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Desde ayer una placa marca el lugar donde murió cada una de las víctimas de la masacre de las últimas horas del Gobierno de Fernando de la Rúa. En una procesión que recorrió desde Plaza de Mayo los lugares de la ciudad donde ocurrieron las muertes, el Grupo de Arte Callejero (GAC) escribió con una técnica artística, con resina y poliéster, los nombres de los caídos y la leyenda: “Asesinado por la represión policial en la rebelión popular del 20 de diciembre de 2001”.
A medida que avanzaban se iba sumando más y más gente. La actividad fue convocada también por H.I.J.O.S, Colectivo de Acción Directa, Mesa de Escrache Popular, el Sindicato Independiente de Mensajeros y Cadetes y Madres de Plaza de Mayo-Línea Fundadora y tuvo adhesiones múltiples. El repudio a “la represión y la violencia desatada por las instituciones” y el “juicio y castigo a los autores materiales e intelectuales de estos crímenes”, fueron las consignas centrales, junto con la intención de “dejar la huella histórica en el suelo de la ciudad”. En cada parada de la caminata colectiva hablaban familiares de la víctimas, o amigos, o manifestantes. Contaban quiénes eran, cómo los asesinaron, cómo era su vida hasta ese entonces. Levantaron altares de madera y los llenaron de velas, flores, fotos y lágrimas.