Un centenar de gremios se reunieron ayer para respaldar a Hugo Moyano en la conducción de la CGT. Lo hicieron durante un plenario de secretarios generales al que no asistieron los dirigentes del grupo de los Gordos ni los que responden al gastronómico Luis Barrionuevo, puntales de la embestida contra el camionero. El que sí dijo presente fue el dirigente de la seccional platense de la Uocra y protagonista de la batalla de San Vicente, Juan Pablo “Pata” Medina, para pedir la renuncia de la cúpula cegetista.

El encuentro desarrollado en la sede histórica de la CGT, en la esquina de Azopardo e Independencia, fue una demostración de fuerza de Moyano. Al fin y al cabo, el camionero necesitaba salir airoso de las afrentas de los Gordos y Barrionuevo, quienes esta última semana intentaron en vano descabezar la conducción cegetista.

Moyano logró un “unánime apoyo incondicional” en su cargo, según las palabras esgrimidas por Omar Viviani. El dirigente de los taxistas, quien ofició de vocero, debió pasar un momento poco grato. Fue cuando irrumpió en escena Medina pidiéndole que lo dejaran pasar al encuentro para plantear la renuncia de Moyano.

Esa presencia sirvió para que algunos se hicieran la idea de que el dirigente de la Uocra es un outsider en el mundillo sindical. Es que el Pata no tomó la actitud de los detractores de Moyano de ausentarse de la cita, ni la de los seguidores del camionero de adularlo.

–Soy secretario general de la Uocra de La Plata –atizó Medina para abrirse paso entre la gente que cubría la entrada de la CGT.

–Yo te conozco –fue al encuentro Viviani.

Un apretón de manos y un beso sirvieron para descomprimir, aunque de fondo hubo fuertes entonaciones de la marcha peronista para disimular los gritos de queja.

Medina no ingresó al plenario. Pero tuvo un aparte con Viviani y el colectivero Juan Manuel Palacios. Fuentes sindicales dijeron que hubo un compromiso de invitarlo al próximo encuentro del Consejo Directivo de la CGT. Y entonces Medina se retiró sin chistar.

“Esta es la casa de todos los trabajadores y pueden venir cuando quieran”, señaló Viviani, como si la pelea entre las patotas de la Uocra platense y los camioneros no hubiese ocurrido.

–Lo que dejó en claro Medina es que es un provocador profesional –prefirió caratular un conspicuo de los camioneros al evaluar la llamativa presencia del dirigente platense.

Por su parte, Medina remarcó la certeza de que Moyano sabía que Emilio “Madonna” Quiroz tenía en su poder un arma. Se trata del chofer de Pablo Moyano, hijo de Hugo, inmortalizado por las cámaras de televisión mientras disparaba contra la patota de la Uocra durante el traslado de los restos de Perón.

A la hora de contar las costillas, llamaron la atención las ausencias del estatal Andrés Rodríguez y el número dos de la CGT, José Luis Lingeri. Ambos dirigentes vienen haciendo equilibrio entre el moyanismo y los Gordos. De hecho, a pesar del faltazo de ayer, de las cabezas de esos dos sindicalistas surgió la idea de hacer una autocrítica moderada por los episodios de San Vicente, algo que no logró eco entre los detractores de Moyano, quienes directamente querían pedir su renuncia. Esas diferencias desinflaron las posibilidades de nuevos contratiempos para Moyano, al menos en el corto plazo.

Hay otros dirigentes que faltaron con aviso. Fueron los casos de Julio Piumato (judiciales), Juan Carlos Schmid (dragado y balizamiento) y Gerardo Martínez (Uocra), todos en Viena participando de un congreso internacional. Aun así, tuvieron sus representantes en el plenario de secretarios generales.

Previsiblemente se ausentaron los sindicatos que responden al barrionuevismo, entre ellos gastronómicos y químicos, y también los de los Gordos, como mercantiles, ferroviarios, sanidad y luz y fuerza, entre tantos otros.