Martes, 7 de febrero de 2006 | Hoy
EL PAíS › CARLOS “CHACHO” ALVAREZ
El titular de la Comisión de Representantes del Mercosur se reunió ayer con Luiz Inácio Lula da Silva en Brasilia. Luego, habló con Página/12 sobre el conflicto entre Argentina y Uruguay por las papeleras y aclaró que no hará de mediador.
“Hay que salir de la lógica de la confrontación y pasar a la de la cooperación.” Carlos “Chacho” Alvarez, titular de la Comisión de Representantes Permanentes del Mercosur, confía en que ése sea el camino para que Argentina y Uruguay resuelvan la crisis por la construcción de dos plantas papeleras. Para Alvarez es imperioso dejar atrás las “épicas nacionales o locales” que han inflamado los ánimos en las dos márgenes del río Uruguay. Ayer, luego de reunirse en Brasilia con el presidente Luiz Inácio Lula da Silva y el canciller Celso Amorim, Alvarez le anticipó a este diario qué pasos dará para facilitar el diálogo entre las partes.
–¿Tiene previsto reunirse con el presidente Tabaré Vázquez?
–La reunión con Tabaré Vázquez no está confirmada, pero desde la oficina de protocolo de la presidencia uruguaya llamaron el viernes a mi oficina del Mercosur para definir una fecha esta semana o la próxima. Aunque habrá una reunión con el vicepresidente Nin Novoa, que según creo está convocada para el miércoles a las 20. Es una reunión que ya estaba agendada desde antes de la crisis.
–¿La suspensión de los cortes de rutas puede contribuir al diálogo?
–En ese punto no quiero entrar. Creo que hay que dialogar con tranquilidad. Hay que cambiar el clima. Hay que ver que el conflicto de las papeleras no afectó la relación de los dos pueblos ni de los dirigentes políticos, ni de los gobernantes entre los que hay mucha afinidad. Hay que distender.
–¿Qué paso concreto propone?
–Antes de los gestos concretos hay que saber si hay voluntad política para hacerlos. Lo primero es cambiar el clima de confrontación por el de cooperación, somos dos pueblos hermanos, dos pueblos amigos que estamos ante una dificultad y tenemos que resolverla como amigos. No hay que poner las cosas en la lógica de las épicas nacionales o de las épicas locales.
Yo no estoy trabajando como mediador, ésa no es mi tarea. Agendé reuniones con los principales dirigentes uruguayos, pero en el marco de mis tareas dentro del Mercosur. Le reitero que lo mío no es una tarea de mediación.
–¿De qué habló en su reciente encuentro con el ministro José Mujica?
–De todo esto. Mujica es una figura muy representativa en Uruguay, le ofrecí ir a la Argentina a dar una charla por su experiencia en el actual gobierno, él es alguien con muchas facetas, tiene una experiencia enorme en los temas agropecuarios. Otra oportunidad para facilitar el acercamiento entre las partes tendrá lugar durante la sesión simbólica del Parlamento del Mercosur, que está prevista próximamente en Argentina. Será un encuentro propicio para que distintos dirigentes populares demuestren su voluntad integracionista. En ese marco también conversamos durante esta visita a Brasil con Marco Aurelio García (asesor en materia internacional de Lula) sobre la posibilidad de hacer otra reunión en Chile, en marzo, antes de la asunción presidencial de Michelle Bachelet. Allí nos encontraríamos con gente del Frente Amplio, del PT brasileño y otras fuerzas políticas de la región en una reunión a la que también convidaremos a la senadora Cristina Fernández y al ministro Alberto Fernández. Hay que dejar claro que todos reconocemos que la región vive una oportunidad excepcional para avanzar en la integración.
–¿Lula mostró preocupación ante la posible salida uruguaya del Mercosur?
–No me transmitió preocupación por eso, pero sí me transmitió la idea de que tenemos que poner mucho esfuerzo en articular los sistemas de producción con Uruguay, impulsar emprendimientos que incorporen a los cinco países del Mercosur. O sea, qué segmentos de la producción pudieran hacerse en Uruguay o Paraguay. En ese sentido le comenté que vamos a convocar a la Federación de Industriales de San Pablo (Fiesp) y a los empresarios de la región no para discutir la política comercial sino cómo ellos pueden colaborar en un Mercosur un poquito más productivo y social.
–¿Cómo afectan al Mercosur las elecciones brasileñas de octubre?
–Yo creo que hay fuerzas que tienen otra visión del Mercosur, son fuerzas que responden a un sector del empresariado, una visión que supone que Brasil se basta por sí mismo, que no vale la pena integrarse tanto con Argentina, que el Mercosur debe ser sólo un área de libre comercio.
–¿Abordó ese tema con Lula?
–Lula me planteó que cualquier otro candidato presidencial no va a poner el mismo énfasis que el actual gobierno en la integración. Hay unas declaraciones de (José) Serra (posible postulante socialdemócrata) de que el Mercosur debe retroceder al formato de un área de libre comercio.
–También en el gobierno de Lula hay sectores reacios al Mercosur.
–Brasil está cumpliendo con su rol de protagonista de la integración, de facilitar la apertura de los espacios económicos, de nivelar la cancha y de combatir en serio a las asimetrías. Lula demostró estar muy jugado a favor del Mercosur, con vocación de profundizar la integración, algo que quedó demostrado en su respaldo a las cláusulas de compensación competitiva firmada con Argentina esta semana. En general, lo vi muy decidido a avanzar en la supranacionalidad, a favor de “bruselizar” (por Bruselas, capital de la UE) con lo cual el Mercosur podrá tener algunas instituciones similares a las de la Unión Europea.
–¿Coincide con el diario The Financial Times que ayer consideró que Venezuela demorará 3 años en ingresar al Mercosur?
–Le mentiría si le diera un plazo exacto. Pero le cuento que Venezuela ya está acelerando el estudio de las normativas para adecuar sus políticas arancelarias, es algo que lleva tiempo, es cierto, pero nosotros llevamos una agenda que va más allá de los comercial. En la práctica Venezuela está participando casi como miembro pleno, porque en todo lo que no es comercial ellos están completamente integrados. Así ocurre en la discusión sobre algunas políticas públicas regionales y en el estudio de la infraestructura que demandará la construcción del gasoducto. De todos esos temas hablaré con el presidente Hugo Chávez el 3 de marzo.
–¿Hay espacio para el diálogo entre Bolivia y Chile?
–Estamos planteando la conformación de un observatorio energético financiado por Petrobras, Pdvsa y otras empresas regionales con la esperanza de que allí se sienten a conversar algunos expertos bolivianos y chilenos, lo importante es impulsar políticas comunes porque así se crean lazos de confianza que sirven para el diálogo. En ese sentido es importante lo que produjo el presidente Ricardo Lagos al ir a la asunción de Evo Morales y también lo es el que Morales vaya a la asunción de Bachelet. Todos los que tengamos buenas relaciones con Bolivia y Chile podemos hacer algo para avanzar en ese punto. Creo que en el marco de la integración hay espacio para el acercamiento.
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