EL PAíS › RADIO PASILLO

Misceláneas

Corach, un mundial entre ingleses. Fernández, el de la guía, en colectivo. Vanossi y un sobre ¿misterioso?. Díaz Bancalari no se rinde. El susto de Alfonsín. La parada de Lorenzo Pepe. Reutemistas en acción. Camaño asaltado.

 Por Diego Schurman

Recuerdos del Mundial
No fue la mejor velada. Pero tampoco tenía demasiadas alternativas. Debió mirar Argentina-Inglaterra en el Saint Anthony’s College de la Universidad de Oxford, donde participa de actividades académicas. Allí se había instalado una pantalla gigante a instancias del grupo argentino, que durante el cotejo representaba una franca minoría: apenas el 15 por ciento de los presentes. Salvo algunas muestras de piedad por la crisis que atraviesa el país, todo lo demás no fue precisamente flores. El clima venía cargado ya que por esos días los ingleses festejaban la ocupación de Malvinas. A los que se acordaron de “la mano de Dios” les respondieron con sorna “el pie de Beckham”. El más diplomático, y no por eso menos punzante, fue el mozo.
–Mala época para estar en Inglaterra, ¿no?
Entonces Carlos Corach respondió con una sonrisa. Agradeció su desapego al fútbol. Y se retiró.

Inconsciente colectivo
Para muchos Luis Zamora era la excepción a la regla. Es decir, todos pensaban que los cotidianos viajes en colectivo del dirigente socialista estaban demodé entre los legisladores. Sin embargo, el santacruceño Nicolás Fernández sorprendió a propios y a extraños. Relajado, platicando con los pasajeros, al senador se lo vio descendiendo de la línea 12 en la parada del Congreso. Lo sorprendió la mirada indiscreta de un periodista.
No hubo insultos, ni reclamos, ni protestas. Entre sus compañeros de viaje fue todo buena disposición. ¿Sabrían que se trataba de un senador?

Lo que vale es la intención
Hubo inteligentes, impactantes y hasta decepcionantes. Las cartas de salutaciones por el Día del Periodista son materia de comentario en las redacciones. Por ejemplo, entre los que cubren temas judiciales hablaron de la frase de Bertolt Brecht que envió en su tarjeta la Oficina Anticorrupción. O de la de Benjamin Franklin de la Dirección de Política y Criminalidad. Pero la que realmente sorprendió fue la del ministro de Justicia, Jorge Vanossi. El sobre, con el remitente Ministerio del Interior y Derechos Humanos, venía.... vacío. Ni tarjetas, ni palabras, ni nada. Pero no importa. Lo que vale es la intención.

Uno que está persuadido
Se acercó a uno de los periodistas de este diario acreditado en el Congreso para mostrar su ticket de subte. La semana anterior había hecho una descripción, con lujo de detalles, de cómo se había trasladado desde Palermo a Congreso sin sufrir ningún altercado ni ser víctima del insistente “que se vayan todos”. Aunque, claro, no hubo testigos de ese viaje. Pero no se dio por vencido. Y aclaró que no sólo en esa oportunidad sino también en otras utiliza el mismo medio de transporte. E insistió en que nuestro redactor se llevara el ticket consigo, como si en él viniera impreso no sólo el nombre de quien lo utiliza sino también su legajo. A esta altura, sin dudas, habrá que reconocer que al diputado justicialista José María Díaz Bancalari si hay algo que no le falta es poder de persuasión. Otra vez, la intención es lo que vale.

Qué chucho raulucho
El que se quema con leche ve una vaca y llora. Eso habrá pensado Raúl Alfonsín cuando en la sesión del miércoles vio acercarse a uno de los empleados de la Cámara con un papelito entre las manos. Semanas atrás, el senador había sido pescado in fraganti cuando el zoom de una foto registró el mensaje de otro papelito, en el que le sugerían “cajonear” a un aspirante a camarista. Por eso en esta oportunidad el ex presidentecomenzó a transpirar la gota gorda y mirar para todos lados. La tensión se disipó cuando el taquígrafo le aclaró que lo que traía en sus manos era una hojita en blanco y que simplemente venía a pedirle un autógrafo.

Hogar dulce hogar
Más que una miscelánea política es un aviso a los pasajeros de colectivos. En particular para aquellos que solían tomar la línea 105 en la parada de Nueva York y San Nicolás, en Villa Devoto. Al parecer, desde hace un tiempo los colectivos no detienen más su marcha en esa esquina. ¿La razón? No está muy clara a no ser una explicación que interesadas voces del Congreso dieron a conocer en la semana: que el diputado Lorenzo Pepe hizo “levantar” la parada ya que devaluaba el valor de su departamento, enclavado justo enfrente de donde ahora ya no se hace fila.

¿Verdad-consecuencia?
Al principio se le dio una sola interpretación: que aquella idea de lanzar a Chiche Duhalde como candidata a gobernadora bonaerense fue un “apriete” del Gobierno para que Felipe Solá, declarado aspirante a mantener el cargo, se aviniera al pacto fiscal. Sin embargo, algunos legisladores santafesinos dieron a conocer su propia evaluación en los pasillos del Palacio. Aseguran que la mujer decidió buscar la gobernación luego de fracasar un intento de Eduardo Duhalde de ubicarla como segunda de una fórmula presidencial con Carlos Reutemann. Es más, los reutemistas sostienen que, en esa oportunidad, el Lole sólo se limitó a escuchar y ni siquiera movió un músculo de su cara. “Esa es la forma que el Lole responde que no a una propuesta”, dijeron en medio de una carcajada.
¿Habrá que creerles?

Arriba las manos
Poco se comentó del tema. Pero al parecer Eduardo Camaño fue víctima de un asalto en Quilmes. Sucedió hace unas dos semanas, cuando manejaba solo un auto que no era suyo sino de la Cámara. Según la versión, lo hicieron bajar a punta de pistola y luego los cacos se fueron con el automóvil sin saber que habían asaltado al presidente de la Cámara baja. El tema fue comentado entre los diputados de la provincia de Buenos Aires en un estricto off the record.

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