A la espera de la reunión que mantendrán hoy con el jefe de Gabinete, Alberto Fernández, los trabajadores del Hospital Francés arremetieron contra el director médico de ese establecimiento, Walter González, a quien acusaron de poner en riesgo la salud de los pacientes allí internados. Los delegados gremiales llevarán a la mesa de negociaciones el pedido de que se ponga fin a la intervención y el compromiso de suspender las medidas de fuerza “por al menos 72 horas”, en caso de que haya un “principio de acuerdo” para desactivar el conflicto.

Los trabajadores del Francés siguieron ayer con sus protestas y, a pesar del feriado, realizaron diversos talleres frente a la puerta del hospital, además de una exposición musical y otra de cine. El delegado Víctor Garay advirtió allí que “el riesgo que corren” los 32 pacientes internados es que González siga en su cargo. El interventor José Luis Salvatierra también fue blanco de las críticas.

“González sabe que el promedio habitual es de siete u ocho pacientes en piso por cada enfermero y en terapia intensiva son tres pacientes por cada enfermero. Hoy en terapia y unidad coronaria tenemos uno y dos pacientes y medio por enfermero y en piso estamos en tres o cuatro pacientes por enfermero”, remarcó Garay. El director médico del Francés había acusado a los trabajadores de “poner en riesgo la vida de los pacientes” con sus protestas. Garay replicó también: “Durante su gestión, varias veces ‘apretó’ al personal de piso para que un enfermero atendiera a nueve, diez, doce pacientes... Me extraña ahora su preocupación”.

La renuncia de González y Salvatierra es una de las demandas que los trabajadores del Francés le plantearán a Fernández. “La propuesta que llevamos es que se vaya la intervención, se paguen los salarios que nos deben y se reincorpore a los trabajadores despedidos y cesanteados”, anticipó el delegado Cristian Sánchez y remarcó que “mientras siga la intervención actual no se puede hacer nada”.

En la reunión entre Fernández y los delegados del Francés se considerará la propuesta del Gobierno, que incluye la creación de un fondo fiduciario con fondos de la Nación, la provincia de Buenos Aires y empresas privadas, para sostener el hospital. Los trabajadores reclaman su “nacionalización”, pero manifestaron disposición de suspender sus protestas si hay un principio de solución.