalizarse.
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