La protesta de camioneros logró ayer el impacto deseado y los medios se hicieron un banquete mostrando las montañas de basura acumulada producto del trabajo a reglamento de los recolectores de residuos. La medida, que el gremio prometió mantener hasta lograr una mejora salarial, podría tener en breve otro golpe de efecto, ya que desde ayer se sumaron los repartidores de bebidas, lo que produciría desabastecimiento de gaseosas en distintas bocas de expendio. En ese marco, el presidente Néstor Kirchner se reunirá hoy con el titular de la CGT y del gremio de camioneros, Hugo Moyano.

Lejos de lograr algún tipo de acercamiento con el correr de los días, la protesta sindical se fue profundizando. Pablo Moyano, prosecretario del gremio de camioneros e hijo del jefe cegetista, confirmó la continuidad de las medidas en demanda de un aumento salarial del 28 por ciento, más la incorporación como remunerativo de la suma fija de 260 pesos lograda el año pasado.

La no recolección de basura fue evidente sobre todo en la provincia de Buenos Aires. En cambio, no hubo manifestaciones de este tipo en la Capital, probablemente para no poner en tensión a la nueva administración porteña encabezada por Jorge Telerman, a quien los sindicalistas agasajaron con un asado pocos días después de asumir.

Algunas municipalidades del sur del conurbano, cuyos territorios se vieron más comprometidos por la abundancia de basura en las calles, reclamaron a los vecinos evitar sacar los residuos fuera de hora. La empresa Cliba pudo cubrir el 50 por ciento de la recolección en localidades como Bernal, Ezpeleta y Quilmes.

El partido de Avellaneda también sufrió la falta de recolección total de la basura, tanto en el casco de la cabecera del municipio como en Wilde, Villa Domínico y Sarandí.

Nada indica un cambio de actitud al menos hasta mañana, cuando representantes del gremio y de las empresas del sector retomen las negociaciones paritarias. Si de esta instancia no surge alguna luz para destrabar el conflicto, los problemas se prolongarán en el tiempo, aun después de Semana Santa.

El secretario general de la rama recolección de residuos, Sergio Maciel, adelantó por radio que podrían sumarse al trabajo a reglamento el sector de la distribución de combustibles. Los que ya se adhirieron a la protesta son los distribuidores de gaseosas. Desde la dirección de Asuntos Laborales de la Federación de Entidades de Transporte de Cargas se advirtió que de continuar las medidas de fuerza podría haber desabastecimiento de productos.

Moyano aseguró ayer que después de Pascuas “se reunirá el plenario del gremio que definirá la medida de acción que vamos a implementar y no descartamos que sea un paro general” de la actividad. Pese a que desde el propio Gobierno se busca poner límites a los reclamos –se habla de no admitir mejoras de más del 16 por ciento– las palabras que ayer pronunció Néstor Kirchner terminaron por envalentonar a los trabajadores.

El Presidente fue tajante cuando desvinculó los reclamos sindicales con la espiral inflacionaria y muchos creyeron leer en esa frase la buena disposición oficial con Moyano, a quien recibirá hoy en la Casa Rosada con el conflicto como telón de fondo y en vísperas de un Confederal cegetista que promete voces de disidencia con el Gobierno.

Kirchner le reiterará la voluntad de subir el actual salario mínimo, vital y móvil de 630 pesos. Por eso el Ministerio de Trabajo ya convocó a gremios y a empresas a enviar los nombres de los representantes que participarán de las discusiones del denominado Consejo del Salario.

Notando cómo se demora el llamado a esa reunión, una veintena de sindicatos que responden a Luis Barrionuevo aprovecharon ayer para reclamar que el tema se integre a la agenda del Confederal. Este denominado “Parlamento de los trabajadores” se reunirá mañana para fijar una postura frente a las políticas oficiales, aunque ya se dejó trascender que no saldrá de allí la convocatoria a un paro general.