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Un día después de declarar a Página/12 su enojo por la ausencia de un Ministerio de Salud, el médico sanitarista Ginés González García fue designado por Eduardo Duhalde al frente de esa cartera, en el marco de una jornada signada por manifestaciones de pacientes, médicos y trabajadores sanitarios que reclamaron una solución de fondo a la falta de medicamentos. Ex ministro bonaerense, González García jurará hoy al mediodía. Bajo su órbita tendrá el manejo del PAMI. Su primer objetivo, adelantó a este diario, será “reordenar el sistema de salud y de los hospitales públicos que está muy deteriorado”. Para enfrentar la crisis de desabastecimiento de drogas e insumos hospitalarios analiza una “inyección de dinero” para pagar parte de la deuda que el Estado –a través del PAMI– mantiene con las farmacias. “Me voy a juntar con gente del Ministerio de Economía para conseguir dinero. También vamos a disponer de algunos dineros propios del área y además vamos a hacer una reasignación interna más equitativa”, precisó, tras reunirse con Duhalde y con ministros provinciales del área en la Quinta de Olivos.
–¿Qué le dijo el Presidente? –le preguntó Página/12.
–Me dijo que hay prioridad total sobre todas las gestiones para poner en marcha el sistema que está muy deteriorado. Es una tarea bien difícil, no soy mago, pero tengo mucha confianza en todo el sector. Yo soy un hombre de la concertación, como demostré durante mi gestión en la provincia de Buenos Aires –declaró el flamante ministro, en alusión al Pacto Social por la salud que impulsó en aquel momento, en el marco del cual se consensuaron leyes, decretos y medidas en medio de una emergencia social y sanitaria.
A pesar del momento en que le toca asumir, González García se mostró optimista. La crisis, afirmó, es “solucionable” y aclaró: “Lo que pasa es que estamos en los primeros días de una terrible encerrona como fue la convertibilidad”. Cuando sólo pasó un día desde que Duhalde dictó la “emergencia sanitaria”, consideró que “podemos conseguir los insumos necesarios para el funcionamiento normal de los hospitales”.
El nuevo ministro deberá reestructurar la cadena de pagos del mercado de los medicamentos, en la que el PAMI adeuda 600 millones de dólares, de los cuales las farmacias reclamaron al menos 100 a Duhalde. Hasta que no se produzca ese desembolso, advirtieron las cámaras del sector, no volverán a entregar remedios con los descuentos de las obras sociales (ver aparte).
Referente del peronismo en el tema, González García se convirtió en los últimos años en hombre de consulta en materia sanitaria para cualquier gestión y también de organismos internacionales. Garantizar el acceso de los medicamentos a toda la población ha sido una de sus obsesiones, según demostró en decenas de artículos periodísticos, en los que denunció la “inequidad” del actual sistema de salud. Su último cargo público fue como ministro del área durante la gobernación bonaerense de Antonio Cafiero, donde impulsó la Ley de Genéricos, que prevé recetar los medicamentos por el nombre de la droga y no por su forma comercial, y otra que autorizó a los farmacéuticos a sustituir las marcas recetadas. Ambas normas están todavía vigentes.
Es hincha fanático de Racing, amante del tango, especialmente de Adriana Varela, y lector empedernido, sobre todo de poesía. Se recibió de médico cirujano en la Universidad Nacional de Córdoba a los 21 años. Oriundo de San Nicolás, hoy tiene 56, está casado y tiene dos hijas. Afiliado al justicialismo desde 1972, nunca desempeñó ningún cargo partidario. Su currículum es extenso. Profesor universitario de políticas de salud, dirige la Fundación ISalud, dedicada a la investigación y divulgación de temas de salud, y es autor y coautor de varios libros entre los que se destacan Más salud por el mismo dinero y Remedios políticos para los medicamentos.
“La Argentina gasta más de 60 pesos por mes por habitante en salud y de eso sólo 40 centavos se destinan a la prevención. El problema es de lospolíticos, que jamás diseñaron una estructura de salud adecuada”, opinó González García un año atrás. “El alto precio de los fármacos se está convirtiendo en una de las exclusiones más inmorales de la sociedad contemporánea, tomando como víctimas a dos grupos de la población: los pobres y los ancianos”, escribió un poco antes en el suplemento Cash. En julio último, en otro diario, insistió en que el precio de los medicamentos y la falta de planes que los provean vulneran la salud de los pobres: “¿Cómo justificar desde la equidad, la justicia, o los derechos humanos esenciales que no tengamos una política de medicamentos que proteja la salud y el bolsillo de todos pero, además, asegure el acceso a medicamentos esenciales de los que hoy no están incluidos?”, opinó. Ahora, el desafío para cambiar el sistema e incluir a los excluidos está en sus manos.