Centenares de asambleístas entrerrianos se concentraron ayer por la tarde al costado de la ruta nacional 14, principal vía del Mercosur, a la altura del peaje de Colonia Elía para volantear a los automovilistas, aprovechando el regreso de muchos turistas tras las vacaciones de invierno. “Es una buena movilización para avanzar en la concientización, ya que la gente nos comprende, nos alienta, nos da ánimo”, comentó Martín Alazard, de la Asamblea Ambiental Gualeguaychú, que estuvo acompañada por vecinos de Concepción del Uruguay, Colón, Concordia, Villa Paranacito, Ubajay y ecologistas de distintas ciudades uruguayas. El próximo paso, adelantaron, lo darán en dos semanas cuando lleven la protesta a Buenos Aires, puntualmente a las embajadas de Uruguay, España y Finlandia.

Sin provocar inconvenientes en el tránsito, los manifestantes estuvieron durante cuatro horas repartiendo folletos titulados “La razón y el derecho nos asisten”, en los que, además de reafirmar el “No a las papeleras”, se manifestaron en contra de un monitoreo o control conjunto de las plantas, así como un cambio de tecnología para que las pasteras puedan funcionar, las propuestas de acuerdo que enarbola Uruguay.

Los asambleístas argumentaron su rechazo a las plantas reiterando que el gobierno de Tabaré Vázquez “no ha respetado el Estatuto del Río Uruguay” y aduciendo que “no se ha realizado un serio y profundo estudio del impacto ambiental que producirían” los emprendimientos en Fray Bentos. También criticaron el llamado “Método Kraft”, que usarían ambas plantas para la obtención de la pulpa de celulosa, porque utiliza dióxido de cloro para el blanqueado, algo que, expresan, “ha sido prohibido en los países del Primer Mundo”.

En el folleto se detallan otros problemas como las “emisiones atmosféricas” que producirá la chimenea de Botnia (tendrá 120 metros de altura y el humo llegará a unos cien kilómetros de distancia) y el consumo de agua dulce ya que las pasteras “demandarán más de 80 millones de litros de agua dulce por día”. Los asambleístas también reivindicaron el “Sí a la licencia social”, ya que constituye “el derecho que deben tener los habitantes a aceptar o no la instalación de industrias que modifican compulsivamente el modelo social y económico proyectado para la región”.

Al mismo tiempo que se desarrolló la protesta en Entre Ríos, hubo movilizaciones similares en Colonia Caroya (Córdoba), El Hoyo (Neuquén), Mendoza, Catamarca y San Juan, donde los habitantes también denuncian problemas de contaminación ambiental. Estas protestas fueron organizadas por la Unión de Asambleas Ciudadanas, conformada recientemente durante el encuentro de la Asamblea por la Unión de los Pueblos Libres, que sesionó en forma paralela a la cumbre de presidentes del Mercosur. Entre los reclamos que lleva la nueva Unión figuran el reconocimiento a la tenencia de tierras a los antiguos pobladores y pueblos originarios, la paralización de las actividades mineras metalíferas, la derogación de la legislación minera y el rechazo a los “agronegocios del monocultivo”.