Sábado, 6 de enero de 2007 | Hoy
La recepción de la candidatura del ex ministro en su espacio “natural” fue despareja. Los posduhaldistas la saludaron y los de El General ya la militan. En el macrismo la ven como un problema y hasta como una agresión, con Puerta a varios grados bajo cero.
Tras la decisión de Roberto Lavagna de anunciar su candidatura a presidente, el avispero de la oposición se removió y, desde diversas playas, dirigentes radicales, posduhaldistas y macristas salieron zumbando a opinar sobre el lanzamiento del ex ministro de Economía de Néstor Kirchner y de Eduardo Duhalde. Los radicales pidieron decidir quién será el vice, algo que tomaron con prudencia en el entorno de Lavagna, donde dejaron abierta la posibilidad de negociar con el macrismo. Lavagna mandó un mensaje claro al presidente de Boca: quiere que baje a competir por la Jefatura de Gobierno. Desde PRO, salieron a marcarle la cancha y auguraron que finalmente deberá competir con Mauricio Macri.
“Ya tengo la decisión tomada”, anunció, resuelto, Lavagna respecto de su candidatura, que lanzará oficialmente cuando termine de “ultimar detalles operativos”. “Lavagna tenía que establecer una definición. Si no estaba latente la idea de que se iba a bajar”, comentaron en su entorno. Con su lanzamiento, el ex ministro envió un mensaje claro al líder de PRO: “No es bueno que ambos seamos candidatos”. En el entorno de Lavagna explicaron que con la resolución el dirigente buscó empujar a Macri al terreno de las definiciones, a las que rehúye como el perro al collar. “Ahora le toca a Macri decidir”, sostuvieron.
Tras el anuncio, Lavagna tiene pensado recorrer “más intensamente” el país: en especial, el conurbano y algunas provincias. Además, tendrá reuniones con sectores del agro. “No tenemos una campaña de playa”, comentaron en su entorno. “Será una alternativa no antagónica (con Kirchner). No es cuestión de guerra de titanes”, señaló el ex diputado Alberto Coto, que no descartó una coalición con el macrismo: “Creemos que también en el sector de Macri van a ir tomando decisiones, y ésas podrán o no llegar a converger”. Coto mencionó como aliados al proyecto de Lavagna al grupo de El General y a la senadora Chiche Duhalde.
En el entorno del ex presidente Eduardo Duhalde aclararon que “no apoya ni patrocina ninguna candidatura”. Sin embargo, sólo tuvieron elogios ante el lanzamiento de su ex ministro. “Cuando Lavagna comenzó a hablar de la candidatura, Duhalde dejó en claro que Lavagna es una persona que garantiza la continuidad del modelo. Eso es bueno”, analizó un allegado del ex presidente ante este diario.
Quienes se muestra activos en el armado del ex ministro son los posduhaldistas de El General. “Nosotros tenemos permanente diálogo con las distintas fuerzas que puedan llegar a confluir”, señaló el diputado Jorge Sarghini a Página/12. “El diálogo está abierto y hay predisposición”, coincidió Francisco de Narváez. Ambos han planteado sus intenciones de ponerse el traje de candidato a gobernador bonaerense. Ninguno de los dos lo dijo, pero ambos pensaban en la relación con PRO.
En febrero, intentarán retomar las negociaciones con el macrismo, tras los cruces de diciembre entre Macri y Lavagna. Desde el sector de Lavagna, no hubo llamados ni ningún intento de matizar el impacto del lanzamiento. “Cada vez que nos sentamos, quedó claro que lo de Lavagna era una decisión que no tenía retorno”, se sinceró uno de los dirigentes que acompañan la candidatura de Lavagna, abocado a lograr que Macri baje a la ciudad. “Nosotros pensamos que va a ser así. No tiene sentido competir por un mismo espacio. Tenemos un conjunto de acuerdos no explicitados”, planteó. Los dirigentes del lado de Lavagna se quejaban de que dentro del macrismo hay quienes “empujan a Mauricio hacia arriba, porque tienen interés en ser ellos la opción electoral”. La referencia era obvia: hace tiempo que Horacio Rodríguez Larreta impulsa su candidatura en la Capital.
Los lavagnistas parecen plantear ya no una coalición, sino un pacto de no competencia: o dicho de otra manera, la Nación a cambio de la Ciudad. “Si Macri aceptara ser el postulante a jefe de Gobierno porteño, podría beneficiarse con el voto radical, que le aseguraría la chance de éxito en la ciudad”, argumentó uno de los dirigentes, quien recordó que el radicalismo no tiene un candidato de peso.
Puerta entreabierta
“Se mantienen abiertas las puertas del diálogo”, señaló Coto. Está claro que Lavagna no cierra ninguna puerta. Ni siquiera a Ramón Puerta. El ex gobernador misionero tuvo un encuentro con Lavagna hace menos de diez días. Conversaron durante dos horas sobre las variables de la oposición. Además de uno de los referentes de la corriente Peronismo de Pie –que aglutina a ex duhaldistas, ex menemistas y otros dirigentes– Puerta es un íntimo amigo de Macri: de hecho, pasó Año Nuevo con él.
Lavagna le planteó que no tendría sentido que compitan con Macri en la misma fórmula, algo que luego dijo en público: “Es funcional al Gobierno”. En el entorno de Puerta, en cambio, ven que ése es exactamente el escenario que se avecina. “Van a ir los dos por la Nación... y ninguno va a llegar. Se están equivocando, porque estos dos separados no pesan mucho. Pero los dos son muy útiles en un frente”, señaló un allegado del fugaz presidente. “Es un error insistir en una candidatura en soledad. Lo único que tiene son los tres chicos de El General y un radicalismo diezmado, sin gobernador y sin intendentes”, describió.
Macri “on the rocks”
En PRO la recepción de la noticia fue aún más gélida. Macri hizo todo lo posible para demostrar que la decisión del ex ministro no le movió ni un pelo. En su entorno aseguraron que no adelantará un ápice su decisión final. Sin embargo, el lanzamiento de Lavagna representa un problema, lo que quedó claro cuando sus dirigentes salieron a devolver la pelota. “Pedir por los medios que Macri se baje no es muy democrático. El mejor candidato de la oposición es Mauricio Macri. Y Lavagna es un candidato más de algunos sectores peronistas (mayormente bonaerenses) y el radicalismo”, lanzó el diputado Cristian Ritondo, que por estos días veranea en Pinamar, cerca del legislador Daniel Amoroso. Y de Sarghini.
Tanto Ritondo como Carlos Tramúntola eran los dos dirigentes que designó Macri para el frustrado diálogo con Lavagna. Ninguno de los dos fue advertido de la decisión de lanzarse esta semana, aunque sabían que iba a ocurrir durante el mes de enero. En el entorno del empresario trasuntaban bronca. “Viene tercero en las encuestas y dice que le restamos votos al Gobierno. ¡¡El que fue ministro de Kirchner hasta hace poco era él!!”, recordó uno de los dirigentes macristas. “Su postura es: ‘Déjenme solo, que veo si puedo sacar el 30 por ciento y perder dignamente’. Si cree que nosotros vamos a regalarle eso, está loco”, razonó. Desde el macrismo, el pronóstico no podía ser más duro: “Y si tienen que competir, competirán. Nosotros creemos que Lavagna se termina bajando”.
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