Aunque el tono del encuentro estuvo marcado por el protocolo, luego de presentar sus cartas credenciales ante el canciller Jorge Taiana, el nuevo embajador de los Estados Unidos, Earl Anthony Wayne, señaló que había mantenido “una buena conversación sobre la relación bilateral” e incluso aseguró que “es el interés de ambos países ampliar nuestros canales de comunicación y profundizar el entendimiento entre nuestros dos pueblos”.

Wayne reemplaza en el cargo a Lino Gutiérrez, quien había llegado a la Argentina en 2003. Luego del breve encuentro mantenido en el despacho del canciller, tanto la diplomacia argentina como la embajada de los Estados Unidos destacaron “los vínculos entre ambos países” y los calificaron de “privilegiados y prioritarios”.

Los funcionarios argentinos no ocultan su preocupación por el denominado Sistema General de Preferencias (SGP), el programa que contempla beneficios arancelarios que los Estados Unidos otorgan a un grupo de países. Estas ventajas representan una cifra cercana al 12 por ciento del total de las exportaciones de la Argentina a ese país. La administración norteamericana había adelantado que estudiaba retirar esos beneficios a las exportaciones provenientes de la Argentina. En algún sector del Gobierno se especuló incluso con que la medida podía ser una respuesta a la cercanía que el kirchnerismo mantiene con el venezolano Hugo Chávez y por el protagónico papel que el presidente Néstor Kirchner jugó en la Cumbre de las Américas realizada en Mar del Plata. En la cumbre, la propuesta de la Casa Blanca de relanzar el ALCA sufrió un fuerte revés.

Licenciado en artes y con estudios políticos en las universidades de Harvard y Princeton, Wayne fue propuesto para el cargo por la secretaria de Estado, Condolee-zza Rice, y confirmado por el Senado. En la ceremonia de juramento ante Rice, el pasado 2 de noviembre, el nuevo embajador destacó la búsqueda de la paz, el control de la proliferación nuclear y la lucha contra el terrorismo y tráfico de drogas como objetivos comunes a ambas administraciones. Recordó incluso que en la Argentina hay “cerca de 400 empresas norteamericanas operando”. Hecho que motivó que “nuestros lazos económicos se han mantenido a través de los buenos y malos tiempos”. A las diferencias políticas entre ambos gobiernos las calificó como las “normales entre amigos y vecinos”.

Ayer el flamante embajador anunció que será importante para su gestión reunirse “con argentinos de todos los ámbitos y escuchar sus puntos de vista”. En el comunicado de la embajada subrayó que “habiendo trabajado como periodista dos años de mi carrera, soy fiel partidario de una prensa libre y activa”. Después de entregar sus cartas credenciales a Taiana, el nuevo representante de los intereses norteamericanos se reunió con el responsable de la dirección de América del Norte de la Cancillería, Vicente Espeche Gil.

Wayne ingresó al Servicio Exterior de los Estados Unidos en 1975. El rango de ministro lo alcanzó en 2002. Tiene en su currículum haber visitado por primera vez la Argentina en 1982, durante la guerra de Malvinas, cuando trabajaba junto al secretario de Estado, Alexander Haig. Se especializa en temas económicos y está tratando, dificultosamente, de aprender a hablar español.