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La líder del ARI, Elisa Carrió, está convencida de que no hay posibilidad de un acuerdo electoral con Néstor Kirchner. Aunque ella nunca habló públicamente del tema, la reunión que compartió con el gobernador santacruceño y con el jefe de Gobierno porteño Aníbal Ibarra para reclamar la caducidad de los mandatos legislativos había alentado las expectativas. Convencida de que Kirchner no abandonará el PJ, Carrió decidió clausurar definitivamente el asunto. “No hay ninguna posibilidad”, señaló esta semana a sus íntimos.
En realidad, el primero en proponer una alianza estratégica con Kirchner no fue Carrió sino Carlos “Chacho” Alvarez, que se mantiene en contacto permanente con el ARI a través de algunos dirigentes cercanos, como el diputado José Vitar o su mujer, Liliana Chiernajowsky.
El ex vice –que perdió el habla pero no la visión– sugirió integrar al gobernador de Santa Cruz como segundo de Carrió en la fórmula presidencial. Según Alvarez, Kir-
chner le aportaría votos peronistas y un capital político importante: la imagen de una provincia con las cuentas al día y ordenada, lo que ayudaría a neutralizar las críticas sobre la supuesta falta de capacidad de gestión del ARI.
Dos semanas atrás, en una jugada sorpresiva, Carrió y Kirchner acordaron junto a Ibarra reclamar la renovación de todos los mandatos legislativos. El acuerdo incluyó una conferencia de prensa conjunta en la Casa de Santa Cruz. En ese momento, muchos creyeron ver el principio de un acuerdo electoral similar al que se concretó en la confitería El Molino a fines del ‘94, del que participaron Alvarez, José Octavio Bordón y Federico Storani, y que derivó eventualmente en la creación del Frepaso.
Pero no resultó igual: si bien las conversaciones con Ibarra continúan (ver recuadro), la posibilidad de un entendimiento electoral con Kirchner está prácticamente descartada.
Consultados por este diario, los principales dirigentes del ARI recordaban que Carrió no formuló un anuncio, ni una sugerencia, ni nada, y que todo se limitó a especulaciones periodísticas. Es cierto, pero también es verdad que la chaqueña nunca lo descartó públicamente en forma terminante. Ahora, en cambio, Carrió ha decidido dar por cerrado el tema, según aseguraron a Página/12 fuentes cercanas a la diputada. Un importante legislador del ARI explicaba que el principal motivo por el cual han decidido cerrar el asunto radica en una asunción, que en el ARI todos repiten como una verdad absoluta: Kirchner –dicen– no romperá con el peronismo.
“Aprieta por afuera para ganar espacio adentro, pero al final no se va a ir”, señala un diputado cercano a Carrió. Y redondea el comentario con un análisis sobre la interna peronista. “(Adolfo) Rodríguez Saá probablemente vaya por afuera, por lo que sólo van a quedar tres candidatos: Kirchner, Carlos Menem y José Manuel de la Sota. Kirchner seguramente va a perder, pero le conviene consolidarse como una opción para más adelante. Además, es probable que, si las encuestas no los favorecen, De la Sota o Menem abandonen la carrera dentro de un tiempo. Todavía más conveniente: va a quedar alguno de los dos contra Kirchner”, explica el diputado del ARI.
La sospecha, entonces, es que el santacruceño intentará posicionarse como el líder de un sector crítico dentro del peronismo, minoritario pero importante. Es joven –tiene 52 años– y le conviene consolidarse de cara a las presidenciales del 2007. El viernes, Kirchner lanzó su candidatura con un acto en el Estadio de Obras: aunque habló sobre la construcción de un “frente nacional”, no fue más allá y ni siquiera mencionó la posibilidad de abandonar su partido.
Descartada la alianza con Kirchner, Carrió continuará trabajando en la misma línea que hasta ahora: mantener la presencia mediática, recorrer el interior y construir su partido a nivel nacional. Sin buscar acuerdos superestructurales con dirigentes importantes, la chaqueña se concentra en la incorporación de militantes y cuadros intermedios y en la articulación con otros sectores sociales (ver recuadro). Aunque es menos espectacular que sumar grandes figuras, Carrió confía en que de este modo evitará algunos de los errores que llevaron al fracaso de la Alianza.