Viernes, 23 de febrero de 2007 | Hoy
20 años en el espejo
Los reportajes de Página/12 que testimonian dos décadas de la cultura, la sociedad y la política argentinas
Por Juan Ignacio Boido
Publicado el 7 de junio de 1998
Dice que setecientos no, porque parecen demasiados. Pero cuando se enciende el grabador, Migré se olvida del tiempo, del bar y de un incesante desfile de señoras que lo saludan, y habla.
GOLPE N° 1: EL TIEMPO PASA
“Voy a volver con Rolando Rivas: no con una remake, porque las remakes salvaguardan pocas veces el honor del original. Esto va a ser una continuación, con los mismos actores. Satur y Nora Cárpena, porque cuando terminó la tira Rolando ya había dejado a Mónica Helguera Paz (Soledad Silveyra). ¿Qué pasó en esos años? ¿Sigue con la mujer? ¿Es feliz? ¿Qué fue del hijastro? ¿Pudo tener un hijo? ¿Está muy golpeado? A lo mejor aparece algún homosexual. Un raro, diría Rolando. Esa es la idea, pero con alguna vuelta de tuerca. Porque veintiséis años en la vida de alguien, son muchos años.”
GOLPE N° 2: LA TELENOVELA ES COMO LA VIDA
Migré ostenta el incuestionable mérito de haber hilvanado las tramas más intrincadas del género, defraudando al suspiro contenido durante los diez meses que puede durar una telenovela y logrando que, cuando ya todo parecía felizmente irremediable, la historia acabe mal. “Como la vida, querido”, dice. Y desarrolla su idea: “La vida no termina bien. Más de la mitad de las cosas que uno emprende con entusiasmo terminan mal. No sé por qué es así, pero terminan mal. Reconozco que a veces me arrepiento de algunos finales. Pienso: ¿Y si se hubieran salvado? La gente espera para todo: para irse de vacaciones, para comprarse un auto, una casa. Y también espera diez meses, los 290 capítulos de una tira, y a mí se me ocurre terminarla mal. A veces eso puede ser una falta de respeto”.
GOLPE N° 7: LA VIDA ES ASI
En Sin marido, Patricia Palmer era una mujer que, gracias a las escasas destrezas amatorias de su marido millonario, creía ser frígida. Problema que solucionaría al enamorarse del fisioterapeuta (Gustavo Garzón) de su hijo inválido. Mientras, su marido y padre de la criatura, mantiene un amorío con su socio, y su mejor amiga es abiertamente lesbiana. “Duró seis meses. Y realmente me dio pena que ella, después de haber pasado por todo eso, se enfermara de cáncer y muriera. Pero así es la vida, estas cosas pasan.” Al día siguiente del último capítulo de Piel naranja, en el que los protagonistas también morían, Migré recibió al salir de su casa un baldazo de agua helada que caía desde un balcón, al grito de ¡Asesino!.
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