Viernes, 23 de febrero de 2007 | Hoy
EL PAíS › JUICIO ORAL AL EX PRESIDENTE POR LAS CUENTAS SUIZAS
Por Irina Hauser
Aunque Carlos Menem se resiste a admitir que siempre hay una primera vez y pide que lo sobresean, el juez Norberto Oyarbide estaría decidido a impulsar su estreno en un juicio oral y público. En cuanto la Cámara Federal resuelva un planteo pendiente, el magistrado daría el cierre definitivo a la causa por omisión de bienes que se originó con una confesión pública del propio senador, cuando reveló ante las cámaras de televisión que tenía en Suiza una cuenta con 600 mil dólares. Enseguida la Oficina Anticorrupción (OA) corroboró que el depósito no figuraba en su declaración jurada patrimonial. La investigación avanzó y detectó que el riojano también había obviado mencionar dos cuentas bancarias en su provincia, dos aviones ultralivianos, acciones, autos y departamentos.
En rigor, ya está casi todo dado para que el juez dé por terminada la etapa de instrucción del caso: la Cámara federal confirmó el procesamiento de Menem hace más de un año y tanto el fiscal Carlos Stornelli como la OA, que es querellante, pidieron la elevación a juicio oral. Ayer el ex presidente jugó su última carta y pidió por escrito, a través de su abogado, Pedro Baldi, que el juez anule las acusaciones en su contra. Lo que falta es que el tribunal de alzada resuelva un pedido de prescripción, pero en el juzgado apuestan a que sea rechazado y que antes de mitad de año el expediente esté en su ruta hacia el juicio oral.
Menem está acusado de falsificación de documento público y omisión maliciosa de bienes en su declaración jurada. Por estos delitos puede recibir hasta dos años de prisión, por lo que no corre riesgo de ir preso. Pero lo más alarmante para el senador por La Rioja es que puede ser inhabilitado en forma perpetua para ejercer cargos públicos. Si fuera condenado durante su mandato, el Senado debería expulsarlo.
Las cuentas de Menem comenzaron a ser investigadas en 2002, después de que el diario The New York Times publicó que el testigo “C” de la causa AMIA decía que un enviado del ex presidente había pedido 10 millones de dólares para no involucrar a Irán en el atentado y que la plata había salido de una cuenta en la Confederación Helvética. Entrevistado por la cadena CNN, el riojano admitió tener una cuenta en Suiza, abierta desde 1986 a nombre de Zulema y de su hija Zulemita. Allí, dijo, había depositado la indemnización por su detención ilegal durante la última dictadura.
Aquella revelación del propio Menem dio pie para que la OA constatara que nunca había blanqueado la cuenta suiza en sus declaraciones juradas impositivas y de bienes. Con el tiempo, la pesquisa fue detectando otras omisiones que también podrían ser incorporadas el juicio oral: dos cuentas en el Nuevo Banco de La Rioja con casi 35 mil pesos; dos aviones ultralivianos; 1327 acciones en empresas telefónicas; dos inmuebles en su provincia natal y, por último, una Renault Trafic y un Fiat 147.
Menem arrastra una colección de causas judiciales en las que aparece cuanto menos como sospechoso, pero ninguna otra estaría en condiciones de ir a juicio en el corto plazo. Una investigación más amplia sobre su patrimonio está en manos del juez en lo penal económico Rafael Caputo, en una derivación de la causa sobre el contrabando de armas a Ecuador y Croacia (ver recuadro). La fortuna del ex presidente es tema en los tribunales desde hace más de una década, pero ningún juez jamás avanzó seriamente en determinar su procedencia.
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