Sábado, 19 de agosto de 2006 | Hoy
EL PAíS › OTRA TESTIGO RATIFICO LA RELACION DE SANDRA MONTERO CON EL EX SENADOR COSTANZO
Natalia Tolosa, que trabajó como secretaria de Remo Costanzo, ratificó ante la Justicia que Sandra Montero tenía una relación “profesional” y “personal” con el ex senador. Montero fue quien afirmó –en la declaración que publicó ayer Página/12– que vio la plata de los sobornos en la oficina del legislador.
Por Eduardo Tagliaferro
En 1996, Natalia Tolosa tenía 20 años. Ese mismo año, el rionegrino Remo Costanzo asumió como senador nacional. La joven, nacida en Viedma y por entonces novia de Fernando Costanzo, hijo del legislador, comenzó a trabajar como secretaria del turno tarde en las oficinas que el parlamentario tenía en la Cámara alta. Ayer la nueva testigo ratificó la “relación personal y laboral” que Sandra Montero mantenía con el caudillo del peronismo de Río Negro. En su declaración judicial, a la que anteayer este diario tuvo acceso y consignó en detalle, Montero había declarado que en las oficinas del senador había visto un maletín lleno de dinero con las iniciales RC. Dinero que vinculó con el pago de las coimas, ya que el mismo Costanzo le había contado que recibiría 600 mil pesos por levantar la mano para aprobar la ley de Reforma Laboral en el 2001. La secretaria ratificó que en el ’96 conoció a Montero, persona a la que calificó como “amorosa” y de la que dijo que todas las tardes pasaba por el despacho de Costanzo. Tal como adelantó Página/12, el abogado de Montero, Roberto Ribas, entregó ayer agendas y cuadernos con anotaciones que ratifican los dichos de su cliente.
No hay allí números de cuentas en el exterior ni mucho menos. Aunque no lo consignó en su declaración, Montero comentó que el propio Costanzo le había reconocido que ese dinero nunca tenía que entrar a una cuenta bancaria, ni de Argentina, ni del exterior. A partir de esa definición, la asistente y amiga del senador, especuló que podría haber sido invertido o en Uruguay o en Río Negro.
El jueves, luego de que Montero señaló a Costanzo como el encargado del reparto de dinero a otros legisladores del peronismo involucrados en la maniobra, el ex senador minimizó la importancia de su ex asistente. La ubicó entre las muchas militantes del peronismo rionegrino que había conocido. La afirmación quedó desacreditada luego de la declaración que Tolosa entregó ayer en Comodoro Py. “Era una persona de la confianza de Costanzo”, declaró la joven secretaria cuando se le preguntó por la relación de Montero con el senador.
El jueves, en su confesión, la ex asistente del senador había dicho que si alguien podía dar fe de su relación con Costanzo, era precisamente la secretaria del turno vespertino. En las escasas hora que van de la tarde a la noche del jueves, el tribunal encontró y citó a Tolosa que ingresó al despacho del juez en las primeras horas del viernes.
En la larga declaración de Montero, además de señalar que había visto el maletín de Costanzo lleno de plata envasada al vacío y de que lo había acompañado a cenar a Los Inmortales antes de que éste fuera a la casa del salteño Emilio Cantarero a retirar el dinero de las coimas, había subrayado que el senador estaba preocupado por la lealtad de sus empleados. Entre ellos por la de Tolosa, novia de su hijo durante tres años.
En las más de cinco horas que estuvo frente al juez Daniel Rafecas y el fiscal federal Federico Delgado, Montero había dicho que “en una ocasión Costanzo me pidió que como Natalia Tolosa, su secretaria de la tarde en el Senado, había terminado sus relaciones con Fernando Costanzo, hijo de Remo, averiguara si ésta podría llegar a hablar sobre el tema de los sobornos si la echaba. Así hablé con ‘Nati’ , y me dijo que no iba a revelar alguna información al menos en ese momento”.
A diferencia de la declaración del jueves, la que ayer protagonizó Natalia Tolosa estuvo marcada por la tensión. La celeridad del juzgado logró sus frutos. Aunque medía sus palabras, la joven secretaria no ocultó lo enojoso que le resultaba el recuerdo del apellido Costanzo. “Quiero alejarme de ese apellido que es un mal recuerdo en mi vida”, señaló. Además de su relación con Fernando Costanzo, la joven vio facilitado su conchabo porque su padre era un conocido del legislador. El malestar de la joven con los Costanzo es similar al que había mostrado Sandra Montero. Precisamente ella había subrayado que “Costanzo fue el senador que peor se portó con sus empleados”. También había dicho que desconfiaba de ellos y que cuando los encontraba hablando entre sí les reclamaba que se pusieran a trabajar. Más que la contricción al trabajo lo alentaba el temor a los comentarios. Así explicó que Costanzo le pedía a (Martín) Fraga Mancini, su mano derecha, que no fuera a trabajar. En la gran cantidad de datos y nombres mencionados por Montero en la declaración del jueves, también comentó que “José María Clemant, secretario en la provincia de Río Negro, de Remo Costanzo, sabe del tema tanto como Fraga y como yo”.
El perfil de Costanzo que Montero entregó el jueves en su confesión, también se vio ratificado por los dichos de Tolosa. La ex asistente del rionegrino había declarado que cuando se desarrollaba la denuncia penal, tanto Fraga Mancini como el chofer Osvaldo López “hablaban del costo de los abogados y de que Remo no se los pagaba”. A pesar que siempre se sospechó que sería Fraga Mancini el arrepentido llamado a seguir los pasos de Mario Pontaquarto, fue la mujer de mayor confianza de Costanzo la que entregó nuevas confidencias. El despacho del rionegrino volvió a dar que hablar ayer. Otros colaboradores de Costanzo seguramente serán citados y la situación procesal de Fraga Mancini aparece más que endeble.
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