EL PAíS
Cuatro economistas evalúan la estrategia del Gobierno
MARTIN HOUREST *.
“Un problema estructural”
Es importante destacar que si la lógica de los acuerdos de precios y el despliegue del Gobierno alcanzó sólo para lograr una inflación de 1,3 por ciento eso quiere decir que se está frente a un problema estructural. El Gobierno jugó la bala de plata involucrando a Kirchner en persona en las negociaciones con los empresarios y ahora no le quedan muchas alternativas. Los acuerdos sirven para morigerar expectativas pero no se puede esperar mucho más. El problema es que la política antiinflacionaria del Gobierno va en línea con el manejo del índice y no con el control de la inflación. Se preocupa más por la diferencia entre 1,3 y 1,5 por ciento y por cómo impacta el índice en las expectativas del sector ABC1 que en la situación de los pobres e indigentes. Para revertir esa situación se debe poner la política antiinflacionaria en función de la política de ingresos y no la política de ingresos en función de la política antiinflacionaria. De lo contrario, se invierte la carga y el índice termina condicionando la política fiscal, tributaria y de ingresos.
* Economista CTA.
PABLO ROJO *.
“Faltan inversiones”
Los acuerdos de precios sirvieron para bajar las expectativas porque si no el índice de inflación hubiera sido más alto. Igualmente el resultado es preocupante. Lo que debe hacer el Gobierno es tomar medidas macroeconómicas para que el efecto modesto de esos acuerdos no se mitigue con el paso del tiempo y para poder ir más allá. Si quiere evitar medidas monetarias debe revisar la proyección del gasto público para mejorar el superávit fiscal. Así va a poder mantener el tipo de cambio en 3,07 sin recurrir a una emisión tan significativa. Si el Banco Central sigue comprando dólares y esterilizando con Lebac va a seguir habiendo el nivel de inflación actual. A su vez, lo que evidencia la inflación es la falta de inversiones en sectores clave de la economía. Para incentivar la inversión privada se deberá generar confianza estableciendo reglas de juego claras, definiendo los marcos regulatorios en infraestructura y servicios y explicitando, por ejemplo, quiénes van a ser los socios comerciales del país en los próximos diez años.
* Ex presidente del Banco Hipotecario.
ROBERTO DVOSKIN *.
“Un éxito del Gobierno”
El 1,3 por ciento de inflación es un éxito para el Gobierno porque en un mes inflacionario como enero el índice se mantuvo en los niveles de diciembre. Además, la principal suba fue de un rubro estacional como es el esparcimiento. Lo que se observa es un claro problema de demanda y el Gobierno está tratando de que el aumento de esa demanda no vaya a los bolsillos de los empresarios. Hasta ahora está actuando bien, pero los acuerdos son de corto plazo porque por más que se firmen por un año, como se hizo con los supermercados, se deben revisar cada dos o tres meses. Mi única objeción es que se deberían generar mecanismos menos voluntarios y más reglados. Impulsar premios y castigos. Por ejemplo, se debería usar parte del excedente fiscal para ofrecer tasas de interés negativas a aquellos que decidan invertir para mejorar la producción. Por ahora, la inflación no es un problema de costos pero se debe estar atento a lo que pueda llegar a pasar durante el año con los salarios, las tarifas de servicio público y el tipo de cambio.
* Economista Universidad de San Andrés.
ALDO FERRER *.
“Es un dato positivo”
El índice de inflación conocido ayer es un dato positivo porque se mantiene en parámetros manejables, mientras la economía continúa creciendo. Lo que sería un problema es que las expectativas inflacionarias le pongan un freno a la reactivación y terminen enfriando la economía, porque el verdadero problema a resolver no es la inflación sino la pobreza y el desempleo. Sin embargo, eso no va a ocurrir porque el Gobierno ha dado señales muy claras en los últimos meses con la política de precios que conversa con los empresarios y porque la situación macroeconómica del país es muy sólida. Hay solvencia fiscal, un amplio superávit comercial y un tipo de cambio competitivo acorde con las necesidades de la producción. Mi impresión es que la inflación se va a mantener en los niveles del año pasado. Ahora creo que llegó el momento de abrir una mesa de discusión salarial en el marco de un acuerdo para la producción y el empleo donde quede claro qué puede poner cada uno. Eso ayudaría a seguir transmitiendo señales de consenso.
* Profesor de la UBA.