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Los obispos católicos continúan insistiendo y haciendo gestiones para que se avance en una reforma política que garantice un proceso electoral distinto. Su idea es que se devuelva a la ciudadanía la confianza en las instituciones políticas, y para ello insisten en la necesidad de buscar consensos a través del diálogo. El obispo de Posadas, Juan Martínez, sostuvo respecto del Diálogo Argentino que “me alegra profundamente que se abra la posibilidad de la reflexión sobre temas importantes y que puedan llegar a ser la base de una renovación indispensable en nuestra Argentina que quiere ser nación”. Su colega de San Isidro y miembro de la Mesa del Diálogo, Jorge Casaretto, dijo al participar de un encuentro con empresarios católicos que “un llamado a elecciones sin una reforma política mucho más profunda generará el lógico temor de que la gente siga en su incredulidad”.
La Mesa del Diálogo Argentino ha comenzado una etapa de difusión del documento “Bases para la reforma”, en el cual se consignaron, con activa participación de la Iglesia Católica, las principales opiniones de los sectores ciudadanos consultados desde comienzos de año. La intención de los patrocinadores, entre los cuales se cuenta también Naciones Unidas, es que los diferentes sectores políticos y sociales adhieran a los lineamientos de dicho documento como base para la construcción de un consenso nacional previo a las elecciones. Casaretto dijo que “sería una maravilla que (el documento de Bases) sea el punto de partida de políticas intocables, indiscutibles, sobre las que deberíamos ir todos los argentinos para reconstruir el bien común”.
Esta semana la Mesa del Diálogo realizará un encuentro con la directiva de la Federación Argentina de Municipios para precisar el apoyo que esa entidad le dará a la iniciativa, después de la reunión que con tal fin se realizó con el presidente de dicha institución, el intendente de Villa María, Eduardo Accastello.
Si bien se expresan con prudencia, los obispos católicos siguen señalando que el compromiso del Gobierno con el Diálogo sigue siendo poco decidido. Casaretto aseguró ante los empresarios de la Asociación Cristiana de Dirigentes de Empresa (ACDE) que las reformas que puso en marcha el gobierno de Eduardo Duhalde son “tenues” y agregó que los obispos esperaban “mucho más del Poder Ejecutivo y del Legislativo”. Recordó además que “la Iglesia entró en el Diálogo porque el Presidente dijo que pensaba que el programa que de allí surgiera iba a ser el programa de su gobierno, que lo consideraba un gobierno de transición”. Para Casaretto se trata de “una deuda pendiente” dado que “la transición la va a tener que hacer el próximo gobierno”.
En otra intervención pública, el arzobispo de Corrientes, Domingo Castagna, recientemente incorporado a la Mesa del Diálogo, interrogó a los “queridos dirigentes” cuándo “pasará el hombre más pobre a ser respetado como persona”. Castagna se siguió preguntado “¿cuándo quienes lo tienen todo se decidirán a compartir sus bienes y talentos con quienes no tienen nada? ¿Cuándo el amor dejará de ser un verso para convertirse en una verdad sin tapujos?” Según el obispo, en la Argentina “los más pequeños y humildes han sido descalificados”, condenándolos a la miseria y negándoles derechos elementales.
El obispo emérito de Viedma, Miguel Hesayne, dijo que Dios no quiere “este caos argentino” que se manifiesta a través de “un país riquísimo con millones de pobres en situación de miseria” y aseguró que esto es el resultado de que “no nos hemos comportado como buenos hijos de Dios” y “no ha existido una fraternidad nacional”.