Sube la temperatura política entre Argentina y Uruguay a días de comenzar la XVI Cumbre de Jefes de Estado Iberoamericanos en Montevideo. El canciller uruguayo, Reinaldo Gargano, calificó ayer de “irracional” la decisión de los asambleístas entrerrianos de bloquear la ruta durante el próximo fin de semana y el embajador argentino aseguró que el gobierno nacional no impedirá la manifestación.

El canciller uruguayo Reinaldo Gargano fue tajante al considerar de “irracional” el nuevo corte de la ruta 136 desde este viernes hasta el domingo, decidido en asamblea por los vecinos de Gualeguaychú para protestar por la instalación de las pasteras en la orilla de enfrente. Poniendo el ojo en los asambleístas, el funcionario oriental se quejó de que haya gente “que tiene tiempo para manejar esto políticamente. Yo lo manejo con un sentido pragmático con el objetivo de que se terminen los cortes”.

En el mismo sentido Gargano reafirmó que su país iba a seguir “denunciando los cortes de rutas por las vías correspondientes, aguardando la convocatoria del Tribunal de Controversia del Mercosur”, que hace unos meses emitió un fallo reprobando el método de protesta utilizado por los vecinos, aunque se abstuvo de sancionar a la Argentina. A su vez dejó abierta la posibilidad de que los presidentes de ambos países, Tabaré Vázquez y Néstor Kirchner, puedan hacer coincidir sus agendas para reunirse durante este fin de semana en la Cumbre de Montevideo y tratar el áspero tema de las pasteras.

Aumentando el caudal de declaraciones calientes sobre la polémica binacional, también habló el ministro de Vivienda, Ordenamiento Territorial y Medio Ambiente del Uruguay, Mariano Arana, quien aseguró que su país tuvo que “asumir unilateralmente el monitoreo de la calidad de agua del río Uruguay y también sus costos, dada la negativa que asumió el gobierno argentino a compartir la investigación”. “De alguna manera insistimos en las responsabilidades asumidas para proteger ecológicamente el territorio y garantizar las condiciones de vida de los ciudadanos”, agregó Arana, mostrando la posición uruguaya que insiste en monitorear juntamente con Argentina la planta de celulosa Botnia, de origen finlandés, algo a lo que el gobierno de Kirchner se niega.

Por su parte, el embajador argentino en Montevideo, Hernán Patiño Mayer, rechazó que la protesta sea “agresiva” y afirmó que el gobierno nacional no impedirá el corte del puente internacional que une Gualeguaychú con la ciudad de Fray Bentos en el vecino país oriental. El diplomático apuntó a los problemas que generaría “enfrentar una movilización pacífica”, por lo que explicó que “la política del gobierno argentino, cuando se trata de manifestaciones de este tipo, que no alteran la seguridad y la vida de las personas, no es muy diferente de la política que han adoptado otros gobiernos en circunstancias similares”.

Como estrategia de defensa, el gobierno de Vázquez inició gestiones para que en la próxima reunión del Mercosur en Brasilia se incluya en el temario el conflicto generado por los cortes de ruta que afectan el libre tránsito hacia la ciudad fronteriza de Fray Bentos.

El planteo del gobierno argentino está basado en la violación que habrían cometido los vecinos uruguayos al Tratado Bilateral sobre el río Uruguay, como lo viene sosteniendo en la presentación que hizo ante la Corte Internacional de La Haya.